El miércoles de la semana pasada un empleado seguridad de la pizzería Bigalia, ubicada en calle Sarmiento 776 de Ciudad, fue atacado a piedrazos por un grupo de menores. El hombre sufrió una severa lesión en uno de sus ojos tras el impacto de uno de los proyectiles utilizados por los adolescentes. Otro alcanzó a una turista de Brasil. Esta agresión fue una de las tantas, según cuentan empresarios gastronómicos, que vienen sufriendo turistas y mendocinos que visitan la peatonal Sarmiento y el polo gastronómico que se extiende desde Chile hasta Sarmiento, por la misma arteria.
Es por eso que el último martes los propietarios y encargados gastronómicos, comerciantes y hoteleros de la zona de avenida Sarmiento elevaron una queja dirigida al intendente Ulpiano Suárez sosteniendo que, en los últimos meses, han sido testigos de “un incremento notable en los actos delictivos perpetrados por malvivientes y grupos de menores que generan temor y desorden en la vía pública”.
Y en el escrito apuntaron a “la presencia de patotas, falsos cuidacoches, robos, agresiones y daños a propiedades comerciales”. Todo ello “ha creado un clima de inseguridad que afecta, no sólo a los habitantes y trabajadores de la zona, sino también a los turistas”, argumentaron.
Por último también se refirieron a una forma de solucionar la situación: “Es fundamental incrementar la presencia policial en la calle Sarmiento, implementar más patrullajes y reforzarlas políticas de seguridad para garantizar que los comercios, los residentes y los turistas puedan desenvolverse con tranquilidad”.
Desde el Ministerio de Seguridad y Justicia reaccionaron a la queja y ese mismo día efectivos de la Policía Turística, la Unidad de Patrullaje de Capital (UEP) y la Unidad Ciclística de Acción Rápida (UCAR) aprehendieron a 11 menores. “Cuatro fueron restituidos a sus familias y los siete restantes quedaron a cargo de Equipos Técnicos Interdisciplinarios (ETI), desde donde fueron derivados a hogares estatales de Las Heras”, explicaron las autoridades en un comunicado.
“Además, una mujer fue detenida porque habría hecho mendigar a sus nietos”, agregaron y anunciaron que “el joven que agredió al empleado de Bigalia fue detenido”.
Los Andes consultó a las partes afectadas e involucradas en la seguridad de la zona, que en los últimos meses parece haberse “recalentado”. Por un lado, se observa que el crecimiento de la actividad turistística está atada a la seguridad; en tanto que el marco del asunto es un problema social: los menores en la calle.
Restaurantes de Sarmiento: “Cada vez hay más gente pidiendo”
Matías Bismach, vicepresidente de la comisión de Gastronomía de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (AEHGA), es propietario de dos emprendimientos gastronómicos: Centauro y Flor del desierto. “No es una problemática nueva los menores y jóvenes pidiendo dinero en la calle pero, con la recesión, hay cada vez más gente pidiendo y durmiendo en la calle”, apuntó.
Sumando a esta problemática social, indicó: “Los problemas surgen cuando no les dan dinero y empiezan a agredir a los clientes, verbal o físicamente. Lo que pasó en Bigalia fue eso”.
Además señaló que por la noche se viven situaciones de inseguridad, roturas de vidrios y el robo de elementos de bronce. “La solución pasa por trabajar de forma coordinada con el municipio y la Policía y que esto se sostenga en el tiempo. Si no hay seguridad, el turismo no va a crecer”, afirmó Bismach.
Menores en la Peatonal: “Un enjambre de situaciones”
Según Raúl Villarreal, con negocios en la peatonal Sarmiento desde hace 40 años (es dueño del restaurante Bocca y de un tradicional quiosco), diariamente muchos menores de entre 7 y 17 años “hacen un circuito: primero por Arístides Villanueva, luego por Sarmiento, atravesando la plaza Independencia para llegar a la Peatonal”.
Según el comerciante, se genera “un enjambre de situaciones” de inseguridad: los que duermen en la calle llegan a pedir comida desde las 8 y se la sacan del plato a los clientes; los que venden medias y terminan robando un celular o manoteando una mochila; banditas de niños pidiendo y sus madres esperando en la esquina; por la noche, los robos de bronce o roturas de vidrios.
Por supuesto, están los que van a vender y pedir pero no agreden a nadie. “Creo que hay un problema cultural y de educación de fondo. Hay mucha agresión en la calle”, afirmó Villarreal.
En relación a las fuerzas de seguridad, indicó que los preventores capitalinos no pueden detener a menores y terminan “arreándolos” y conteniéndolos hasta que llega la Policía. “Acá, de 14 a 16 no hay nadie, no se ven ni policías ni preventores. Para mí la solución es que los comerciantes paguen servicios extraordinarios y que haya presencia policial de 7 a 24″, sugirió.
Refuerzo de seguridad en la zona
Hernán Amat, director de Relaciones con la Comunidad del Ministerio de Seguridad y Justicia, indicó que se ha dispuesto, desde lo operativo, reforzar la zona con “operativos específicos en Arístides Villanueva, Juan B. Justo y Sarmiento”.
“Hemos reforzado con efectivos policiales a pie y en bicicleta. Trabajamos conjuntamente con Capital. Ellos prestan colaboración con binomios de preventores y tenemos contacto con los dueños para que nos informen cualquier novedad”, dijo el funcionario a este diario.
En relación a la problemática de los menores, advirtió: “Es un problema que ha crecido a la par de los problemas económicos. Es una problemática de todas las provincias y hay que trabajar con las herramientas que se disponen: el Código Contravenciones y el trabajo de Desarrollo Social y el ETI”.
Un plan conjunto en Capital
Desde la Ciudad de Mendoza comunicaron que están atentos al tema y ya han tenido reuniones para abordar un trabajo en conjunto entre el municipio, el Ministerio de Seguridad y el sector privado. “Se van a realizar diferentes acciones y la semana que viene se van a juntar distintas áreas de la municipalidad para elaborar un plan en conjunto con el sector”, explicaron.
Inicialmente, el operativo consistirá en mejorar y reforzar los rondines de preventores, así como fortalecer la articulación tanto con Seguridad como con la Justicia para que, a través del ETI, intervenga en los casos que involucran menores de edad.
