Un nuevo caso de grooming se registró en Argentina, esta vez en Santa Cruz, donde se pudo evitar a tiempo otra tragedia. A través de las redes sociales, un hombre pactó un encuentro con una niña de 12 años, pero no se percató que los padres lo esperaban para darle una golpiza.
El hecho sucedió en la localidad de Río Gallegos. El joven de 23 años contactó a la menor de edad en Facebook, donde la llenó de mensajes privados y desagradables, amenazándola y hasta ofreciéndole regalos para convencerla.
“¿Tenés miedo de hablar conmigo?”, “Qué feo que sos de Boca” y “Es nuestro secreto” forman parte de los chats compartidos por el medio La Opinión Austral. También, el abusador le pide a la niña que le diga horarios cuando no esté la mamá en casa, así como fotos.
Debido a la insistencia del hombre, la adolescente avisó a su papá y a su mamá de lo que estaba sufriendo. Los familiares le siguieron el juego al depravado y lo citaron en un local ubicado en la calle Filippo, de la capital santacruceña.
El encuentro ocurrió el viernes por la mañana. El hombre arribó al local sin imaginarse lo que le esperaba: papá y mamá de la niña le dieron una golpiza y hasta le fracturaron el pómulo.
Debido al ataque, intervino el personal de la Comisaría 2, que se llevó detenido al hombre.
En tanto, el Juzgado de Instrucción N°2, a cargo de Valeria López Lestón, dispuso que el sujeto, cumplidos los plazos legales, continúe detenido y le secuestren el celular.
Por su parte, la madre de la chica advirtió en un posteo en Facebook acerca de lo que sufrió su hija, además de divulgar la identidad del hombre.
“Cuiden a sus nenas, por favor, hoy me pasó a mí. Hablen con sus nenas/es, revisen sus redes sociales, que tengan confianza en contar las cosas”, reflexionó la mujer.
¿Qué es el grooming? Consejos para prevenir a tiempo
El femicidio de Florencia Romano (14) en Maipú reavivó un delito tan silencioso como peligroso, y al que niños, niñas y adolescentes están expuestos en los oscuros pasajes de internet: el ciberacoso.
- No compartir públicamente información personal (números de teléfono, domicilios) ni fotos con poca ropa o desnudos. Tampoco seguir chats extraños.
- Los adultos deben empatizar con los niños y entender que son las principales víctimas: establecer confianza para contar lo que ocurre.
- Si se ve que el chico o la chica pasa mucho tiempo encerrado con un dispositivo, buscar el momento y la oportunidad de sacar el tema y chequear qué sucede.
- Avisar donde el menor está, así sea a un hermano o amigo.
- Prestar atención si el niño o la niña anda con el teléfono escondido o evita dar detalles.