Le volvieron a negar la libertad a un conocido empresario de 44 años que tiene negocios en Palmares Open Mall y que está acusado de haber abusado de su sobrina de 24 años . El hombre fue juzgado en junio pasado pero al final de debate tres jueces decidieron anularlo y ordenaron otro. Ahora la Corte provincial deberá decidir si vuelve a ser juzgado.
Esta es la segunda vez que Juan Day, el abogado del empresario, solicita el cese de la prisión preventiva o bien el beneficio de la prisión domiciliaria para su cliente. En julio pasado, los jueces Eduardo Martearena, Belén Renna y Agustín Chacón le habían rechazado el pedido, haciendo lugar a la posición del fiscal de Delitos Sexuales Gustavo Stroppiana.
Esta mañana el juez Ramiro Salinas volvió a negarle la libertad al empresario argumentado que desde que se le dictó la preventiva no hay ninguna razón novedosa para que cambie su situación procesal. Incluso se refirió a que el hombre se había sacado la pulsera georeferencial cuando había recibido la prisión domiciliaria que, por esa acción, se lo volvió a detener.
Por otro lado, más allá de lo que resuelva la Corte en relación a un nuevo debate, el juez Salinas sostuvo que la prisión preventiva no es infinita y que no es el momento de decidirlo ahora la libertad.
Con este panorama, los jueces de la Corte podrían avalar la decisión de los jueces Aníbal Crivelli, Ariel Spektor y Alejandro Miguel o bien ordenarle a los mismos –ya que no han preopinado- que den un fallo, condenatorio o absolutorio. En teoría la Corte debería resolver la situación con celeridad teniendo en cuenta que la revictimización de la denunciante y la situación de encierro del denunciado.
La acusación
En agosto de 2019, una joven denunció a D. D. B., un empresario de 44 años, de haberla abusado sexualmente. En abril fue detenido. En julio de 2021 se le dictó la prisión preventiva al hombre que se dedica al rubro de la construcción, tiene locales comerciales en Palmares y es muy conocido en el exclusivo ambiente del golf.
El empresario está imputado por un delito grave: abuso sexual agravado gravemente ultrajante y promoción de corrupción de menores, ambos cargos agravados por ser encargado de la guarda de la víctima.
Según la denunciante, quien actualmente tiene 24 años, los abusos comenzaron cuando ella tenía sólo 8 años y hasta los 14. En la denuncia la mujer sostiene que, como su mamá debía trabajar pues mantenía el hogar, ella pasaba mucho tiempo en la casa de sus tíos. Y los días en que se quedaba a dormir, el presunto agresor sexual aprovechaba para meterse en su cama y tocarla. A medida que fueron pasando los meses, le mostraba videos en los que mantenía relaciones sexuales con su esposa y le exigía que replicara esas prácticas sexuales.
De acuerdo a la denuncia, el hombre le decía a la niña que no le contara a nadie lo que le hacía, al tiempo que le entregaba costosos regalos con el fin de que guardara silencio.
Lo cierto es que en 2019 la joven decidió contarle a su madre la situación que había vivido cuando era niña a manos de su tío, quien era a la vez su empleador, ya que trabajaba en el local que el acusado tiene en Palmares.
La demorada incorporación de la pericia psicológica en el expediente que investigó la fiscal de Delitos Sexuales Virginia Rumbo es una de las pruebas en contra del acusado ya que el relato de la joven indica que es coherente y no fabula.
