La Justicia condenó hoy a la pena de prisión perpetua al farmacéutico de nacionalidad chilena que asesinó a su pareja en su casa de Maipú, tras golpearla en la cabeza en diciembre del año pasado.
Juan Carlos Romero (51) se declaró culpable del homicidio de Sonia Garberoglio (51), previo a un juicio abreviado que se celebró estamañana en el Polo Judicial, según informaron desde la oficina de Prensa del Poder Judicial.
La jueza Mariana Gardey lo condenó entonces por el delito de femicidio en concurso ideal con homicidio agravado por el vínculo, luego de que el fiscal de Homicidios Carlos Torres y la defensa del acusado definieran la pena en un juicio abreviado.
La hija denunció el crimen
La brutal agresión sufrida por Sonia Garberoglio se produjo el 26 de diciembre de 2022, cerca las 21.40, cuando ingresó una alerta al 911 por un episodio de violencia de género en una vivienda ubicada en Alem al 1.050, de Gutiérrez.
Personal de la Policía de Mendoza entrevistó a una joven, quien relató que sus padres habrían discutido y el hombre la había asesinado. Los policías hallaron a la víctima, sin vida, tendida en el piso de la cocina, con varias lesiones en el cráneo, provocadas aparentemente por una botella de vidrio.
Romero también estaba ensangrentado, con lesiones en la frente, boca y planta del pie, por lo que fue trasladado al hospital Central en calidad de detenido.
Al día siguiente los vecinos explicaron a los medios que Romero estaba bajo tratamiento y que habían presenciado discusiones y peleas.
Cuando el Ministerio Público Fiscal buscó en su base de datos detectó que, en noviembre de 2017 se había presentado en la Fiscalía de Violencia de Género la madre de Romero para denunciar que su hijo había golpeado a su nuera y que era una persona violenta, con trastornos psiquiátricos y que no tomaba la medicación que le habían recetado.
Según la madre la hermana y la víctima el hombre era bipolar. La hermana de Romero ratificó la versión de su madre, dijo que se produjo una discusión y que el farmacéutico la había dado dos piñas a su mujer durante una discusión que tanto ella como su madre no habían presenciado.
También se presentó a declarar la víctima: dijo que habían discutido, que el hombre era celoso y que había tenido un brote y le había pegado en la cara dos veces pero que no la había lesionado.
Una psiquiatra del C. M. F. que evaluó al farmacéutico no determinó si había una patología, pero estableció que el hombre tiene nivel de inteligencia media, que podía prestar declaración y en relación a la pareja, dijo que había una relación disfuncional con patrones de agresividad mutuo.
Finalmente, el caso se archivó ya que no existió delito. La mujer, por último, solicitó que lo internaran por lo que el asunto pasó al hospital El Sauce.
