El femicidio de Jésica Olguín (33) conmocionó a Mendoza desde la primera hora del lunes. Si bien el asesinato tuvo lugar entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, fue durante la madrugada que un hermano de Juan Manuel Tarres (48) se hizo presente en la comisaría 36 para denunciar que Tarres acababa de confesar a la tía de ambos que había asesinado a su ex pareja, con quien –además- tenía 2 hijos.
Tras dirigirse de inmediato a la casa de la joven en Las Heras –donde encontraron el cuerpo sin vida de Jésica, con sus pies y manos atadas y con señales de ahorcamiento-, los uniformados se hicieron presentes en la casa de la tía del confeso femicida (en Guaymallén, donde estaba Tarres) y lo detuvieron. Lo encontraron profundamente dormido –había tomado un ansiolítico-, por lo que no pudieron despertarlo y debieron trasladarlo casi cargándolo.
Lo que más bronca e indignación ha generado a raíz de este nuevo femicidio en Mendoza es que, una vez más, el asesino tenía una denuncia en su contra e, incluso, tenía una orden de captura. Sin embargo, Tarres seguía en libertad, mientras que Jésica Olguín nunca dejó de estar en peligro.
El asesino estuvo toda la tarde con los hijos de la víctima
El fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello (quien instruye la causa) confirmó que, aunque existía una denuncia por lesiones leves y amenazas previa de Jésica Olguín -que había motivado en una orden de restricción de acercamiento para el hombre y hasta en un pedido de captura-, la familia del imputado reconoció que durante los últimos meses habían vuelto a vincularse entre sí.
“Por lo que dicen los mismos familiares de él, volvieron a tener contacto. Ellos tenían 2 hijos en común, que estaban a la guarda de la madre. Ayer, Tarres estuvo con sus hijos en la pileta de un familiar y, en forma posterior, se lo llevó a sus padres (NdA: de Tarres). Los padres de Tarres esperaban que la mujer se comunicara con ellos para ir a buscar a los chicos, pero nunca ocurrió, debido a la agresión que terminó con la vida de ella”, reconstruyó Pirrello en base a lo reconstruído durante las últimas horas.
La denuncia previa, la custodia policial y el pedido de captura
El fiscal Pirrello confirmó que, el año pasado, Jésica Olguín había denunciado a su ex pareja por los delitos de “amenazas y lesiones leves”. Es decir, el hombre había agredido a la mujer y le había alertado que el asedio y la violencia continuarían.
Si bien Tarres quedó en libertad al no tener antecedentes penales, se dispuso de una orden de restricción de acercamiento. A raíz de esta denuncia, además, desde el Ministerio Público Fiscal habían citado en reiteradas oportunidades a Juan Manuel Tarres para comparecer (declarar). Pero el hombre no se había presentado a ninguna de esas citaciones.
A raíz de esta desobediencia, Juan Manuel Tarres había sido declarado “en rebeldía” quedado incluido en lo que se considera el “orden del día”, que no es más que una orden de captura. Así las cosas, si Tarres era parado en la vía pública para un control policial de rutina, cuando se lo identificara existía la orden de detenerlo de inmediato. Pero esto no ocurrió, por lo que Tarres continuó en libertad hasta que, finalmente, en las últimas horas asesinó a su ex y madre de sus dos hijos.
“(Tarres) tenía una causa en trámite donde, el año pasado se hizo la denuncia. Estaba para la audiencia, pero él no se había presentado y se había ordenado la detención y captura”, destacó Pirrello. Además, el fiscal confirmó que existía una prohibición de acercamiernto, y que la mujer tuvo consigna policial en su casa durante las 2 semanas posteriores a la denuncia. “Luego, estuvo en un refugio para mujeres víctimas de violencia de género”, agregó.
Pasadas esas primeras semanas, la cosigna policial permanente en la cuadra de Jésica mutó a rondines periódicos. Hasta que, finalmente, volvieron a estar en contacto.
El femicidio
A primera hora de este lunes, la noticia del femicidio de Jésica Olguín en el barrio Los Chilenos (Las Heras) convulsionó a Mendoza. Y es que, según relató el propio hermano del femicida a la Policía, Tarres asesinó a su ex pareja, se dirigió a la casa de una tía de ambos y confesó lo que había hecho.
Mientras Juan Manuel Tarres tomaba varios comprimidos de ansiolíticos para poder quedarse dormido en la casa de su tía, la mujer le avisó al hermano del femicida confeso lo que acababan de contarle. Y fue este último quien se dirigió a la Comisaría 36 (Las Heras) para relatar los hechos.
Los efectivos constataron primero el femicidio, mientras que -con el protocolo de femicidios activado- luego dispusieron la detención de Juan Manuel Tarres, quien estaba casi desmayado en la casa de su tía y como consecuencia de los efectos del Clonazepam.
De acuerdo a lo manifestado por Pirrello, no está descartado que Tarres hubiese intentado quitarse la vida al ingerir todos los comprimidos juntos. Por el momento, el femicida continúa en la comisaría y será trasladado en las próximas horas a la cárcel de Boulogne Sur Mer.