La madrugada del martes estuvo por demás movida en el oeste de Godoy Cruz. Y es que más de 800 policías y efectivos de grupos especiales de seguridad montaron un mega despliegue que incluyó allanamientos, requisas, detenciones y una puesta en escena de película en los barrios ubicados en las inmediaciones del Campo Papa.
Hace ya varias semanas que el lugar se ha convertido en una zona casi liberada, con enfrentamientos entre bandas que manejar el comercio de la droga en ese y otros sectores. Y el episodio más impactante en medio de esta guerra narco fue el asesinato de un joven de 24 años, ocurrido el miércoles pasado por la tarde, en Salvador Civit y Joaquín V. González, en las inmediaciones de un conocido hipermercado de Godoy Cruz.
Miguel Ángel “Pollo” Valdivia (24) fue acribillado de 9 balazos mientras estaba trabajando en una gomería de la zona y, según los investigadores, estaba señalado como uno de los jefes del “narcomenudeo” (este nombre recibe el comercio de pequeñas cantidades de drogas) en el oeste godoicruceño. Valdivia ya se encontraba en silla de ruedas tras haber sido baleado hace poco más de 5 años y en otro enfrentamiento.
El asesinato de Valdivia -el homicida huyó en un auto donde lo esperaban otras personas tras vaciarle el cargador- se concretó cuatro días después de la muerte de una mujer de 63 años en el barrio Covitedyc (también en el oeste de Godoy Cruz), quien recibió dos impactos de bala tras quedar en el medio de un enfrentamiento entre bandas.
Detrás de esta guerra entre bandas por el “narcomenudeo” y de estas personas que murieron tras recibir impactos de bala -dirigidas a ella, como en el caso de Valdivia, o no, como en el caso de la mujer-, los investigadores tienen un nombre que es clave. Y que, presumen, es quien se encuentra detrás -directa o indirectamente- de toda esta escalada de violencia y muertes.
Se trata de Sandra Jaquelina Vargas Méndez (47), más conocida como “La Yaqui”, y quien en mayo de 2016 fue condenada a 15 años de cárcel por “comercio ilícito de estupefacientes y lavado de activos”. La condena fue histórica, además, porque se convirtió en la pena más alta por este delito crimen registrada hasta entonces. En el mismo proceso fueron condenados otros familiares de Vargas.
Sin embargo, hace poco menos de un año -en agosto de 2023 y habiendo cumplido ya la mitad de la condena-, la Justicia autorizó las salidas transitorias para “La Yaqui”. Y los investigadores no descartan ahora su banda -quienes saltaron a la fama como “Los Angelitos”- y otros grupos antagónicos estén detrás de este reflorecer de los enfrentamientos entre bandas en las barriadas del Campo Papa e inmediaciones.
En 2012, cuando salió a la luz el accionar criminal de “La Yaqui” y sus “Angelitos” -todos adolescentes de entre 15 y 17 años-, fueron señalados como los autores de una seguidilla de homicidios ocurridos en el oeste de Godoy Cruz.
No obstante, “La Yaqui” nunca fue condenada por ningún homicidio, nunca se pudo probar vinculación alguna e, incluso, fue sobreseída durante el juicio en el que estaba acusada por ser la autora intelectual de un homicidio.
LA YAQUI, SU BANDA Y SU PRONTUARIO
La vinculación entre estos episodios de violencia -que derivaron en los allanamientos de hoy- con “La Yaqui” Vargas y su banda no es casual. Primero, porque luego de que se le autorizaran las salidas transitorias a la mujer -puede salir de la cárcel de El Borbollón una vez al mes-, se reactivó la disputa por el control del “narcomenudeo” en el oeste de Godoy Cruz.
Pero, además, Valdivia -el joven asesinado el miércoles pasado y señalado como líder de una de las bandas- se encontraba en silla de ruedas luego de que en 2018 uno de los yernos de Vargas le efectuara 5 disparos (en aquella ocasión salvó su vida de casualidad).
Antes de ser condenada en 2016, Sandra “La Yaqui” Vargas ganó una notoria exposición mediática, no solo en Mendoza, sino en todo el país. La forma en que operaba y manejaban sus “angelitos” el narcomenudeo en el Campo Papa e inmediaciones y los asesinatos en los que se vinculaba a estos adolescentes se convirtieron en noticias que trascendían los límites de Mendoza.
Incluso, Vargas y su banda llegaron a amenazar de muertes a periodistas mendocinos, principalmente a quienes informaban sobre los delitos y el modus operandi del grupo.
Hace exactamente 10 años, el 14 de marzo de 2014, “La Yaqui” Vargas -quien ya era intensamente buscada y tenía orden de captura- fue detenida en un chalet de la localidad Cuchi Corral -cerca de Juana Koslay, San Luis-, y en una zona rodeada de casas lujosas y barrios privados.
En el lugar la encontraron junto a sus dos hijas gemelas y una camioneta Toyota SW4, que fue secuestrada. El padre de las hijas de la jefa narco, identificado como Cristian Gelvez Gatto, había sido acribillado a balazos tiempo antes y durante una pelea entre bandas. Y, siempre de acuerdo a la investigación que se inició oportunamente, fue Gatto quien inició el negocio clandestino del “narcomenudeo” en el oeste de Godoy Cruz -desde la cárcel-, para luego convertirse en un asunto de familia.
De hecho, en algún momento surgió hasta la versión de que Vargas había orquestado el homicidio del padre de sus hijas, algo que en reiteradas oportunidades negó la condenada.
UN NEGOCIO CLANDESTINO BIEN ORGANIZADO
Marihuana y cocaína -fraccionadas y comercializadas en pequeñas cantidades, pero con muchas bocas de expendio- fue el negocio ilegal en el que “Los Angelitos” de “La Yaqui” ganaron su espacio. Y lo hicieron a fuerza de plomo, sangre e infundir temor.
El circuito se fue ampliando cada vez más, hasta conseguir a jóvenes y adolescentes que ingresaban al circuito de la venta a cambio de armas, droga y -por supuesto- dinero. Estos fueron los jóvenes que actuaron como dealers y sicarios de la jefa narco.
Todo valía en la instalación de “kiosquitos” para el narcomenudeo. Y por todo se entiende a disparar y matar a bandas antagónicas o que pusieran en riesgo su imperio si era necesario.
EL JUICIO Y LA CONDENA
En 2016, la Justicia de Mendoza dictaminó la sentencia contra “La Yaqui”. Además de los 15 años de prisión, el tribunal dispuso que se decomisaran los bienes de “La Yaqui” y su familia. Nada más y nada menos que 6 propiedades cerca de 30 vehículos nacionales e importados.
En aquel momento se estimó que el lavado de activos por los que se condenó a Vargas rondaba los 7 millones de pesos.
Además de “La Yaqui” Vargas, en el debate fueron condenadas su hermana -Patricia Vargas Méndez, penada a 11 años de prisión-, las también hermanas Silvana y Romina Vargas y Jonathan Brizuela, sobrino de la jefa narco y jefe de “Los Angelitos”.
Nora Gatto, madre de Cristian y suegra de “La Yaqui” fue condenada a 8 años de prisión, mientras que Silvina Vargas (una de las hijas de “La Yaqui”) fue sentenciada a pasar 6 años tras las rejas. Además, a todos los condenados y condenadas les dictaron multas con distintas equivalencias de los activos que lavaron.
Estando en prisión -y antes de que le autorizaran las salidas transitorias-, en una entrevista periodística, Sandra “La Yaqui” Vargas contó que estaba diseñando su propia línea de ropa deportiva y lencería e, incluso, mostro algunos de sus trabajos.
En la misma nota, Vargas contó que su aspiración era presentar su propia marca y comercializarla. Y confesó que había entendido lo que había hecho mal en su vida, además de recapacitar sobre el tema.
Además de se beneficiada con salidas transitorias en agosto de 2023, recibió una reducción de un año y ocho meses en su condena por “estímulo educativo”. Y es que la mujer completó sus estudios secundarios en la cárcel y salió abanderada.
EN EL OESTE ESTÁ EL AGITE
Si bien “La Yaqui” Vargas fue condenada en 2016, se encuentra detenida desde 2014 (este jueves 14 de marzo se cumplirán 10 años desde la detención en San Luis). Ello, sumado a la buena conducta, el “estímulo educativo” y otros requisitos hacen que la liberación de la mujer sea inminente y cuestión de meses (aunque no hay fecha tentativa aún).
Sin embargo, en el oeste de Godoy Cruz, el 2024 comenzó por demás alterado y en un clima bélico. Y la familia de “La Yaqui” vuelve a estar en el ojo de la tormenta, quizás con las aguas caldeadas por el inminente recupero de la libertad.
El lunes 29 de enero pasado, a las 3:20, uno de los hijos de “La Yaqui” fue atacado a balazos en el barrio Los Paraísos (siempre en el oeste de Godoy Cruz). La víctima fue Mauro Gelvez (20), quien recibió dos balazos en el tórax mientras circulaba en su moto y fue, repentinamente, atacado por otros hombres, quienes le dispararon en reiteradas oportunidades.
Ya desde fines de 2023 la tensión volvió a instalarse en el Campo Papa e inmediaciones, y el hijo de “La Yaqui” nunca dejó de estar en el foco de estos episodios. En noviembre del año pasado, un joven de 27 años fue asesinado de 5 disparos en uno de estos enfrentamientos entre bandas, y -desde entonces- la escalada de tensión, violencia y terror no ha encontrado un techo.
