Pasa sus primeros días en la cárcel la banda de Aldana, acusada de organizar y concretar asaltos en distintos puntos del Gran Mendoza. Como parte de la logística, había engaños por redes sociales, trabajos de inteligencia de un gestor y ladrones que iban a cometer los golpes.
Aldana Ojeda, su pareja Nahuel Paniagua, Víctor Garro y Pablo Valdivia, fueron detenidos el último jueves. Durante el fin de semana quedaron imputados y este lunes los alojaron en diferentes penales.
Los cuatro integrarían una organización delictiva y cada uno cumplía su rol. La joven está señalada como el “cerebrito” del grupo, su novio sería quien obtenía datos e información de las víctimas y los dos restantes están sindicados como autores de los robos.
La investigación que llevó adelante durante meses la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos estableció que la sospechosa era la líder, que Paniagua la secundaba y que ambos manejaban a varios sujetos encargados del “trabajo sucio” en la escena del delito.
Los pesquisas fueron acumulando denuncias similares en las que los damnificados coincidían en que habían encontrado buenas ofertas para compra o venta de dólares en Facebook y Marketplace y se habían contactado con una señorita. Las negociaciones avanzaban hasta acordar la transacción en algún lugar, pero a último momento les sonaba el teléfono y quien ofrecía el servicio les decía que había tenido un imprevisto y que no iba a asistir.
Las víctimas ya estaban en el sitio pactado con el dinero y “misteriosamente” aparecían delincuentes que los asaltaban. En las denuncias se detallaba que el contacto lo había hecho una “chica joven, que hablaba muy bien y de buena presencia”, atributos que Ojeda habría utilizado para ganar confianza.
Intento de homicidio
Casi todos los planes terminaban siendo exitosos para los sospechosos, hasta que en uno de esos hechos las cosas se complicaron y hubo disparos y heridos. Según los investigadores, por su trabajo vinculado a la compra de terrenos e inmuebles en remates, Paniagua se había comunicado con Carlos Dalmiro Almazán (84), quien estaba con algunos problemas con su casa.
El joven le hizo un ofrecimiento de compra pero el jubilado rechazó la oferta ya que tenía dólares para poner como garantía. Este dato le habría llegado a Aldana, quien se puso en contacto con el hombre para un cambio de moneda. Y luego de un estudio de la situación, la pareja habría mandado a Garro y Valdivia al domicilio de Almazán en busca del dinero.
El episodio se registró el 7 de mayo pasado en calle Pedro Vargas de Dorrego, y el objetivo de los delincuentes se vio frustrado por el hijo del dueño de casa, un ex policía. Carlos Almazán (51) forcejeó con dos sujetos armados que lo terminaron baleando en el abdomen, en un glúteo y en una pierna. Estuvo muy grave pero de a poco se fue recuperando, mientras que su padre estuvo unas horas internado por un disparo en la rodilla.
La investigación de este hecho se profundizó y se identificó a los detenidos como responsables. Los cuatros fueron imputados por el fiscal Gustavo Pirrello, por homicidio criminis causa en tentativa, es decir, intentaron matar para ocultar el asalto.
Aldana Ojeda y su novio quedaron sindicados como partícipes primarios y los otros dos hombres, como autores. Todos arriesgarán de 10 a 15 años de condena por este caso. Pero además, la vinculación de las causas hizo que la joven fuera imputada también en dos robos agravados y su novio, en uno de ellos.
Para los sabuesos el próximo paso es ir por el resto de los “soldaditos” que tendrían para cometer los ilícitos.