¿Cómo puede un ladrón saber que tres vecinos de un barrio privado van a salir el sábado por la noche, a la misma hora, si en ese tipo de conglomerado habitacional nadie puede mirar hacia adentro y no entra sin ser registrado, ni siquiera el recolector de basura?
“Siempre, en la casi totalidad de los robos que se vienen produciendo en barrios cerrados de Mendoza, hay un ‘datero’. Eso no sólo lo piensa la Policía, sino también los fiscales, los de seguridad de los barrios, e incluso las víctimas. Ni siquiera hace falta mucha logística, ni una banda: sin armas, con el dato, dos o tres personas y una auto, basta”, contesta una de las fuentes judiciales consultadas.
En los últimos tiempos se han registrado en Mendoza una serie de importantes robos -importantes en cuanto al dinero robado- en exclusivos barrios privados, sobre todo de emprendimientos inmobiliarios de Luján de Cuyo y Maipú.
En este tipo de delitos el atractivo principal es, obviamente, el efectivo y las joyas; nunca se llevan electrodomésticos. Las víctimas son personas de alto poder adquisitivo, que acostumbran atesorar divisas extranjeras o pesos como ahorro o bien porque es dinero que no pueden bancarizar. En los robos de este año enumerados en esta nota el botín llega a $40 millones, sin contar el valor de las joyas.
“Hat-trick” en un complejo de Maipú
El pasado sábado 15 de octubre, delincuentes hicieron un “hat-trick” como dicen ahora los comentaristas o los influencers de Twitch, o un “triplete”. En sólo dos horas -entre las 21 y las 23- entraron a tres viviendas de uno de los barrios privados de Maipú, cumpliendo con las reglas de modus operandi vigente para este tipo de golpes: forzaron alguna abertura con tranquilidad, sabían que los dueños de casa se habían ido y, además, que el botín podría ser jugoso.
En efecto: en la primera casa encontraron 25.000 dólares y 500.000 pesos. En la segunda, 15.000 pesos y en la tercera alianzas de oro, entre otras joyas costosas.
Diferentes hechos
El sábado 8 de octubre fueron asaltadas dos viviendas de countries de Luján. El primero fue en Carrodilla; el segundo en Chacras de Coria, donde reside el gobernador Rodolfo Suárez.
En el primer golpe los ladrones se llevaron una caja fuerte que tenía dos millones de pesos. La empresa de seguridad llamó al 911 cuando vio a dos sujetos en el baño de la casa, a través del sistema de cámaras. La dueña llegó una hora más tarde. En la segunda, el dueño, un médico, había salido por la tarde. Cuando regresó, comprobó que le habían roto una puerta de servicio y así accedido a una habitación donde guardaba 500.000 pesos y 300 dólares.
El 21 de junio pasado, cuando un empresario volvió de un viaje a Chile, descubrió que ladrones habían forzado la ventana del primer piso de su casa en Godoy Cruz y se habían llevado 50.000 dólares, joyas y relojes de gran valor.
El 9 de septiembre pasado, delincuentes huyeron de una vivienda de un barrio cerrado de Maipú, con una mochila con 3 millones de pesos y una caja fuerte con 44.000 dólares -$15 millones en total- y una importe cantidad de joyas.
¿Son seguros los barrios privados?
“Son seguros siempre y cuando la seguridad funcione bien porque si el ladrón traspasa el cerco perimetral y va directo a una casa ‘marcada’ es muy probable que sepa que no tiene rejas ni cámaras de seguridad. Entonces, es mucho menos riesgoso que entrar ‘al voleo’ y armado a una casa de una barriada abierta”, explica otro investigador consultado.
Detallan que uno de los problemas que presentan este tipo de delitos es que no se trata de un problema de “inseguridad pública”, como el robo de un auto o una vivienda cualquiera, sino de “inseguridad privada”: estas barriadas son controladas por empresas de seguridad privadas, que son las que se encargan de “patrullar la zona” y esa tarea se puede hacer bien o mal.
Cuando ya se produjo el robo, la Policía sólo tiene que ir al lugar, tomar declaraciones a los guardias -que, obviamente, no vieron nada porque si no hubieran actuado- y tratar de levantar huellas dactilares.
Un uniformado consultado explicó que si bien las empresas de seguridad se encuentran registradas por el Ministerio de Seguridad a través del Registro Provincial de Empresas Privadas de Vigilancia, se sospecha que algunos trabajadores podrían estar “en negro” y por lo tanto sin la capacitación necesaria para este tipo de tareas.
Estas sospechas hacen pensar que el “datero” es un guardia pero muchas veces quien aporta el dato clave es alguien de la propia familia o un empleado o amigo, como ocurrió el año pasado cuando un jardinero y su madre, empleados de Dalvian, robaron 13.000 dólares y más de mil euros en la casa de un bodeguero.
Las posibles deficiencias en los servicios de seguridad generan que algunas víctimas caigan en la disyuntiva de iniciar una demanda civil contra las empresas de seguridad y los responsables de los complejos. Pero esto podría traerle algunas diferencias con los responsables e incluso con los vecinos, que dejan de saludarlos.
Aun así, hay gente que lo hace: es el caso ex presidente del Partido Demócrata, Carlos Balter, quien tiene una demanda contra el barrio de Luján donde vive y la Empresa de Seguridad S. A. por el violento asalto que sufrió junto a su familia en mayo de 2021.
Balter estaba con su mujer y su hijo cenando cuando dos asaltantes irrumpieron en la vivienda, previo cortar el cerco eléctrico. Los amenazaron, los golpearon y los ataron. Le robaron 120.000 pesos, 10.500 dólares, varias joyas y una pistola marca Browning. En junio pasado, cuatro sujetos fueron detenidos e imputados por este asalto.
Barrios privados, sacudidos por noticias de narcos y ladrones VIP
En general, los habitantes de barrios privados son gente de clases acomodadas, profesionales, magistrados, empresarios. Pero estos lugares también ofrecen refugio a profesionales del delito, delincuentes VIP que compran o alquilan, pagando todo el contrato por adelantado y en efectivo.
El ciudadano chino Zheng “Esteban” Cheng vivía junto a su mujer y sus hijos en una espaciosa residencia del barrio Dalvian. Hasta que en 2018 lo allanaron por orden judicial. Zheng sigue prófugo y es considerado el líder de una banda de contrabandistas que ya fue condenada por traficar mercaderías desde Chile por un valor de 3 millones de dólares.
El mes próximo se hará el juicio por el asesinato de Diego Aliaga (51), la presunta “mano derecha” del juez federal Walter Bento, según consta en la megacausa por coimas. Los acusados del homicidio son Diego Barrera (52), su mujer, sus dos hijos y un empleado. Aliaga vivía en Palmares y le prestaba una casa a Barrera en el barrio Dalvian.
En junio pasado, Alfredo Emanuel Núñez (37) fue detenido en su casa el barrio La Angostura de El Challao, donde decomisaron $6.043.800, 1.500 dólares, 8 teléfonos, una pistola calibre 40 y otra 380. Los investigadores creen sería un importante distribuidor de droga.
Hace pocos días, el 14 de octubre, Investigaciones allanó una residencia del barrio cerrado Bohemia, en Guaymallén. Allí vivía parte de una banda de tucumanos que se había radicado en Mendoza hacía tres meses, dedicándose a realizar “entraderas”. Pagaban alquiler y compraban vehículos con el efectivo robado.