“Meteoro” Suárez, el estafador especialista en fugas que sacudió a la prensa mendocina, pasa sus días encerrado en Córdoba

Como un “encantador” timador sumó decenas de estafas por montos millonarios, mientras que tuvo cuatro intentos de dejar el encierro, tres de los cuales fueron exitosos. Su paso por Mendoza y la actualidad del encierro.

“Meteoro” Suárez, el estafador especialista en fugas que sacudió a la prensa mendocina, pasa sus días encerrado en Córdoba
Uno de los intentos de Suárez, utilizando una máscara y el aspecto de un hombre mayor.

Dicen que el arte del engaño es tan antiguo como el origen del hombre pero en la historia policial mendocina hubo uno que logró unir, en una sola persona, la mentira que encierra la estafa y el ardid para lograr escapar, sin violencia, de la cárcel donde estaba encerrado.

Como timador sumó varias decenas de estafas genéricas por montos millonarios, mientras que tuvo cuatro intentos de dejar el encierro, tres de los cuales fueron exitosos. Pero hoy, acusado del delito de estafas y asociación ilícita, Víctor Ignacio Suárez, reconocido por el apodo de “Meteoro” (porque con los autos es el más rápido) es un condenado más que pasa sus días de encierro en el pabellón “B 4” del Módulo 2 del Complejo Carcelario 1 “Reverendo Francisco Luchesse”, también conocido como cárcel de Bouwer, en el Sur cordobés.

“Meteoro” nació en la localidad cordobesa de Alta Gracia un 27 de octubre del año 1973.
“Meteoro” nació en la localidad cordobesa de Alta Gracia un 27 de octubre del año 1973.

Allí cumple con la pena impuesta por la Décima Cámara del Crimen de la provincia mediterránea, que a mediados de septiembre del año pasado lo condenó a de 8 años de cárcel más una multa de 80.000 pesos.

Según el prontuario carcelario, “Meteoro” nació en la localidad cordobesa de Alta Gracia un 27 de octubre del año 1973. Años después, con un título universitario de analista y diseñador de software y multimedia, comenzó su actividad “profesional”, es decir, la estafa. Pero además tuvo una exitosa fuga de un calabozo de una comisaría de Rosario en el año 2003, adonde había ido a parar después de un frustrado intento de engaño por la compra de un Fiat Palio, modelo ’97, en unos 12.000 pesos. El vendedor nunca alcanzó a contar ese dinero porque Suárez, utilizando la identidad de Marcelo Molina, desapareció de la escena.

Un par de años después fue condenado a dos años y seis meses de prisión por estafas que se le sumaron a los tres años de cárcel que por el delito de encubrimiento le había fijado la Justicia de Córdoba. Y así sumó su primera fuga pero también su primera condena de cumplimiento efectivo.

Por estas tierras

En libertad Víctor Suárez buscó nuevos horizontes y con el fraude como Norte llegó a Mendoza en una fecha desconocida, hasta que a mediados de 2014 fue visto en la calle por una de sus víctimas, a la que le había comprado un auto sin pagar un solo peso y que, en sólo horas, terminó vendiendo. De este tipo de delito se denunciaron ocho hechos, dos de ellos a propietarios de vehículos que vivían en el barrio Dalvian.

Intervino el fiscal Gustavo Pirrello -actualmente uno de los fiscales de Homicidios- que hoy lo recuerda como un “tipo de buena pinta, buenos modales, muy perfumado, luciendo ropa a medida y con un reloj de marca en su muñeca izquierda, es decir, el verdadero perfil de un hábil estafador”. En ese momento en su celular de la “manzanita” quedó al descubierto que el estafador “hackeaba” las computadoras de sus víctimas, haciendo desaparecer, como por arte de magia y en pocas horas, de la bandeja de entrada del destinatario los correos que había enviado. Así lograba dejar sin rastros sus operaciones.

“Meteoro” sumó ocho causas de estafas genéricas que intentó “arreglar” pagando el daño ocasionado a las víctimas, lo que el artículo 26 del Código Procesal Penal llama “solución de conflicto”. Pero ello sólo quedó en un intento, por lo que terminó en una celda en el penal mendocino.

Hasta que 4 de agosto de 2014 logró salir por la puerta principal de la “casa de piedra” construida en el inicio de 1900, utilizando un DNI falso. Pero la libertad le duró solo 15 días, tiempo suficiente para cometer tres estafas en Villa Mercedes, cuando fue recapturado en la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus (EDIRO) de la ciudad de San Luis.

Suárez, que no tenía documentos, dijo llamarse Mario Castillo y ser abogado pero no le creyeron y llegó esposado al despacho de la doctora Virginia Palacios, titular del Juzgado Penal 3 (la misma jueza que tuvo la investigación del tristemente célebre caso de la menor Flor Di Marco) quien, por medio de las huellas dactilares, supo que estaba ante Víctor Ignacio Suárez, con pedido de captura de la Justicia mendocina.

Y así, el 29 de agosto, una comisión policial enviada por el fiscal Gustavo Pirrello lo fue a buscar al penal puntano y lo trajo de vuelta a la provincia.

Un “anciano” escurridizo

No habían pasado 50 días, cuando el jueves 16 de octubre “Meteoro” tuvo un nuevo intento de fuga, ahora en el papel de un anciano. Para ello utilizó una careta de látex, anteojos y una peluca. Encorvado y ayudado por un bastón, caminó hacia la puerta del sector de visitas de la prisión mendocina. Pero su intento fue abortado por la seguridad antes de que llegara a la calle Boulogne Sur Mer.

Una bufanda alrededor del cuello en un día que hacía mucho calor y un sello difuso sobre sus manos, que no aparentaban ser las de un hombre mayor, alertó a los agentes penitenciarios. Es que el “escapista” había tomado la ropa de un visitante que horas antes había ingresado al sector acompañado por una mujer.

“Meteoro” volvió a su celda, mientras que la pareja terminó siendo imputada. Ya encerrado prometió que “lo volvería a intentar”. Y lo cumplió tres años después. Fue en enero de 2017 cuando logró salir del interior del penal Almafuerte, en Cacheuta, y ganar la calle oculto en el interior de una silla de ruedas ocupada por un lisiado verdadero, que fue su cómplice y en esa calidad terminó detenido.

Nadie se explica cómo logró escapar “oculto” en una silla de ruedas.
Nadie se explica cómo logró escapar “oculto” en una silla de ruedas.

La fuga fue descubierta varias horas más tarde al no encontrarlo en el habitual recuento de presos, hecho que terminó con la carrera de varios agentes del Servicio Penitenciario encargados del control de las visitas.

Ese fue su escape “estrella” y desde ese momento se perdió todo rastro del hombre que logró la libertad cuando aún le faltaban cumplir dos años de una pena impuesta en un juicio abreviado.

Sin embargo, a la habilidad para lograr escapar le faltó la prudencia o tal vez fue por su avaricia lo que le permitió a las autoridades detenerlo nuevamente un mes después, cuando caminaba por el Paseo del Buen Pastor en el centro de la Docta.

Es que el fiscal de Delitos Complejos de Córdoba, Enrique Gavier, lo venía investigando no ya por la compra de vehículos sino por diversas estafas millonarias donde se utilizaban tarjetas de crédito clonadas para la compra de agroquímicos, delitos que se habían iniciado mientras “Meteoro” estaba detenido en Mendoza, en complicidad con cuatro sujetos que la Justicia identificó como Salvador Gustavo Mobilia, Arturo Emiliozzi, Daniel Márquez Ribeiro y Mariano Jesús Ferreyra. En distintos allanamientos también fueron detenidos.

Dos provincias “pelearon” por él

Detenido en Córdoba, pero habiendo escapado de una cárcel mendocina, Suárez se planteó un contrapunto jurídico entre ambas autoridades.

Para el fiscal Enrique Gavier, “Meteoro” con prisión preventiva debía ser juzgado en esa provincia; mientras que desde el otro lado, el ministro de seguridad Gianni Venier reclamaba traerlo a Mendoza e incluso especuló con colocarle una tobillera electrónica para monitorear sus movimientos dentro del penal.

Al final, “Meteoro” quedó a disposición de la Décima Cámara del Crimen cordobesa, que lo juzgó hace un año y lo condenó por estafas reiteradas y asociación ilícita a ocho años de cárcel. A esa pena se le sumaron los dos años pendientes al momento de la cinematográfica fuga en silla de ruedas.

Debido a sus antecedentes de “escapista”, “Meteoro” recién podría dejar el penal dentro de siete años. Hipótesis válida siempre y cuando no repita lo que, con éxito, logró tres veces: sin violencia y con imaginación dejar atrás los barrotes del encierro y ganar la libertad.

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