Complicado en la investigación de un asesinato que lo dejará cerca de una prisión perpetua, un joven del barrio Lihué sigue sumando acusaciones y antecedentes que lo describen como alguien peligroso en esa zona de Guaymallén. Ahora quedó imputado por asaltar y apuñalar al primo del muchacho que habría matado meses después.
Jeremías López Gutiérrez (19) se encuentra detenido desde el 20 de febrero pasado, en el marco del expediente por la muerte de Marcelo Coronel (22). Según sostienen los pesquisas del caso, este último fue acuchillado la madrugada de esa misma jornada mientras caminaba por la calle, durante un asalto.
La víctima fue atacada en la manzana 21 del mencionado barrio, alrededor de las 5.30. Un testigo presencial declaró haber visto el momento en que el sospechoso abordaba al fallecido con intenciones de robo.
Coronel se resistió y entonces recibió un puntazo a la altura del corazón, que le quitó la vida instantes después. Su presunto agresor escapaba en el momento en que se realizaba el llamado al 911 y se pedía por ambulancias.
La testimonial a metros de la escena fue fundamental y orientó a los investigadores. Es que la persona señaló que López era el autor, ya que se trataba de alguien conocido entre los vecinos.
Minutos después su domicilio, ubicado en la manzana 19, fue allanado y la medida culminó con importantes resultados. El acusado fue arrestado y la Policía secuestró un par de cuchillos con sangre.
El detenido fue imputado por homicidio criminis causa -matar para garantizar la impunidad en otro delito-, en concurso ideal con robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa. Es decir, habría asesinado al otro joven para ocultar un intento de robo. La calificación lo llevará en un futuro a un juicio por jurados, con la posibilidad de prisión perpetua.
López ya está con prisión preventiva y próximamente enfrentará una nueva audiencia por dos causas. En una lo imputaron por robo agravado por el uso de arma y por lesiones, por asaltar y acuchillar al primo de Coronel en noviembre pasado, también en el Lihué.
Si bien este caso fue anterior al crimen, el damnificado -que sufrió la perforación de un intestino- no denunció al supuesto atacante por temor. Es que tanto el acusado como sus presuntas víctimas eran vecinos y se conocían perfectamente.
Las sospechas de este otro hecho empezaron el mismo día del allanamiento, cuando debajo de una cama los efectivos encontraron un cuchillo manchado con sangre seca. Ese elemento no lo vincularon al asesinato, pero los sabuesos empezaron a averiguar en qué ocasión pudo ser utilizado.
De esta manera dieron con el chico herido hacía meses, quien relató lo sucedido y complicó aún más a López. El sindicado suma dos hechos con idéntico modus operandi -asaltar en la calle con un cuchillo- y fuentes judiciales adelantaron que quedará imputado en otro robo agravado. Además, trascendió que tiene antecedentes por robo de cuando era menor de edad.
Todos los expedientes en su contra son instruidos por la fiscal de Homicidios Andrea Lazo.