Un efectivo de la Policía de Mendoza mantuvo en vilo durante más de dos horas a sus compañeros de grupos especiales luego de que decidiera atrincherarse en su casa en el barrio Alto Mendoza, en Ciudad. Enardecido, realizó disparos al aire con su arma reglamentaria y apuntó contra los negociadores que habían acudido a convencerlo de que depusiera su actitud. Finalmente debió ser reducido por policías del Grupo Especial de Seguridad (GES).
Pasado el mediodía y en plena jornada electoral, los servicios de emergencias se activaron luego de que se recibiera un llamado al 911 que informaba que un hombre había discutido con su familia y se había encerrado en la vivienda que comparten, ubicada en la manzana “I” de la populosa barriada capitalina, precisaron fuentes policiales.
Cuando efectivos de la comisaría 59 llegaron al lugar se percataron de que el atrincherado era un colega suyo, un auxiliar primero que presta servicios en la Unidad Especial de Patrullajes (UEP) de Capital. Fue cuando el uniformado, fuera de sí y bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente, según analizaron las fuentes, comenzó a efectuar disparos con su arma reglamentaria desde el interior de la vivienda.
Los uniformados actuantes pidieron la activación del protocolo del Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS) y minutos más tarde dos negociadores de ese cuerpo espeicl llegaron al lugar escoltados por sus compañeros del GES.
“Había tenido un inconveniente de índole intrafamiliar, una discusión. Estaba bajo los efectos de consumo problemático de alguna sustancia, aunque lo determinarán los médicos. No se le entendía o se trababa en su relato”, describió una fuente que trabajó en el lugar de los hechos.
Luego liberó a los tres hijos y finalmente a la esposa, pero permaneció solo en la vivienda.
Durante toda la negociación el policía atrincherado se mostró muy hostil con sus colegas. “El hombre siempre estuvo muy eufórico, nunca primó su racionalidad. Se tornó muy difícil la situación. Manifestaba su enojo por las condiciones laborales en la Policía de Mendoza, el estrés laboral, decía que nadie lo entiende, se quejaba de su familia. Siempre con una actitud confrontativa”, completó la fuente.
Y concluyó: “Apuntaba hacia los negociadores y percutaba el arma. Los indicadores mostraban que no se iba a salir con negociación. La situación llegó al límite y salió amenazando, por lo que irrumpió el GES y logró asegurarlo dentro de su domicilio”. Los efectivos de élite lograron reducir al revoltoso mediante la utilización de pistola Taser, se precisó oficialmente.
El hombre fue asegurado y asistido por médicos de una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado. Luego fue puesto a disposición del fiscal Gustavo Pirrello. Además se le secuestro el arma reglamentaria una pistola calibre 9 milímetros que tenía un proyectil en recámara.