El viernes de la semana pasada, en Medrano, Rivadavia, un matrimonio de octogenarios recibió un llamado de un hombre que se hizo pasar su hijo, diciéndoles que juntaran todos los ahorros que tenían escondidos en la casa porque había que cambiarlos urgentemente ya que iban a perder valor. Luego les explicó que pasaría alguien de un banco a buscar el dinero.
En efecto, minutos más tarde, una camioneta se estacionó frente a la casa de los ancianos, se bajó un hombre con traje y barbijo y se llevó, tranquilamente, un millón de pesos, 1.200 dólares, algunos dólares australianos y un cheque por 67.000 pesos.
El coronavirus parece haber traído otra pandemia, pero delictiva: la de los estafadores, que con la modalidad del “cuento de tío” se dedican a quedarse con lo ajeno usando un teléfono y sangre fría. Y como el dinero no está en calle sino en los bancos, los delincuentes se han reciclado y se han volcado a robar por internet.
Según las estadísticas que maneja el Ministerio Público Fiscal, ingresan entre tres y cuatro denuncias diarias -por el 911 o bien por mail- por estafas, lo que suma 20 por semana, es decir, unas 80 por mes en el Gran Mendoza.
“Las estafas han crecido en los últimos meses un 200%. Tanto que están por encima de las que ingresan a la fiscalía de Robos y Hurtos. Después de las denuncias por romper la cuarenta, son los delitos que más han crecido”, dice el fiscal Sebastián Capizzi, jefe de la Unidad Fiscal de Delitos Económicos, a la hora de cuantificar las denuncias.
En cuanto a las cifras que embolsan los delincuentes, como generalmente son “al voleo”, hay desde ahorros menores -en pesos o dólares- hasta sumas importantes. “Podemos hablar en este momento de millones de pesos que han pasado en los últimos meses de las cuentas de las víctimas al circuito del delito”, afirma el fiscal.
“Recuerdo ahora un caso de una persona a quien le hicieron sacar un préstamo de 200.000 pesos, luego se lo sacaron de su cuenta y la víctima se quedó sin el préstamo y con una deuda que le generó”, cuenta Capizzi a modo de ejemplo.
Modus operandi más frecuentes
El modus operandi de este tipo de delitos comienza con una llamada telefónica y termina con un estafador que se queda con el dinero de la víctima -por lo general ahorros que se han reunido a través de los años o bien por la venta de un auto o inmueble- sin que se produzca ningún tipo de violencia y con un riesgo nulo o bajo para el delincuente.
Estas son las modalidades detectadas más frecuentemente:
-Por el IFE. Actualmente son las más frecuentes. El delincuente llama por teléfono –generalmente al fijo- diciendo que es un empleado de Anses y que tiene a disposición de la víctima un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Entonces le solicitan que les dé el número de cuenta, el CBU y la clave para depositarles el dinero. Luego, el estafador con estos datos no sólo saca el dinero que está en la cuenta, sino que también puede llegar a pedir préstamos online que la víctima deberá pagar.
-Cambio de billetes. El estafador llama por teléfono haciéndose pasar por un empleado bancario o por un hijo de la víctima con el siguiente mensaje: “Apurate, estamos en el banco, los billetes –dólares o pesos- ya no van a correr, hay que cambiarlos por los nuevos. Juntá todo que en un rato pasa un empleado del banco a buscarlos”. Minutos más tarde llega el falso empleado bancario y se lleva el dinero.
-Oro y joyas. Con la misma modalidad que la de los billetes, el falso empleado bancario les dice que le den el oro y las joyas para guardarlos en una caja de seguridad que nunca existirá.
-Secuestros virtuales. Han bajado en los últimos meses. El delincuente llama diciendo que tiene secuestrado a un familiar, que junte el dinero y lo lleve a un lugar determinado. Este delito está más cerca de la extorsión que de la estafa y es más riesgoso para delincuentes. Algunos de estos casos se realizan desde la cárcel y sus autores (y quienes los ayudan desde afuera) han sido detectados.
-”Te ganaste un premio”. En esta modalidad el estafador llama diciendo que “usted se acaba de ganar un premio”, haciéndose pasar por empleado de una empresa de electrodomésticos. Luego le solicita los datos de su cuenta y la deja vacía.
-Una nueva y sofisticada. Una novedosa estafa es la siguiente: una persona quiere vender su celular por la plataforma Mercado Libre o Marketplace. El delincuente se contacta, le pide el CBU para depositarle, por ejemplo, 60.000 pesos. Luego le dice que se equivocó y le depositó 600.000 pesos y que la diferencia se la deposite en una nueva cuenta. Se trata de una “cuenta mula”. Cuando la Policía se contacta con el dueño de esa cuenta, le dice que también ha sido estafado. En ese momento, el estafador ya ha transferido el dinero a una cuenta creada desde un cajero con un DNI falso. Además, se ha quedado con el dinero de la cuenta del vendedor del teléfono.
Cómo poner “rejas” para evitar robos virtuales
“La ocasión hace al ladrón” y los delincuentes son los primeros que hacen uso del viejo dicho. La pandemia de coronavirus ha determinado que el mercado predilecto de los delincuentes sea el dinero que se maneja de forma virtual. Tanto que hay más denuncias por robos en las redes y por teléfono que en la calle. Los ladrones ya no usan armas, sino teléfonos e internet.
Así como hace años la gente puso rejas en sus casas para evitar los robos domiciliarios, ahora debe protegerse con otro tipo de rejas: no darle información personal a nadie.
“Es posible prevenir estos delitos. La gente debe dejar de dar información de sus datos personales por teléfonos o en las redes sociales. Estos delitos terminan cuando las víctimas toman conciencia. No hay que dar información sobre números de tarjetas, claves, CBU; no hay que pasar fotos de documentos o tarjetas. Hay que llevar un control de las compras realizadas por tarjetas, ya que sirven para investigar luego”, dice el fiscal Sebastián Capizzi, jefe de la Fiscalía de Delitos Económicos.
Desde el Ministerio Seguridad advierten que no hay ninguna operatoria de bancos y entidades financieras para sacar dinero de circulación. Como tampoco trámites del sistema de salud, de obras sociales ni de la Anses.
Además, se le recomienda no brindar datos personales ni de ninguna cuenta bancaria a personas desconocidas o ajenas a la familia al recibir un llamado telefónico y nunca dejarlas entrar al interior de la vivienda, ni entregarles ninguna suma de dinero.
También es importante que estas recomendaciones se tengan en cuenta ante delincuentes que simulen ser empleados de empresas de servicios, lo que les permite ingresar al domicilio y cometer el delito.
Ante cualquier hecho de estas características, llamar inmediatamente al 911 o dirigirse a la dependencia policial más cercana.