Después que el año pasado la Corte Nacional dejara firme la condena contra el celador del colegio Leonardo Murialdo de Guaymallén que abusó de una alumna del jardín de infantes en 2018, la justicia mendocina ordenó que Oscar Salas (54) termine de cumplir la pena en su casa.
Esta mañana la jueza Eleonora Arena, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1, ordenó se mantenga la medida de prisión domiciliaria que ya tenía Salas, en una audiencia en la que el defensor de Salas pidió que se mantuviera el beneficio. Con más de tres cuartos de la pena cumplida, la decisión de la jueza Arena, es una medida acorde a la ley.
De esta forma, el celador, desde que fue imputado –en agosto de 2018- solo ha cumplido con prisión efectiva durante los primeros 6 meses, cuando recibió el beneficio de estar detenido en su casa.
Ahora cuando sólo le quedan 11 meses de la codena de 6 años que en mayo de en mayo de 2020 ldictaron los jueces Eduardo Martearena, Belén Salido (votó en disidencia) y Mateo Bermejo dictaron en su contra por el delito de abuso sexual agravado por acceso carnal y por la calidad de guardador.
Posteriormente, en marzo de 2021 La Sala penal de la Corte de Mendoza conformada por los ministros José Valerio, Mario Adaro y Omar Palermo había confirmado la sentencia de 6 años para Salas pero la medida fue llevada a la Corte Nacional por el abogado defensor Federico Ábalos.
En tanto que en diciembre de año pasado, el máximo tribunal argentino con las firmas de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti dejó firme la condena definitivamente.
Las cámaras lo delataron
El abuso de la niña de Murialdo tuvo gran impacto mediático por ser en una de las instituciones educativas religiosas más conocidas de Mendoza. Los padres de los alumnos se encolumnaron detrás de los que creyeron la veracidad de la denuncia en tanto que otros apoyaron al celador.
Puertas adentro de la institución el escándalo fue explosivo: a fines de 2018, el representante legal de Murialdo, Jorge Eduardo Carreras -más conocido como el padre Lalo- fue trasladado a Rosario de la Frontera, un pueblo de Salta.
El celador fue detenido en agosto del 2018, apenas días después de que se conociera la denuncia. Salas fue imputado y trasladado a la cárcel, aunque en febrero de 2019 logró el arresto domiciliario.
La fiscal de Delitos Sexuales Cecilia Bignert basó parte de su acusación en las cámaras de seguridad de Murialdo, que tomaron al hombre en la zona de los baños de la sala de 4 -donde asistía a la víctima-, en el momento que la menor habría estado en uno de los sanitarios.
Esas imágenes corresponden a la siesta del 2 de agosto, y ese mismo día en la noche se descubrió la agresión cuando la madre de la pequeña fue a cambiarla y la encontró sin su bombacha. Cuando le preguntó qué había pasado, le contestó que alguien la había tocado en la escuela.
Horas después la denuncia ya estaba radicada y las pericias físicas confirmaron una violación. Para la fiscalía y para Gastón Andino, abogado de la madre de la menor, las lesiones habían sido provocadas recientemente y la niña siempre tuvo ante los profesionales un relato coherente sobre lo sucedido.