Dos de los 5 sospechosos detenidos por el homicidio de Héctor Dionisio Aguilar (64) –el cordobés que fue asesinado en San Rafael tras ser engañado a través de Facebook- recuperaron la libertad, aunque siguen imputados en la causa.
Se trata del chapista Daniel Campos Carmona (32) y de Silvia Raquel Luffi (31), pareja de uno de los presuntos autores del crimen.
Esta mañana el Fiscal de San Rafael Javier Giaroli ordenó que Campos –imputado inicialmente por el delito de encubrimiento agravado por la gravedad del hecho y ahora por encubrimiento agravado por ánimo de lucro - recuperaó la libertad con una fianza de $1.000.000, luego que declarara que tenía en su poder el VW Gol Trend de la víctima pero no estaba al tanto de que había sido el producto de un asesinato. Esta situación fue cotejada por los mensajes que el hombre del desarmadero cruzó con Brian Ángel Ríos Quiroga (30), pareja, justamente, de Luffi y presunto autor material del crimen.
Ríos, usando el telefono de la victima, le hizo creer al chapissta que era Aguilar, que trabaja en una cosechadora de sorgo, en Cordoba y que su empleador le habia denunciado el auto y él temía perderlo.
En relación a esta mujer, el fiscal mantiene para ella la imputación de homicidio y estafa pero le concedió el beneficio de la prisión domiciliaria, tiendo en cuenta que no habría riesgo de fuga y que tiene un niño pequeño bajo su guarda.
Además estaría probado que, al momento del crimen, ella no estaba en el auto de cordobés -no hay huellas suyas en el vehiculo- y geoposicionamiento de su teléfono la ubica en otra parte.
En este nuevo panorama quienes se encuentran más complicado son Ríos Quiroga, Alan Eloy Martínez Guevara (28), Hernán Ariel Oviedo Castro (31), todos por ahora con una gravísima imputación: “estafa en concurso real con robo agravado por uso de arma y homicidio agravado para procurar impunidad, por alevosía y por ser cometido por el concurso de personas en concurso ideal”. La suma de estos delitos tiene como pena la prisión perpetua.
“Por el momento todas las pruebas apuntalan la hipotesis del “lobo solitario”: Ríos habría actuado solo en lo que respeccta al asesinato”, explicó hoy el fiscal Giaroli.
El viernes pasado, el cuerpo de Aguilar fue encontrado detrás del cerro Bola, en una zona entre la ruta 150 y la Villa 25 de Mayo conocida como La Atómica, cerca de la mina Sierra Pintada.
Hasta ese lugar llegó personal de Investigaciones, de Científica y el Fiscal Giaroli, luego de que uno de los acusados se quebrara y decidiera confesar el lugar exacto donde lo había enterrado.
“Se le infligieron golpes, sus manos fueron atadas con alambre y se le realizaron tres heridas con arma blanca, de las cuales una afectó su pulmón. Sin embargo, su muerte se produjo tras ser apedreado”, explicó Daniel Fernández el abogado de la familia.
“La confesión del detenido no fue a cambio de ningún beneficio carcelario, sino que esta persona tenía un profundo cargo de conciencia y quería que sus familiares tuvieran el cuerpo para poder enterrarlo”, añadió el fiscal Javier Giaroli.
Engaño en las redes sociales y un brutal homicidio
Según la investigación realizada por el fiscal Giaroli, en diciembre de año pasado, Héctor Dionisio Aguilar, con domicilio en la localidad de San Basilio, Río Cuarto, Córdoba, fue contactado a través de Facebook por una usuaria de San Rafael que decía llamarse “Caro Arenas” pero que en realidad el perfil era manipulado indistintamente por Ríos y también por Luffi, Martínez y Oviedo.
Ríos y Martínez –ambos detenidos en la cárcel de San Rafael- mediante técnicas de ingeniería social lograron engañar a Aguilar ya que contaban con información personal de la víctima. Los acusados le hicieron creer al cordobés que “Caro Arenas” era una mujer que 10 años antes había tenido una relación ocasional con él y que fruto de ese encuentro había nacido una niña que vivía en la Rioja junto a su madre y sus hermanos.
Con este engaño consiguieron que Aguilar les hiciera algunas transferencias de dinero a billeteras virtuales de los cuatro sospechosos. A Medida que esta estafa se desarrollaba los mendocinos cambiaron el plan y le dijeron que “Caro Arenas” se había mudado a la casa de un pariente en San Rafael, donde lo esperaba junto a sus hijos.
Para los investigadores el plan habría sido abordarlo, quitarle el dinero y el auto y luego asesinarlo. Es por eso que le pidieron que viajara al Mendoza pero que no le dijera a nadie.
Así fue como el 2 de julio pasado el hombre salió de Río Cuarto rumbo a San Rafael a bordo de su Gold Tren color blanco, dándoles a sus conocidos un destino falso.
Ese mismo día llegó a Salto de las Rosas, distrito de Cañada Seca y se encontró con Ríos en las inmediaciones de la estación de servicio YPF. Luego le habría dicho que lo iban a llevar al lugar donde estaba “Caro Arenas” pero en el camino lo habrían asesinado adentro del auto y luego habrían ocultado el cuerpo para finalmente quedarse con el auto, el dinero y las pertenencias del cordobés.
El plan habría continuado de la siguiente manera: Ríos habría tenido oculto el Gold blanco hasta el 17 de julio se lo llevó a Cesar Campos, con quien previamente había acordado desarmarlo y repartir las ganancias que esta maniobra les dejara: Campos se iba a quedar con las ruedas; Ríos con las butacas y el motor y el resto iban a llevarlo a un desarmadero de la zona.
Pero el fiscal y la policía ya estaban sobre la banda: el 20 de julio, allanaron el club Cuadro Benegas, ubicado en la ruta 144 y encontraron, cerca de una cancha de bochas el Gold blanco que luego de ser periciado que encontraron manchas de sangre que están siendo analizadas.
Ese mismo día la policía realizó 11 allanamientos en distintos sectores de San Rafael y se aprehendió a 13 personas, entre ellas a los ahora imputados.