Víctor Hugo Acuña (33) insistió con la misma versión que ofreció dos años atrás cuando lo detuvieron por la muerte de su esposa Lorena Segura (30): “Fue un accidente y espero que se llegue a la verdad”.
Además de esa frase, el oficial de la Policía imputado por homicidio doblemente agravado por el uso de arma y el vínculo, con pena única de perpetua, aseguró en su declaración que inicialmente la pistola reglamentaria la tomó la esposa y durante la discusión él se hizo de la 9 milímetros, pero con la intención de suicidarse.
El hecho por el que Acuña enfrenta un jurado popular ocurrió el 15 de abril de 2018 en la casa donde vivía la pareja con el hijo que entonces tenía 1 año y 11 meses, en el pasaje Belgrano en General Alvear. La docente recibió un balazo que ingresó entre el hombro derecho y el corazón, perforó ambos pulmones y salió por el otro costado.
El debate que preside la jueza María Eugenia Laigle comenzó ayer y se extenderá hasta el jueves cuando está previsto conocer la sentencia y es el primer juicio por jurado que se realiza en Mendoza desde que se desató la pandemia del coronavirus, por lo que se lleva adelante bajo un estricto protocolo sanitario. El lugar elegido es el Centro de Congresos y Exposiciones de San Rafael.
Mientras que la defensa sostiene que el trágico deceso de la víctima fue un accidente, la fiscalía buscará probar que el policía asesinó a su esposa durante una discusión.
Las hipótesis
En su alegato de apertura, Pablo Peñasco, jefe de los fiscales en el sur mendocino, fue contundente cuando sostuvo que la muerte de Segura “no fue accidental, fue con conocimiento pleno del acusado”.
Peñasco explicó que el sospechoso, por el entrenamiento y su función, conocía al detalle el manejo del arma y recordó que su adicción a las apuestas y el juego fue el desencadenante de la disputa. Entre las pruebas que se presentaron está el pedido de autoexclusión que el efectivo presentó en 2014 al Casino alvearense. Además están los préstamos que solicitó para salir del ahogo económico que le ocasionó su vicio.
Esa situación provocó que la relación “fuera deteriorándose” y “generó el reclamo de Lorena para que cambiara, pero no pudo encausar su vida”, remarcó el fiscal.
En línea con la introducción que realizó Jorge Luque, el defensor oficial, Víctor Acuña dio su versión de lo sucedido en una exposición que duró 35 minutos.
“Después de casarnos se acentuaron los problemas de pareja, principalmente por mi adicción al juego. Teníamos muchas deudas por esa razón y comencé a pedir préstamos sin contarle a Lorena”, contó.
El acusado señaló que la madrugada previa a la muerte de su pareja, se reunió con sus amigos para un juego de “roles”, pero que no se realizaban apuestas. “Ese día estuvimos hasta cerca de las 3 . Cuando me acosté, ella no me hablaba, estaba muy enojada”.
Siempre de acuerdo al relato del imputado, a la mañana siguiente “comenzamos a discutir. Se dirigió a la habitación, donde arriba de un placard colocaba mi arma. Ella la bajó y yo se la quité. Me seguía diciendo cosas, le pregunté si ya no me quería y en ese momento cargué el arma con intención de dañar mi propia vida. En un momento de reacción quise descargar el arma pero tiene un mecanismo que no tuve en cuenta: hay que hacer la corredera hacia atrás y cae la bala, pero nunca quité el cargador. Cuando la corredera se hizo hacia adelante, el arma se cargó de nuevo sin que yo me diera cuenta”, describió.
“En un momento estaba apuntando a mis piernas, la pistola se disparó y me lesionó el dedo. Eso fue tan rápido que ella se asustó y tomó el arma. Yo levanté el brazo para sacársela de sus manos y ahí se ejecutó el disparo”, cerró.