Los investigadores del crimen de Marcos Correa, cuyo cadáver fue hallado decapitado y eviscerado cerca de un altar de San La Muerte en Santa Fe, creen que fue víctima de un “crimen satánico”.
Por el crimen detuvieron a un hombre que quedó imputado por el delito de “homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía y odio religioso”.
El hecho fue descubierto el pasado 13 de octubre cuando fue encontrado en un basural de Amenábar el cadáver de Marcos Correa (39), quien había sido visto por última vez a fines de septiembre y era intensamente buscado por sus familiares y los investigadores.
Según la pesquisa encabezada por el fiscal de Rufino Eduardo Lago, el cuerpo de Correa fue encontrado en proximidades de una ermita pagana a San La Muerte.
“El cadáver estaba decapitado, y su corazón había sido extraído al igual que sus vísceras. En mis 15 años como funcionario judicial, jamás vi una cosa tan horrible”, comentó Lago.
Correa había sido visto por última vez a fines de septiembre último y sus familiares denunciaron su desaparición el 4 de octubre, por lo que se inició una exhaustiva búsqueda por las inmediaciones de esa localidad del sur de Santa Fe.
“Se buscó por montes, lagunas, vías del ferrocarril durante muchos días, hasta que empezamos a barajar la posibilidad de un accidente”, señaló el fiscal, quien agregó que “el llamado de un vecino alertó a la policía sobre la aparición de un cuerpo en un basural cercano a un monte y a pocos metros de un precario altar o ermita a San La Muerte”.
El fiscal Lago dijo que finalmente y con el auxilio de los perros de la policía, se descubrió el cadáver del hombre buscado, en un avanzado estado de putrefacción.
“El cuerpo estaba desmembrado, y con signos de haber sido víctima de una gestión satánica o religiosa, que denominamos crímenes de odio", detalló el funcionario judicial.
Por el crimen fue detenido un sospechoso de 34 años, quien se encuentra con prisión preventiva, acusado del delito de “homicidio triplemente agravado por ensañamiento, alevosía y odio religioso” , precisó el fiscal santafesino.
Lago comentó que tanto la víctima como su victimario “eran dos personas marginales, aunque no tenían relación de amistad”, aunque explicó que “ambos se conocían porque consumían drogas juntos”.
El presunto homicida fue alojado en la Alcaldía de la localidad de Melincué, y el fiscal Lago dijo que de comprobarse la autoría del hecho podría recibir “prisión perpetua”.
