La inhibición de bienes que ordenó la justicia sobre el patrimonio de la familia del juez federal Walter Bento –imputado como jefe de una banda dedicada a otorgar beneficios a presos a cambio de dinero- no sólo alcanza a las 9 propiedades, los 4 autos de alta gama que tiene el clan familiar sino también a los 10 millones de pesos invertidos en fideicomisos y los 154 mil dólares que tienen ahorrados.
El juez está imputado por 10 hechos de cohecho pasivo, lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Su esposa, Marta Isabel Boiza, también está imputada, pero sólo por lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
Según la investigación que llevan adelante el fiscal Dante Vega y el juez federal Eduardo Puigdéngolas, el matrimonio Bento es “una verdadera sociedad conyugal” que se ha enriquecido de forma ilícita mediando negocios incompatibles para un juez y que supera ampliamente sus ingresos declarados.
Concretamente, la familia Bento –todos empleados en la Justicia Federal- cobran mensualmente unos 1.766.300 pesos. Además reciben una asignación familiar de 5.843 pesos por su hijo menor que es discapacitado.
El matrimonio reside en el barrio privado Palmares, de Godoy Cruz y, además de esta casa, tiene 8 propiedades más. Un par de ellas las vendieron, logrando grandes rendimientos de ganancias; dos departamentos de unos 45 metros cuadrados fueron donados a los hijos y los restantes son alquilados. Para la justicia, los Bento habrían realizado “traslados de bienes” a sus hijos para no levantar sospechas.
Los Bento tienen 4 autos de alta gama: el matrimonio se moviliza en una camioneta Amarok y una camioneta Audi y los hijos tienen sus respectivos vehículos, también de la marca Audi. Pero el juez sólo tiene a su nombre la camioneta por lo que se infiere que la distribución de bienes en su familia tiene como propósito “disimular el estado patrimonial sin desprenderse de los mismos”.
Resultan llamativos los frecuentes viajes al exterior que realizaba el matrimonio, generalmente con destino a EEUU (Miami y Las Vegas, mayormente). Desde 2007, según los registros de Migraciones, el juez mendocino ha salido del país 90 veces. Sin embargo, sus tarjetas de crédito no registran gastos de pasajes ni de hoteles.
Los fideicomisos de los Bento
Según información de la Afip-DGI que consta en el expediente, durante 2019 “se observa que toda la familia realizó una fuerte inversión en fideicomisos inmobiliarios, fideicomisos comerciales y en sociedades comerciales por montos millonarios”.
El juez y su mujer invirtieron, cada uno, en setiembre de ese año 1.719.800 pesos en el fideicomiso “Il Mercato”, en concepto de anticipo de inmueble.
Uno de los hijos de la pareja, Luciano Bento por su parte, hizo 3 inversiones: en abril adquirió el fideicomiso Vista Cruz “un crédito a favor por compra de departamento y cochera en pozo por 2.089.150 pesos”; en agosto compró un porcentaje de titularidad en concepto de participación del fideicomiso “Il Mercato” por 596.900 pesos; y en agosto, invirtió 1.193.000 pesos en un “crédito por compra de departamento y cochera en pozo al fideicomiso Bosque de Mayo”.
Por su parte, Nahuel Bento también sumó al clan familiar dos inversiones, también en 2019: en agosto invirtió 1.193.800 pesos en “Il Mercato”; y en octubre 1.193.800 pesos en el fideicomiso “Bosque de Mayo”.
Además, Nahuel constituyó una sociedad anónima simplificada, llamada “BSS Group SAS” aportando 37.500 pesos para dedicarse a “servicios de explotación de infraestructura para el transporte terrestre, peajes y otros derechos”.
Por último, el matrimonio declaró a la Afip tener ahorrados 154.110 dólares.