Los hijos de Leonardo Hisa apelan la condena y disparan: “Nunca pudieron justificar semejante acusación”

Leonardo Hisa (h) y su hermano Lucio respaldan a su padre, condenado a perpetua como instigador del crimen de su ex esposa en Tunuyán. Apuntan contra la fiscalía, que “nunca pudo probar el móvil” y anuncian que pedirán la domiciliaria.

Los hijos de Leonardo Hisa apelan la condena y disparan: “Nunca pudieron justificar semejante acusación”
Leonardo y Lucio afirman estar muy seguros de la inocencia de su padre.

“Hoy, viendo la historia un poquito más de lejos, lo que siento es que la lucha no es con los querellantes sino con el sistema. Porque muchas de las cosas que han pasado, si hubiera sido un sistema que busque la verdad real en vez de seguir una sola teoría y hacer lo que sea necesario para que fuera la ganadora, no hubiéramos llegado acá”, analiza Leonardo Hisa a una semana de que su padre, con el mismo nombre, fuera condenado a prisión perpetua como instigador del crimen de la empresaria Norma Carleti en Tunuyán.

Para este hombre, hijo del primer matrimonio del ex legislador radical condenado, todo el proceso estuvo cubierto de vicios, imprecisiones, negligencias y aspectos que “no quisieron investigar”. Su hermano Lucio, hijo del condenado y de la víctima, lo respalda. También apunta a la “negligencia” del sistema judicial y asegura que la tragedia los unió como hermanos, con más fuerza que nunca.

“Por todo lo que hemos vivido juntos quiero que le demos un cierre en paz”. Eso le dijo Norma Carleti en el último audio que le envió a su ex esposo, según cuentan sus hijos. Ellos sostienen que es una muestra de que la pareja se había separado en buenos términos y que el móvil económico que esgrimió la fiscalía para acusar al ex dirigente “es absurdo”.

“Me hace mucho ruido que a mi padre lo acusan de instigador y a los que él supuestamente instigó los acusan de robo. Entonces ¿que fue esto? O fue robo, que es lo que yo pienso que es porque sobran las pruebas, o un homicidio”, dispara Leonardo Hisa hijo.

Y agrega: “La teoría de la fiscalía dice que mi papá lo hizo porque no quería que Norma presentara el juicio de divorcio. Divorcio o sucesión es lo mismo. Entonces ¿la vas a ir a matar para evitar algo que sí o sí va a pasar una vez que la mates? Es tan básico que molesta realmente. Es absurdo”.

Lucio acota: “Además, los abogados de mi mamá reconocieron que no había tal demanda. Ni por estafa ni por nada. Que estaban trabajando y que podía llegar a pasar, pero incluso reconocen que era habitual amenazar con una demanda en un contexto así para sentarse a negociar en una mejor posición”. Su hermano mayor lo interrumpe y cuestiona: “El fiscal en el alegato de inicio dijo que el móvil era económico. Después de todo el juicio se vio que no era económico, que no había nada malo, entonces en el alegato de cierre dijo que era por poder. ¿Vas a mandar a matar a alguien por poder?”.

“La fiscalía cambió la versión del móvil cada tres días”, apunta escéptico Lucio. Y sigue: “En un momento era porque iba a haber una demanda por una estafa, mandaron a hacer una pericia contable donde supuestamente estaba la estafa pero no hubo tal, dicho por tres contadores peritos.

Después empezaron a cambiar la versión porque no había un motivo para un crimen. Porque no tenían cómo justificar semejante acusación. Era tal el delirio que habían armado que tenían que justificarlo de alguna manera. Nunca pudieron decir cuál fue realmente el móvil o lo que a mi papá lo había llevado a tomar esa decisión de decir: ‘La mando a matar a mi ex esposa cuando posiblemente mi hijo está en la casa’. Porque yo solía estar en la casa”.

Pero el móvil no es lo único que les preocupa a los hermanos Hisa. En diálogo con Los Andes, apuntaron una serie de elementos que, a su entender, fueron pruebas claves que la fiscalía pasó por alto.

Lucio asegura que fue él quien le indicó a los investigadores que había una caja de seguridad en la casa de Norma. La misma fue encontrada abierta y vacía, se tomaron huellas digitales y “hasta el día de hoy no sabemos de quién son las huellas”. El joven estudiante de abogacía suma que, media hora después del asesinato, el fiscal que inició la instrucción le aseguró que estaban ante “un crimen pasional”.

La descripción de la primera mujer policía que llegó a la escena del crimen, que indicó por radio haber visto a dos jóvenes huir con una mochila pero omitió informarlo en su reporte posterior, una llamada telefónica incluida en el expediente donde, según los hermanos Hisa, se escucha a Kevin Guerrero (condenado a perpetua por el hecho) confesarle a su compañero que tenía “la mochila llena de plata” avala para ellos la versión de un hecho de inseguridad. La extorsión a la que sometieron unos presos al ahora condenado, señalado como sicario, para que grabara un audio inculpando a Hisa y otras cuestiones son para los hermanos puntos oscuros y sin resolver de la causa.

Que los sicarios “no hubieran llevado ni un palo” para ejecutar a la víctima y hayan utilizado cuchillos de cocina tomados de la casa también los hace dudar de la hipótesis fiscal.

“Lo de la fiscalía parece una teoría conspirativa de Estados Unidos donde mandan a matar al presidente porque quieren que asuma el vice. Habría que ver un poquito menos de Netflix y atenerse un poco más a la realidad”, dispara Lucio con ironía y confía que, al igual que su hermano, se siente respaldado y acompañado por cientos de personas que se lo expresan en las redes sociales.

“Creo que hubo un hecho de inseguridad y que nadie quiso pagar el costo político de eso. Por la negligencia con la que se manejaron desde el primer momento, la verdad de mi mamá yo no la voy a saber nunca”, concluye el joven.

El cúmulo de planteos llevaron a los hermanos Hisa y a la defensa del propio condenado a apelar la sentencia, según adelantaron a Los Andes. Además solicitarán la prisión domiciliaria para Hisa por su frágil estado de salud. “Mi viejo está mal. Sufre de anorexia y no llega hoy al penal de la misma forma que llegó en marzo de 2018. Desde el sábado que lo llevaron a hoy (viernes) ya bajó cinco kilos. Está en San Felipe, en el mismo lugar que estuvo antes y en el que hace dos años dijeron que no estaba apto para que él estuviera, que si él seguía ahí se moría... Me pregunto que es distinto como para que ahora sí vaya”, cuestiona Leonardo.

“Yo a mi viejo lo creo inocente porque lo conozco y conocía a Norma. Los dos eran personas muy fuertes; se llevaban muy bien. Yo estoy seguro de que jamás hubiera hecho algo así ni en contra de ella ni de nadie porque no es así, porque nunca se le pasaría algo así por la mente. Y mi papá no lo hizo nunca, primero porque había una relación de 25 años. Más allá de que te divorcies, has compartido una vida. Y, por el otro lado, era la madre del hijo. Entonces no le va a ir a hacer daño a alguien que ha sido tu amor de toda la vida”, sentencia Leonardo.

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