Patrullaje virtual, la estrategia policial que previene la compra-venta ilegal en las redes sociales

Efectivos mendocinos monitorean plataformas donde se ofrecen productos que muchas veces son robados. Así, previenen robos y estafas, recuperan cientos de elementos de origen ilegal y detienen a los vendedores.

Patrullaje virtual, la estrategia policial que previene la compra-venta ilegal en las redes sociales
Patrullaje virtual, la estrategia policial que previene la compra-venta ilegal en las redes sociales. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

El patrullaje policial al que estamos habituados es en las calles, con efectivos a pie o a bordo de autos, motos, bicicletas y hasta caballos. Aunque hay otro tipo de patrullaje, también preventivo, pero indetectable: el virtual. Estos procedimientos permiten prevenir robos y estafas, detener a delincuentes que intentan vender elementos sustraídos y recuperar esos objetos.

En las últimas semanas, el patrullaje virtual permitió recuperar decenas de luminarias públicas que estaban en poder de particulares que pretendían venderlas a través de las redes sociales. Sin embargo, se trataba de artículos que sólo se venden a municipios o grandes instituciones. Su venta, entonces, era ilegal por lo que quienes las ofrecían fueron detectados y aprehendidos por policías mendocinos.

Son efectivos de la División Delitos Comunes quienes patrullan en internet. Su jefe, el subcomisario Osvaldo Araujo, detalla a Los Andes los alcances de estos novedosos procedimientos. “El patrullaje virtual es, ni más ni menos, que bucear por las redes sociales, especialmente por aquellas en las que hay productos a la venta. Algunos nos llaman la atención por alguna particularidad del producto, porque se roban más que otros, o por su precio llamativamente bajo”, explica.

“Un entrecruzamiento de datos nos permite valorar la publicación, el precio, el producto, la zona donde lo venden, si esa persona ya ha publicado, si es comerciante, si es un usuario que publica ocasionalmente. Son cuestiones que nos hacen bajar o subir la aguja de la sospecha”, completa el experimentado sabueso.

Este ciberpatrullaje implica que, en la mayoría de los casos, no haya denuncia previa y se actúe de oficio, preventivamente. “Generalmente son preventivas las actuaciones. Una vez que tenemos elementos que nos indiquen que puede haber una alta posibilidad de sospechosa, y corroborado con el elemento en la mano, recién ahí se dispara la intervención judicial. Se le informa al fiscal, se le aportan todas las pruebas reunidas para que arme el caso y él da la orden de secuestrar. Lo importante es sacar de circulación ese elemento”, explica Araujo.

Cómo funciona el ciberpatrullaje

Realizar el patrullaje virtual implica que haya efectivos de Investigaciones que durante sus tareas habituales también estén rastreando en las redes. “Con las herramientas informáticas que contamos, los efectivos están permanentemente mirando. Están haciendo las investigaciones de las diferentes causas, pero también patrullan y alertan”, detalla el jefe de Delitos Comunes de la Policía.

Y suma: “Generalmente actuamos en MarketPlace, lo que no implica que no estemos en otras plataformas. Pero esta de Facebook es la que nos da mayor información. El patrullaje virtual es parte del trabajo de rutina”.

El ciberpatrullaje que tienen a su cargo los sabuesos de Delitos Comunes sólo se usa para prevenir la compra y venta de materiales o estafas con esos elementos, pero no se encargan de otros delitos como el grooming o el intercambio de material de abuso sexual infantil, por ejemplo. “De eso se encarga la gente de ciberdelitos, que buscan por la deep web; trabajan por otro lado”, aclara el uniformado.

Patrullaje virtual, la estrategia policial que previene la compra-venta ilegal en las redes sociales. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
Patrullaje virtual, la estrategia policial que previene la compra-venta ilegal en las redes sociales. | Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

Y apunta a los filtros que impone Facebook, que impiden publicaciones de ese tipo. “En las redes sociales, especialmente en Marketplace que es en la que mayormente buceamos, hay determinadas normas que impiden subir ciertas cosas. Hay un autocontrol bastante bueno. Por ejemplo, si querés publicar un arma de fuego, no vas a poder. Palabras como pistola o carabina, no las va a permitir, mucho menos un contenido de característica sexual”, diferencia Araujo.

Patrullar por Telegram es más difícil, pero no imposible. Aunque admiten que esta aplicación de mensajería de máxima velocidad tiene mayores niveles de seguridad de la privacidad, donde incluso se venden drogas.

El subcomisario consultado pondera la reciente promulgación de la Ley 9.556, que crea un registro de bienes muebles usados, para el control de compra y venta de artículos. “La publicación a precios irrisorios de determinados productos nos hace sospechar y nos permite iniciar una investigación a partir de que los publiquen. Por ejemplo, si una luminaria que vale $600.000 se ofrece a $500, por decir algo muy burdo, nos permite hacer una investigación de oficio y no tener que generar una compra o tratar de profundizar”, detalla. “La inteligencia previa permite ver cosas que tienen una incidencia de haber sido sustraída”, completa.

Compras pactadas

Araujo admite que el término patrullaje virtual es relativamente nuevo. “Lo inventamos dentro del léxico policial. Y dentro del ciberpatrullaje sale el acuerdo para comprar o vender algo que ya sabés que es robado, que lo hemos denominado ‘una compra pactada’”, apunta. En esa estrategia, el investigador simula estar interesado en comprar determinado producto ofrecido en las redes sociales y contacta al vendedor. Luego acuerdan un punto de encuentro para realizar la transacción y es cuando el sospechoso es aprehendido.

“Con compras pactadas hemos recuperado hasta ecógrafos que les robaban a los médicos, pero también bicicletas, celulares, motos, autos, armas, luminarias, diversos objetos”, detalla Araujo con satisfacción.

“Un caso testigo muy importante fue un robo a YPF. En los pozos que tienen en el campo esconden una cámara que le llaman cazadora, que es muy particular. Una de esas cámaras Garmin estaba publicada y es muy costosa. El que la ofrecía era un ex empleado de una contratista que trabajaba para YPF y que tenía acceso al parque petroquímico. Ese sujeto fue detenido gracias a toda la información reunida del patrullaje virtual”, ejemplifica a modo de resumen el jefe policial.

La sanción o la pena para el vendedor ilegal dependerá de lo que haya intentado vender.

Millonario recupero de luminarias públicas

Un minucioso patrullaje virtual permitió a la Policía mendocina recuperar 10 luminarias LED que están valuadas en $6 millones y eran ofrecidas ilegalmente en la red social Facebook, el pasado 23 de julio. Se trata sólo de un ejemplo de lo que permite esta estrategia.

La operación fue realizada por efectivos de la División Delitos Comunes en una vivienda ubicada en calle Cerro Negro, en Godoy Cruz, donde habían identificado a un hombre de 31 años que las ofrecía.

Las investigaciones revelaron que las luminarias, valuadas en $600.000 cada una, están destinadas exclusivamente para la venta a instituciones públicas o municipios, no a particulares. El sospechoso argumentó que las 10 luces eran sobrantes de una obra y parte del pago por haber trabajado temporalmente para una empresa de electricidad.

Recuperaron luminarias LED valuadas en $6 millones, que eran vendidas en Facebook. | Foto: Ministerio de Seguridad y Justicia
Recuperaron luminarias LED valuadas en $6 millones, que eran vendidas en Facebook. | Foto: Ministerio de Seguridad y Justicia

Aunque, debido a la falta de documentación que respaldara la licitud del origen de los dispositivos, fueron secuestrados. “Nadie compra seis millones de pesos de excedente para una obra. Nadie compra 10 luminarias más de ese valor, porque el rédito del negocio está condicionado por el ahorro. Además, la fábrica las vende directamente a los municipios, ni siquiera a los grandes electricistas”, aclara el subcomisario Osvaldo Araujo.

Los investigadores contaron con la colaboración del gerente operativo de la empresa que tiene a cargo el mantenimiento y la colocación del alumbrado público en todos los municipios. La compañía hace un seguimiento georreferenciado de todas las luminarias con número de serie. Así, se puede determinar dónde debe estar colocada cada una.

Dos días después, el 25 de julio pasado, el Ministerio de Seguridad y Justicia informó sobre el recupero de otras 18 luminarias públicas que estaban siendo ofrecidas ilegalmente a través de redes sociales.

El operativo se realizó en una vivienda ubicada en la intersección de calle Buenos Vecinos y el carril Godoy Cruz, en Guaymallén. Los sospechosos no pudieron presentar documentación que justificara la procedencia, aunque argumentaron que se trataba de sobrantes de una obra en la que habían trabajado.

“Se trataba de luminarias de sodio. Son viejas y, justamente por eso, algún municipio las había cambiado y debían estar en un depósito como rezago, no en la calle. Es decir que se las habían llevado de un depósito”, sentencia Araujo.

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