El horror se apoderó de una cena en la localidad de Puerto Iguazú (Misiones), donde un hombre mató a un amigo y violó a la novia de éste. Para zafar -en vano-, intentó enterrar el cadáver en el patio de la casa, pero lo detuvieron al poco tiempo.
El episodio sucedió el lunes a la madrugada, en una vivienda ubicada en la calle Artigas, del barrio Villa Alta. Hasta allí se habían dirigido Bruno Méndez (25), quien había vuelto a instalarse en Iguazú después de trabajar en el sur del país, su novia de 18 años y su hijo de 1 año, invitados por Jonathan Nazareno Ferreira (33), más conocido como “Polaquito”. Pero lo que debía ser un encuentro de distensión y bebidas alcohólicas, se convirtió en una historia dantesca.
Avanzada la noche, la pareja le pidió a Ferreira una habitación para tener relaciones sexuales. Sin embargo, en pleno acto, el dueño de la casa se metió en el cuarto y quiso abusar de la joven, por lo que inmediatamente Méndez lo empujó. Entonces se inició una pelea.
Comenzaron los empujones y gritos hasta que Ferreira apuñaló a Méndez. Luego lo llevó a la sala, donde lo atacó nuevamente, por lo que la víctima quedó en el piso malherida. En esa instancia Polaquito volvió al cuarto. Le dio máximo volumen a la música y violó a la chica, mientras su amigo agonizaba en otra sala y el hijo dormía.
Una vez cometido el abuso sexual, Ferreira se fue directo a culminar el homicidio: le asestó varias puñaladas a Méndez en los órganos vitales.
Según la crónica detallada del diario El Territorio, la joven abusada pasó cautiva hasta que salió el sol. Contó ante los investigadores que en un determinado momento vio como el asesino tomó una pala, arrastró el cuerpo de Méndez hacia afuera y se dispuso a cavar una fosa para enterrarlo. Pero como se le rompió la herramienta y debió buscar otra, ella aprovechó para escapar.
A continuación, la muchacha tomó a su pequeño hijo, salió por el patio e intentó subir el muro perimetral de un pasillo lateral que está compuesto por chapas. Afuera llovía. Ferreira llegó rápido para impedir la fuga, instancia en la que ella empezó a gritar y golpear el chaperío con todas sus fuerzas. Afortunadamente, un vecino se acercó por el cerco perimetral a asistirla, por lo que primero puso a salvo a su hijo y recién ahí ella escapó del inmueble.
En tanto, el homicida fue detenido en la casa de un vecino, minutos más tarde. Ahora está a disposición del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, a cargo de Martín Brites.
Fuentes policiales confirmaron que el acusado arrastra un prontuario de delitos contra la propiedad, agresiones y consumos problemáticos de alcohol y estupefacientes.
