Desde hace al menos dos semanas los padres de alumnos que concurren diariamente a la escuela Gobernador González, en Las Heras, se encuentran alarmados por los frecuentes robos que ha sufrido el establecimiento que, creen, podría cerrar si se quedan sin baños y sin los elementos de cocina.
“Hoy cuando nos enteramos de que habían roto puertas del baño y se habían robado los inodoros, todos los padres se alarmaron. Acá los chicos tienen educación, contención emocional y también reciben merienda y almuerzo. Si entran a la cocina, los chicos no van a poder comer y la escuela, sin baños no puede funcionar”, explicó una de las madres que forma parte de la cooperadora.
La escuela Gobernador González 1-132 está ubicada en la calle Colón al 3200 de Panquehua. Es un establecimiento rural que se encuentra en la periferia de ese distrito, en una zona de fincas. Allí concurren más de 100 chicos que reciben educación, contención y alimentos, ya que tiene jornada extendida: los pequeños van de 8 a 15. Muchos padres son trabajadores rurales, fijos o eventuales. Algunos viven en barrios aledaños a las fincas.
Cerca del mediodía, personal de Infraestructura de la Dirección General de Escuelas (DGE) llegó al colegio lasherino para interiorizarse de la situación y comenzar con los arreglos del baño.
Según explicaron los padres, que ayer por la mañana se reunieron en la puerta del colegio para solicitar que la Policía les ofrezca seguridad, los robos comenzaron hace dos semanas. Primero cortaron una parte de la tela perimetral, robo que fue denunciado. A los pocos días los ladrones se llevaron otro tramo de la tela. El robo “hormiga” se fue repitiendo casi diariamente y al final solo quedaron algunos metros de los casi 500 que cubrían el perímetro de la escuela.
“Los robos son por la tarde, entre las 15 y las 23. A la noche, no porque hay un sereno”, explicaron. Ya sin cerco perimetral, ahora los delincuentes empezaron a ingresar al edificio. “Rompieron la puerta de los baños y se llevaron los inodoros y todo hace pensar que van a seguir robando. Acá no hay seguridad”, dicen.
Una de las madres explicó que está a cargo de un niño cuya mamá falleció hace un tiempo y cuyo padre tiene prohibición de acercamiento, por lo que su temor es doble: por los robos y porque “puede ingresar el padre y hacerle algo al pequeño o bien que se lo puede llevar”.
Sonia que tiene una niña en primer grado cuenta que “toda la comunidad, los niños, los padres y los docentes están alarmados con la situación de inseguridad a la que está sometido el establecimiento”.
“Los ladrones entran y salen cuando no hay clases y cuando no está el sereno. Ya hay 12 denuncias, hemos ido a la Policía, a la intendencia, hemos hecho muchos reclamos pera la seguridad es nula”, dice la mujer.
“Nosotros queremos presencia policial, esto es tierra de nadie, comentó otro padre. “Para nosotros, esto es un gran problema. Imagínese que si esto sigue así, no vamos a tener sanitarios y van a tener que cerrar la escuela. En esta comunidad los niños se van a quedar sin aprender y sin contención de los docentes”, explicaron.
Uno de los padres indicó que el cierre perimetral se hizo el año pasado por parte de las autoridades provinciales, luego de que fuera pedido por la directora a la DGE, “y no ha durado nada”.
El cierre perimetral explican, no sólo sirve para que los chicos tengan seguridad, sino para evitar posibles accidentes ya que al ser una zona rural, hay animales y peligro de que los pequeños puedan perderse en una finca.