El hallazgo de un automóvil completamente incendiado con restos óseos en su interior y algunos impactos de bala generó alarma en Godoy Cruz. Luego se supo que se trataba de un vehículo que había sido robado hacía un mes y que los disparos habían sido ejecutados tras la acción de fuego. También hubo precisiones sobre los huesos encontrados.
El inusual hallazgo ocurrió minutos antes de las 13 del martes, en un zanjón seco ubicado sobre calle Perón, a la altura del barrio La Estanzuela. Un llamado al 911 de vecinos de la zona alertó a la Policía, que acudió al lugar. Entre los hierros calcinados se percibían algunos restos óseos y dos casquillos calibre 11.25.
Los uniformados notaron que se trataba de un VW Gol que estaba volcado sobre su costado izquierdo, cuya patente -ingresada tras la denuncia- indicaba que había sido robado el 23 de junio pasado. En la puerta delantera derecha se observaban tres impactos de bala. Alrededor había, además, siete vainas calibre 9mm, precisaron fuentes policiales.
Los indicios encontrados hicieron temer a los efectivos que se encontraran frente a un grave delito por lo que, por orden judicial, convocaron a peritos de Policía Científica. Al finalizar sus tareas, los especialistas pudieron determinar, en un adelanto de informe técnico, que los restos óseos hallados en el interior del rodado no eran humanos, sino de un animal. Se presume que se trataba de dos patas de caballo.
Además, determinaron que los disparos sobre la carrocería del vehículo fueron posteriores al incendio que lo dejó en ruinas. Resta determinar si alguien lo usó de “blanco” para practicar tiro.
Los pesquisas ahora tratarán de determinar si el auto fue robado, luego “descartado” e incendiado para borrar pruebas, o si están ante otro escenario delictivo.