El presunto caso de “gatillo fácil” en el que perdió la vida Facundo “Kako” Martínez (43) se definirá en los próximos días, cuando se compare la declaración del policía federal implicado, con un cúmulo de pruebas. Con esto se persigue ver si la declaración del uniformado coincide con las pericias y pruebas obtenidas.
El sábado, la fiscal de Homicidios Andrea Lazo imputó al policía que tiene 31 años por el delito de homicidio agravado por ser miembro de una fuerza de seguridad y dejó en libertad su compañera, quien también había estado detenida desde el jueves por la noche, cuando se produjo el hecho en Federico Moreno y Catamarca de Ciudad.
Que la causa haya quedado en el fuero provincial hace pensar que el policía no habría estado trabajando cuando le disparó a Martínez.
El imputado disparó dos veces y los proyectiles ingresaron por la ventanilla del conductor, explicó a Los Andes una fuente judicial. Una bala hizo un recorrido descendente, ingresó por la axila, habría tocado el corazón y finalmente salió por la espalada.
El policía habría declarado que los disparos intentaron ser intimidatorios y se produjeron cuando el conductor, sentado en el auto, habría realizado un movimiento sospechoso.
Ahora la Fiscalía de Homicidios espera recibir información para contrastar la declaración con las pruebas. En concreto, esperan los registros de las cámaras de seguridad de la zona para ver si registraron el momento en que se produjeron los disparos. También quiere tener el resultado de una pericia psicológica del imputado y la pericia balística, entre otros elementos de la investigación.
La comparación del análisis de las pruebas con la declaración del federal determinarán el futuro de la causa: puede seguir como homicidio agravado o bien que el caso fuera caratulado como exceso de legítima defensa. Esta última calificación se muestra como poco probable ya que Martínez no estaba armado.