Los restos de Nicolás Gil Pereg fueron sepultados por la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), en el cementerio judío de la Tablada, en Buenos Aires.
Tras el fallecimiento del hombre de 43 años el pasado 7 de julio en el Hospital El Sauce, se analizaron distintas opciones sobre qué hacer con los restos del “hombre gato”.
El entierro se dio tras un pedido expreso que realizó uno de los hermanos del hombre condenado a perpetua por asesinar a su madre y su tía en 2019 en su propiedad ubicada en Guaymallén.
Según informaron, el hermano se puso en contacto con la AMIA y solicitó que se encargaran del sepelio de Gil Pereg para finalizar con el asunto, debido a que no era posible llevarlo a su país de origen.
Después de este pedido, la asociación israelita se comunicó con la fiscalía de Homicidios a cargo de Carlos Torres, para solicitarle que el cuerpo de Gil Pereg fuera enviado a Buenos Aires y allí enterrarlo en el cementerio judío.
La solicitud fue realizada el 30 de julio y durante los primeros días de agosto la asociación se encargó de que el cadáver llegue a Buenos Aires.
Después de esto, la AMIA se encargó de enterrar los restos del israelí fallecido en el Hospital El Sauce. En ese momento, el hombre cumplía su condena en ese lugar porque ninguna de las penitenciarias de la provincia estaba preparada para recibir a Gil Pereg, debido a sus patologías mentales y sus hábitos inadecuados.
Respecto al predio donde vivía el “hombre gato”, su familia realizó una denuncia online para que sacaran a las personas que ocuparon el lugar sin autorización. La intención de los familiares es vender o alquilar la propiedad del hombre fallecido.