La tercera jornada del juicio contra el policía Víctor Hugo Acuña (33) por el asesinato de su esposa, estuvo signada por las declaraciones disonantes de los peritos.
Los tres expertos convocados por la fiscalía y la defensa no se pusieron de acuerdo en cuanto a la distancia en la que se realizó el disparo que terminó matando a Lorena Segura (30).
Esa información es fundamental ya que la fiscalía, para sostener la acusación de por homicidio doblemente agravado por el vínculo y el uso de arma de fuego, considera que el disparo se efectuó a una distancia mínima de 1,40m. En tanto, la defensa de Acuña insiste en que fue a corta distancia para respaldar la versión del accidente.
El deceso de la joven madre y docente se produjo el 15 de abril de 2018 en General Alvear durante una discusión de pareja.
En el juicio por jurado que se realiza en el Centro de Congresos y Exposiciones de San Rafael, la jueza María Eugenia Laigle llamó a declarar en primer término a un ex Policía que en los días en que se cometió el crimen se desempeñaba como Jefe de Científica.
El funcionario policial opinó que “faltaron pericias y que la distancia del disparo fue de unos 50 centímetros”. Luego de hacer un repaso pormenorizado del estudio pericial que se realizó en el domicilio en el que Acuña y Segura vivían con su hijo, entonces de 1 año y 11 meses, el especialista cuestionó la manipulación de las prendas de la mujer fallecida.
“El laboratorista no estudió todas las prendas, algo que hubiese ayudado mucho a determinar una distancia más certera del disparo”, indicó.
Otro de los testigos aportó una distancia de disparo diferente a la sugerida por el ex jefe de Criminalística.
Se trata de la declaración ofrecida por un ingeniero y docente de nivel universitario que trabaja en el laboratorio de microscópica electrónica de barrido del Ministerio Público Fiscal.
Para el experto la 9 mm se disparó a más de un metro. Además explicó cómo llegaron las prendas al laboratorio para ser examinadas con esta tecnología y dijo que no era necesario evaluar todas las prendas.
“Tomamos muestras en un radio de 10 centímetros del orificio que presentaba la remera de la víctima; a medida que la concentración de partículas de residuos de disparo va disminuyendo, pierde sentido analizar. Por eso hubo prendas que no se tomaron en cuenta”, señaló.
La defensa pública de Acuña, a cargo de Jorge Luque, ofreció el testimonio de una especialista que descartó de plano que el disparo se haya producido a una distancia de 1,40 m, y desacreditó al perito convocado por la fiscalía.
“Ambos se encontraban próximos a la puerta y Lorena se encontraba a unos 80 o 60 centímetros del arma”, sostuvo.
Además, esta testigo señaló que “Lorena estaba sosteniendo el arma al momento del disparo”, lo que acompaña la versión de Acuña del forcejeo previo entre ambos antes del disparo que terminó siendo mortal.
Por otra parte, la declaración del médico forense se concentró en las heridas que presentaban las manos del ex policía imputado, producto de la manipulación y el accionar del arma reglamentaria. “Presentó dos heridas en la mano izquierda. Una lesión generada por calor directo y una herida que se suele llamar “tatuaje”, típica de una lesión por arma de fuego. La otra es una herida contuso-desgarrante en la parte superior de la mano, por la bala que rozó o por la onda expansiva de la explosión. No es una herida cortante, es un desgarro y no fue a causa de la corredera del arma”, afirmó.
El especialista brindó detalles del examen realizado al cuerpo de la víctima. “La causa de muerte fue un shock hipovolémico. La bala lastimó los dos pulmones y la lesión fue hecha en vida. La herida de entrada no está quemada, ni tiene humo y no tiene “tatuaje”, por lo que hubo más de 60 cm de distancia o algo que se interpuso entre la bala y la piel”, relató el forense.
Respecto a las manos de la víctima, otro dato clave dado que la muerte de Segura se produjo en el contexto de una discusión, el experto señaló: “no presentaban lesiones”.
Este jueves está previsto que la jueza Laigle dé lugar a los alegatos de clausura de la fiscalía y la defensa pública, a cargo de Pablo co y Jorge Luque, respectivamente.