Julieta Cangemi, cantante y procedente de una familia de artistas como su madre Patricia Cangemi y su tía Verónica, vivió minutos de terror el pasado 1 de junio, a plena luz del día, al ser confundida con una delincuente por un comerciante, al que le habían robado el celular y salió a buscar a la autora.
Empujado por su ira, el hombre la vio en la calle a una mujer que tenía una mochila, aparentemente como la que tenía la delincuente, cuando caminaba por Godoy Cruz y Patricias Mendocinas, de Capital, se le fue encima y la empezó a ahorcar para que le entregara el celular. Como pudo la mujer de 33 años le dio todo lo que tenía porque creyó que se trataba de un asalto.
“Iba a sacar un turno al médico para mi hija, cuando una persona se me tiró de atrás y me empezó a ahorcar, me tiraba del pelo, me decía de todo tipo de cosas al oído. No pude ni pensar”, dijo en una entrevista con Diario Uno.
Gracias al auxilio de las personas que pasaban por el lugar y ante la llegada de la Policía, el comerciante la soltó y quedó detenido.
“Cuando me vio la cara se dio cuenta que no era la ladrona, y me devolvió mis cosas. Yo seguía gritando y él me decía que no exagerara, que no me había hecho nada”, contó Cangemi.
Luego del dramático hecho que le tocó vivir, la artista reflexionó sobre la forma en la que procedió el hombre al ser víctima de la inseguridad: “Entiendo el trabajo, el esfuerzo, lo que cuesta todo, y entiendo la justicia por mano propia, pero me acusó de robo, me quitó mis pertenencias y me privó de mi libertad sin saber si era o no la persona que le robó. La reflexión es que no podemos ir por la vida con la justicia por mano propia, no se puede ir por la calle así”.
Actualmente Julieta está de licencia por el shock en el que quedó y de estado físico que tuvo que reponerse de los moretones y marcas que sufrió.