Se lleva a cabo en los Tribunales de Dolores la decimotercera y última audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, que coincide con el tercer aniversario del asesinato ocurrido a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell.
Durante esta jornada declaran los médicos Juan José Fenoglio y Jorge Rodolfo Velich, peritos por parte de la defensa, a cargo de Hugo Tomei. El abogado de los rugbiers visitó el martes en el penal de Dolores a los ocho acusados a los que representa y estuvo con ellos durante casi 3 horas.
Sin embargo, la atención también estará puesta en la posibilidad de que algún imputado decida prestar declaración, como ya hicieron tres de ellos.
Según el perito Fenoglio, las lesiones en la cara de Fernando son leves
El perito forense de la defensa, Juan José Fenoglio, analizó la autopsia con la proyección de una filmina. Según explicó, las lesiones en la cara de Fernando Báez Sosa son “leves”.
“Para investigar la fuerza de esta lesión, si uno se toca la mejilla, hace un repliegue sobre el borde del maxilar. Por lo tanto, es muy común que en una lesión como esta, del lado interno de la boca, queden marcados los dientes. No se investigó o, por lo menos dicen, no hay. Con lo cual nos puede dar una orientación sobre la fuerza del golpe”, sostuvo.
“Si no se hubiese producido la lesión cerebral, todas las demás lesiones son leves”, afirmó Fenoglio.
Luego, el abogado defensor Hugo Tomei le preguntó: “¿Cuántos golpes determinó la autopsia?”. “La autopsia muestra siete lesiones, no golpes. Siete traumatismos”, le contestó el perito.
El perito Fenoglio marcó contradicciones en la autopsia oficial: “No sabemos de qué murió Fernando porque no está en la autopsia”.
“No sabemos de qué murió Fernando”
Además, Fenoglio sostuvo que hay lesiones marcadas en el informe original de autopsia del médico Diego Duarte que no coinciden con las conclusiones del mismo, es decir con la causa de muerte. “La conclusión no coincide con lo observado en la autopsia”, sostuvo.
“La muerte es raro que se produzca en el lugar del hecho en los casos de traumatismo de cráneo, generalmente mueren en el hospital (...) El cráneo es una cavidad cerrada. Por más que el cerebro deje de funcionar por cualquier causa, el corazón sigue funcionando porque no depende de la conducción cerebral. No se llega al paro cardíaco. Esto es la base fundamental de los trasplantes”.
“No nos coincidían algunas cosas. Por ejemplo, cuando leemos el informe, las consideraciones, se habla siempre de traumatismo de cráneo y también de que tenía un traumatismo de abdomen y de tórax, que está informado en un cuadro que se denomina hemotórax, pero no se informa el origen. Para eso tiene que haber una lesión que no está descrita en la autopsia”, continuó.
“El cerebro no termina además dentro del cráneo, sino que se prolonga hacia la columna cervical: la protuberancia y el bulbo raquídeo. Son importantes porque ahí está el centro respiratorio. Una lesión ahí puede causar la muerte ¿Por qué mecanismo? Porque el cuerpo no tiene oxígeno, entonces ahí si se puede producir el paro. En la autopsia se manifiesta que no hay lesiones cervicales”, sostuvo.
Según el perito, en la autopsia se hace referencia a un traumatismo de abdomen, aunque no hay descripción del mismo.
“El RCP produce lesiones y hay que diferenciarlas”
“Para lesionar el hígado y que haya sangre en el abdomen, si bien puede existir en algunas circunstancias lesiones internas sin que haya lesiones en la piel, debería haber en los músculos y en algunos otros órganos que no están expuestos”, sostuvo.
“Esto nos obligó a estudiar otro tipo de lesiones que podrían ocurrir en el hígado y que no están expuestas. Esa lesión podría ser producto de un aplastamiento del hígado, que es una consecuencia de la resucitación cardiopulmonar, del RCP”. “Un golpe no produce este tipo de lesiones”, agregó.
“Es el cadáver de una persona que tuvo 60 segundos de golpes y más de 40 a 45 minutos de RCP. El RCP produce lesiones y hay que diferenciarlas. Las lesiones que le causaron la muerte son las de los 60 segundos. En el resto del tiempo aparecen otras que se deben investigar”, aseguró.
Fenoglio criticó una “falta de precisión” del informe. “No está descripto el mecanismo de muerte. La autopsia debe considerar causas y mecanismo de muerte”, afirmó y ante una pregunta del abogado Fabián Améndola remató: “No sabemos de qué murió (Fernando) porque no está en la autopsia”.
Ya en la tercera audiencia del juicio la defensa instaló la posibilidad de que la muerte de Fernando no fue provocada por los golpes de los acusados, sino por la mala aplicación de las maniobras de RCP que le hicieron una transeúnte y un policía.
Jorge Velich: “El escrito de la autopsia causa vergüenza ajena”
Por otro lado, otro perito José Velich, convocado por la defensa, apuntó contra la autopsia oficial: “El escrito de la autopsia causa vergüenza ajena como médico forense”. “No tenemos un buen informe”, aseguró.
“Fernando Báez Sosa tuvo una muerte traumática, una muerte violenta”, manifestó al comienzo de su exposición.
“Tuvo una sucesión de lesiones que para los que hacemos emergentología son una pesadilla (...) Inicia su camino a la muerte por golpes en el cráneo, golpes de determinadas intensidades que no quedaron claras en la autopsia”, agregó.
Velich señaló que Fernando, “sufrió traumatismo de cráneo severo, que lo llevó a la pérdida de conocimiento”. “No creo que haya muerto en el lugar, pero sí que estaba inconsciente (...) “Si hubiese muerto en el lugar yo me preguntó ¿para qué lo trasladaron?”, completó.
El perito también afirmó que “no fue una RCP la que mató a Fernando Báez Sosa, pero agravó la situación. ¿Por qué? Por la movilización [del cuerpo]”.
“La presión excesiva [en las maniobras de RCP] puede causar lesiones en el abdomen y en el hígado”, agregó. Según dijo, un sangrado en el hígado “puede causar la muerte o puede acelerar la muerte”.