En marzo de 2019, Paola Córdoba asesinó de 185 puñaladas a su esposo violento con la ayuda de su hija Milagros. El hecho provoco que la mujer estuviera en la cárcel durante 15 días, hasta ser excarcelada.
Tanto la joven como su madre declararon haber sido víctimas de violencia de género por el hombre. Este abusó varias veces de su hija mayor, razón que la llevo a ser partícipe del sangriento episodio.
Dos años después, la fiscal dispuesta al caso consideró que Alberto Nairetti, el asesinado, no fue agresivo y que las mujeres merecían ser condenadas a perpetua. Este gran giro elevó el juicio a la caratula “homicidio agravado por el vinculo y por ensañamiento”.
Entre los argumentos expuestos por la fiscal se señala que “le aplicaron a la víctima un total de 185 puñaladas, causándole heridas punzo cortantes, en diferentes partes del cuerpo”, además de considerar que hubo un acuerdo y planificación previo entre madre e hija.
El abogado defensor pidió que se anulara la petición y se considerara que Paola y Milagros actuaron en “legitima defensa propia y de terceros”.
Detalles del asesinato
Luego del crimen, Paola confesó que mató a su esposo antes de que él lo hiciera, además de contar que el hombre quería prostituirla en la Ruta 8. “Ese día me amenazó con que iba a terminar con todo. Cuando él se quedó dormido bajé a la cocina y agarré las cuchillas”, expresó.
La hija del matrimonio manifestó que apuñaló una o dos veces a su padre y luego dejó el cuchillo, aunque su madre siguió el trabajo.
Si sos víctima o conoces a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas.