Diecisiete años después de la brutal violación grupal y asesinato de la joven Paula Toledo (19), la Justicia de San Rafael condenó al artesano Marcos Federico Graín (32) –en el momento del crimen, novio o amigo de la estudiante- a 11 años de cárcel.
Se trata de un fallo que intentó ser salomónico pero no logró dejar conformar a las partes. Es que los jueces Néstor Ariel Murcia, Alejandro Celeste y Esteban Vázquez Soaje, consideraron que Graín es culpable del delito de abuso sexual agravado por acceso carnal pero no tuvieron en cuenta el salvaje asesinato que ocurrió a continuación del abuso grupal.
“Tan poco vale la vida de una chica que todavía no empezaba a vivir. Yo no estoy conforme”, dijo la madre de la víctima, Nuri Robotta, quien viene buscando justicia desde hace 17 años y que opinó, segundos después de escuchar el fallo, cuando le pidieron su parecer en cuanto a si Graín debía seguir en libertad o que se le dictara ahí mismo la prisión preventiva y fuera directo al penal, cosa que finalmente ocurrió.
Desde la mañana de ayer unas 150 personas –amigos, familiares, vecinos de la víctima y grupos feministas- llegaron hasta los Tribunales sureños para seguir de cerca la fase final del debate. Además mucha gente siguió la sentencia a través de SijumTv, el canal de YouTube del Poder Judicial de Mendoza, donde la consigna general era “que se haga justicia por Paula”.
Conocida la sentencia, quienes estaban en la puerta –unas 200 personas- no sólo se mostraron disconformes con el fallo sino que agredieron con piedras al móvil que sacó de Tribunales a Graín, que fue “salvado” por los policías que los custodiaban.
Durante los alegatos, el fiscal Pablo Peñasco había solicitado para el imputado 25 años de prisión por el delito de abuso sexual seguido de muerte en calidad de partícipe necesario.
En cambio, los abogados Guillermo Rubio y Celeste Marchetti, representando a Nuri Robotta, habían solicitado la pena de prisión perpetua para Graín por el delito de homicidio criminis causa.
Los defensores, por su parte, Daniela García, Jorge Vitale y Fernando Fonseca, solicitaron la absolución de Graín, sosteniendo que ningún testigo había podido ubicar al imputado en el lugar del hecho.
“Yo sé por todas las cosas que ha pasado la familia Toledo durante estos 17 años. Me imagino el dolor que han sentido; les han arruinado la vida. También a mi familia le han arruinado la vida y nos siguen arruinando la vida con todo esto. Por eso pido que se haga justicia. Nada más”, dijo Graín al cierre de los alegatos.
La tercera es la vencida
Esta no es la primera vez que Graín llega a juicio. En mayo de 2006 se llevó adelante el primer debate por “abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte” por el crimen de Paula. Se pudo comprobar que todos los imputados habían estado en la casa abandonada donde se ejecutó la violación masiva y el femicidio.
Los jueces se basaron en la pésima instrucción para absolver por el beneficio de la duda a los hermanos Alejandro y Víctor Echegaray, a Iván Gauna y a Carlos Rodríguez. A Andrés Maravilla –el único mayor en ese momento- lo sobreseyeron de culpa y cargo. En ese momento, Graín estaba prófugo.
El abogado querellante, Arturo Juri, apeló la sentencia y la Corte de Mendoza anuló el juicio y ordenó hacer uno nuevo. Para entonces Graín, quien se había escondido en Misiones, fue hallado y enviado a juicio. La Segunda Cámara del Crimen de San Rafael dictaminó que las pruebas en su contra no eran suficientes y quedó sobreseído.
Hubo otra apelación y el fugitivo fue encarcelado a la espera del segundo debate. En agosto de 2011 -ocho años después del hecho- Graín fue juzgado. Dijo que en la noche del crimen él llegó con “Poli” pero después se fue y la dejó “con los chicos”.
El 1 de septiembre fue absuelto por los jueces Ariel Hernández, Rodolfo Luque e Isidro Peña por falta de pruebas. El fiscal Norberto Jamsech no había presentado acusación por considerar que no existían pruebas y el hermano de la víctima estuvo a punto de golpearlo.
Durante el debate estos jueces, por el principio del “non bis in idem” (no se puede juzgar a alguien dos veces por el mismo crimen), decidieron no volver a juzgar a los hermanos Echegaray y a Iván Gauna.