La fiscalía que investiga a Norma Ortubia (68) como presunta “entregadora” en los abusos sexuales sufridos por su hija a lo largo de décadas por el “Chacal” de la Cuarta, dio un paso importante en cuanto a las hipótesis y sospechas que maneja. A la mujer, única acusada que le queda al caso, le confirmaron la prisión preventiva, le negaron la domiciliaria y no le hicieron lugar en un pedido clave para la causa.
Fue el juez Mateo Bermejo quien le dio un espaldarazo a la pesquisa que lleva adelante el fiscal de Delitos Sexuales, Gustavo Stroppiana. La imputada lleva casi cinco meses detenida y su abogado, Carlos Benavídez Bocca, se jugó esta semana la posibilidad de mejorar la situación de su clienta. Apeló la preventiva e insistió con dos pedidos que sostiene desde la captura de ella: arresto en una vivienda por cuestiones de salud y de edad y prescripción de los delitos.
La respuesta para todo fue negativa, ya que el magistrado de segunda instancia coincidió con el primero que intervino en el expediente, Juan Manuel Pina.
De esta manera Ortubia seguirá en la cárcel a pesar de su hipertensión y la medicación que toma diariamente, acusada con una grave carátula. Todo indica que enfrentará el proceso penal en su contra, más allá de los intentos de su defensor por demostrar la prescripción de los hechos.
Años de abusos y una larga investigación
El 7 de julio pasado Ortubia fue apresada y puesta en manos de la Justicia. En 2018 su hija Cecilia Lucero (46), en compañía de sus abogados Cristian Vaira Leyton y Agustín Magdalena, la habían denunciado al considerarla cómplice de las violaciones y embarazos por parte de su progenitor, Armando José Lucero (68).
Los resultados de las pericias psicológicas y psiquiátricas de la víctima se hicieron esperar, pero una vez que estuvieron en poder del fiscal se solicitó la aprehensión de la sindicada.
Su imputación es “cooperadora de abuso sexual agravado por acceso carnal y por el vínculo, en un número indeterminado de veces y en concurso real”, con una pena máxima de 50 años.
Hoy al caso le queda sólo una persona para ser juzgada, ya que hace 10 años murió el autor de los vejámenes. Se lo conoció como el “Chacal” de la Cuarta porque muchos de los ataques en perjuicio de su hija los cometió en una casa de la calle Patricias Mendocinas de la Cuarta Sección, en Capital.
Durante años Cecilia soportó los sometimientos de su padre. Ella quedó embarazada siete veces, hasta que en 2009 sus pedidos de auxilio arribaron a la Legislatura provincial. Los hechos llegaron a oídos de una senadora y se activó una investigación que en poco tiempo tuvo al agresor detenido y en la cárcel. Sin embargo, luego de un año de permanencia tras las rejas, Lucero murió por una afección pulmonar sin llegar al juicio.
A esa instancia de debate en un futuro accederá Ortubia, con arresto en la penitenciaría. Para los querellantes es fundamental que su detención sea efectiva, ya que han marcado los episodios en que la acusada amenazaba a su hija tras la denuncia.