El caso que envuelve a Matías Sicre (24) y su tío Diego Sicre (30), por la muerte de Carlos Amieva el pasado enero en Tunuyán, tomó un nuevo giro este jueves en la mañana tras la audiencia que los benefició con la prisión domiciliaria, luego de que la Justicia analizara la situación de ambos imputados con las pericias forenses en mano.
Hoy la jueza Teresa Di Bari hizo lugar al pedido de la defensa en otorgar ese beneficio para ambos tunuyaninos y rechazó la solicitud de prórroga de prisión preventiva que había pedido el fiscal Jorge Quiroga, quien está a cargo de la pesquisa por la muerte del reconocido profesor de vóley y beach vóley del Valle de Uco.
En plena época estival, precisamente el 15 de enero pasado, Carlos Amieva paseaba con su pareja por la calle Hipólito Yrigoyen, una de las arterias más transitadas de Tunuyán, cuando de pronto se desató una riña de tránsito con dos hombres que circulaban en camioneta detrás de él. Eran los Sicre, quienes luego pasaron el auto que tripulaba el profesor, lo encerraron y se bajaron.
Amieva también descendió del coche y los tres comenzaron una discusión que, tras subir de tono, terminó con el entrenador tendido en el suelo y los dos agresores huyendo.
El entrenador fue trasladado de urgencia al hospital Scaravelli y los médicos diagnosticaron que tenía un fuerte golpe en la cabeza que le había provocado hematomas e inflamación severa. Por la complejidad del cuadro debió ser trasladado al hospital El Carmen, en Godoy Cruz, donde finalmente falleció el jueves 20.
La muerte de Carlos conmovió al pueblo tunuyanino, que desde el primer momento hasta hoy pide justicia. Como profesor entrenó a varias generaciones, incluyendo a su hijo Bautista, quien actualmente forma parte de la Selección argentina de beach vóley. Vecinos salieron a las calles a pedir que su caso no quede impune y hasta organizaron el torneo senior “Carlos Amieva”, en homenaje a su memoria.
Audiencia y domiciliaria
En los cinco días que el periodista deportivo luchó para sobrevivir, el fiscal Quiroga ya tenía el caso en sus manos y logró atrapar a los atacantes. Ambos quedaron imputados por homicidio simple, delito que prevé una pena de entre 8 y 25 años de prisión, y fueron trasladados al penal.
Sin embargo, todo cambió durante este jueves. El representante del Ministerio Público Fiscal solicitó la prórroga de la prisión preventiva, pero la misma fue rechazada por la jueza Di Bari, que accedió al pedido de la defensa para que los Sicre sigan detenidos, pero con domiciliaria.
No obstante, la defensa fue más allá y le pidió a la magistrada la libertad de los acusados alegando que ambos cometieron un “homicidio preterintencional”, figura utilizada “cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte”.
Este pedido se dio luego de que llegaran todos los resultados de la autopsia de Amieva, que revelaban que el hombre de 53 años había recibido un fuerte golpe en un ojo pero que la causa de la muerte no fue esa, sino la grave fractura de cráneo que sufrió tras pegarse en el pavimento cuando cayó inconsciente al suelo. La jueza no dio lugar a esa solicitud.
Los Sicre continuarán en el penal hasta que la Justicia pueda determinar, a través de una serie de pruebas, que el domicilio indicado por la defensa cumpla con las diferentes condiciones técnicas para evitar que se escapen, como por ejemplo que el lugar tenga buena señal para que el Servicio Penitenciario pueda controlar las tobilleras con GPS que usarán los detenidos, quienes además deberán transitar la prisión domiciliaria juntos.