23 de abril de 2025 - 14:47

Polémico "bozal legal" para la joven que denunció por abusos sexuales a 6 jugadoras del Club Alemán

Lo ordenó la fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual, a pedido de las deportistas denunciadas. Para los abogados de la denunciante es un decreto nulo, que censura y que pretende preservar la imagen de las sospechosas.

La justicia ordenó que la joven de 18 años que denunció a 6 jugadoras de la primera división de hockey del Club Alemán por presuntos abusos sexuales que se habrían cometido durante rito de “bienvenida”, no pueda hablar sobre el caso que, si bien fue denunciado en 2023, cuando la joven tenía 16 años, sigue abierto.

Ayer, desde la Fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual enviaron “una suerte de bozal legal” a los abogados de la joven denunciante y de las denunciadas (inicialmente denunciadas por el propio club) ordenando que “deberán abstenerse a brindar datos relacionados a las presentes actuaciones”.

Para los abogados de la joven se trata de un decreto nulo que revictimiza a la denunciante para preservar la buena imagen de las denunciadas.

El documento firmado por el fiscal subrogante Gonzalo Marzal (la causa la investiga la fiscal Mercedes Moya) explica que la medida es a pedido de la defensa, “teniendo en cuenta la naturaleza del hecho investigado -lesivos contra la indemnidad sexual de la denunciante-, el plexo probatorio incorporado hasta este momento y el estadio procesal en que se hallan estos autos”.

El pedido de la defensa

El pedido de la defensa fue el siguiente: que “se arbitren medidas que estime corresponder para frenar la divulgación de información en medios de comunicación masiva”, frente a información aparecida en diarios, programas de televisión y radios provinciales y nacionales, como así también en redes sociales como Facebook, Tik Tok, luego de que diario los Andes diera a conocer el caso.

La nota sostiene que desde hace más de un mes “alguien con acceso a información del expediente viene exponiendo datos precisos, dando a conocer públicamente los nombres y datos que permiten perfectamente identificar a todas las implicadas en el hecho investigado”.

Luego, apunta a los abogados defensores, diciendo que si bien respetan el derecho a ser querellantes, “bajo ningún punto de vista implica la irresponsable divulgación de datos identificatorios de mis clientas como así también de información sensible del expediente”.

Abogados de la denunciante: no al bozal

Los abogados de la denunciante, Lucas Lecour y Francisco Machuca, en su rol de querellantes, enviaron una nota a la Fiscalía para indicar que, a pedido de la joven, “continuará en lo sucesivo brindando notas y datos que estime necesario en procura y legítimo ejercicio de sus derechos”.

Los letrados Lucas Lecour y Francisco Machuca indicaron al fiscal que “se abstenga en lo sucesivo de intentar cercenar sus derechos constitucionales pretendiendo imponer una suerte de “bozal” en tanto ello constituye además un claro ejemplo de revictimización, al pretender imponer el silencio a la víctima de un delito contra la integridad sexual en procura de mantener la “buena imagen” de las victimarias”.

La posición es argumentada de la siguiente forma: la reserva en una causa de delitos contra la integridad sexual es en resguardo de los derechos de la víctima; “ergo es la propia víctima quien tiene la facultad de disponer sobre el uso de su derecho”.

Marcando luego que sería, en todo caso, la victima la que podría resultar perjudicada. Luego sostienen que es falo que ellos o su clienta hayan dado información sobre “las victimarias" habiendo mantenido siempre una estricta postura de decoro y sororidad”.

También sostienen que “impedir a la víctima brindar notas periodísticas implica de su parte una facultad que como fiscal de instrucción no tiene, un acto inconstitucional de censura, y una transgresión a los derechos que como víctima le asisten, siendo en rigor un decreto nulo”.

Esta es la denuncia

Según consta en el expediente que investiga la fiscal Mercedes Moya, el hecho se registró el 20 de abril de 2023 en el club Alemán cuando el primer equipo femenino estaba jugando un torneo regional y concentraba en las instalaciones que la institución tiene en Dorrego, Guaymallén.

La denunciante jugaba en ese club desde los 8 años, capitaneando algunos equipos de distintas divisiones inferiores. En ese momento formaba parte de la Quinta y, por sus habilidades, fue convocada para la Primera. Además, era entrenadora de las niñas de la Novena.

Según la denuncia, la velada iniciática arrancó cuando la capitana de la Primera fue a buscar a las menores diciéndoles que todo estaba listo en el baño de la institución. Luego las hicieron formar fila en la puerta y las hicieron pasar de a una. Después, otra jugadora les dijo a las niñas que se desnudaran, quedando sólo con bombachas o bien con las calzas.

Otra adulta les dijo que tenían 30 segundos para ponerse una suerte de "top creativo", que no era otra cosa que cubrirse los senos con papeles u hojas de árboles sujetadas con cinta Scotch. Las órdenes habrían sido dadas por al menos cuatro adultas –algunas profesionales, todas identificadas con sus nombres- y habrían sido 10 las que participaron del hecho.

En ese momento, una de las adolescentes le dijo a otra jugadora que hicieran lo que quisieran. "Pero no nos graben", suplicó, algo que finalmente habría ocurrido.

Luego, otras tres jugadoras se encargaron de vendarles los ojos con toallitas femeninas. Repentinamente, una chica que tiene fobia a los peces, sintió olor a atún y comenzó a llorar. Después les ordenaron que se pusieran "en cuatro patas" y fueran hacia otra parte de los baños. Entonces, una mayor dijo: "Ponete en cuatro patas y mordé este hueso; sos un perro", mientras otras hacían comentarios de índole sexual en relación a la posición de las menores, aderezados con risas y comentarios humillantes.

Siempre según la denuncia, una de las jugadoras adultas comenzó a frotarles ají picante en los labios y la denunciante le dijo varias veces que no lo hiciera porque tenía una reacción alérgica. Pero la maniobra siguió, a pesar del llanto de la adolescente, mientras algunas le refregaban por el cuerpo una mezcla "asquerosa".

Así vivencia el momento hoy la denunciante: "Yo estaba muy incómoda con la situación. Me sentí vulnerable, humillada, y sentí tanto miedo de que reaccionaran mal si les decía que me quería ir, que no podía hablar".

Pero la particular "bienvenida" continuó. "A la cuenta de tres, griten gol, pero con mucha emoción", fue la consigna siguiente. Cuando las chicas lo hicieron, les habrían introducido salchichas en la boca. Una cayó al piso y otra se cerró la boca pero igual se les suministró su dieta de embutidos.

Mientras seguían siendo untadas por una sustancia viscosa, M. F. A. una de las presuntas agresoras, le introdujo a la denunciante una morcilla entre la calza y bombacha. "Yo moví la morcilla porque me daba asco que tocara mis genitales y ella me decía que no lo hiciera", dice la joven.

Luego vino la etapa de decoloración de pelos, que dejaron como saldo ardor y quemaduras, pero al menos se les permitió sacarse "las vendas". Pero antes, y tras llevarlas a las duchas, una jugadora "de Primera" le dio a probar a la joven una sustancia que ella cree que fue yogur rancio o con ajo. Luego le tiraron ese yogur en el cuerpo y una le arrojó un profiláctico diciéndole que esa sustancia blanca "venía de ahí".

Ya en ese momento, por la humedad, a la joven se le había desprendido el "top creativo" y estaba desnuda de la cintura hacia arriba, "pero a pesar de avisar, siguieron filmando". Por último, las dejaron bañarse.

Al día siguiente una madre escuchó en el baño de un estadio que dos jugadoras comentaban sobre "la bienvenida" diciendo que se les había ido la mano, por lo que el asunto comenzó a comentarse de boca en boca y de teléfono a teléfono.

Los videos también habían comenzado a circular, y cuando una de las presuntas víctimas pidió verlos porque había quedado semidesnuda, solicitó que los borraran pero ignoraron el pedido.

Entonces, por la noche, las mayores llamaron a una reunión (estaban concentradas en el club porque jugaban un torneo) donde las menores fueron sometidas a una suerte de pacto de silencio: la bienvenida era una dinámica habitual en el equipo y había "códigos" que respetar.

Luego, fueron las autoridades del club quienes llevaron el asunto a la justicia, denunciando en la fiscalía.

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