En una complicada situación ha quedado inicialmente el policía de la Federal que en la noche del jueves abatió a un hombre que circulaba con su auto por el centro. Lo imputaron con la calificación más asevera, aunque a la causa le restan varias medidas que podrían modificar el curso de la investigación. El sospechoso declaró.
El sábado en la noche la fiscal Andrea Lazo definió que uno de los efectivos involucrados debía recibir, en principio, la acusación por un homicidio agravado por su pertenencia a las fuerzas de seguridad; este delito tiene como pena única la prisión perpetua en un futuro.
La víctima del hecho fue Facundo “Kako” Martínez (43), baleado en el tórax en las inmediaciones de Salta y Catamarca, de Ciudad. Metros antes de esa esquina una pareja de federales intentó identificarlo, pero el hombre no se detuvo y siguió circulando con su Ford Mondeo. Los agentes vigilaban la zona con el dato de que allí podía concretarse una transacción vinculada a drogas, y sospecharon que el fallecido podía estar relacionado.
Sin embargo, Martínez nada tenía que ver con eso y se supone que escapó porque a su vehículo le faltaba una patente y otra documentación- el coche era usado como remís trucho y no estaba a su nombre porque no había hecho la transferencia-. Por estos motivos aceleró y en la fuga “tocó” al policía.
Frente a esta conducta los uniformados fueron tras él en un móvil sin identificación, y uno de ellos comenzó a disparar con su arma reglamentaria; una de las balas dio en el pecho del “Kako”, le hizo perder el dominio del rodado y que terminara chocando a otro vehículo y en una acequia.
Qué declaró el imputado
En el momento que era acusado, el policía, de quien por ahora no ha trascendido su identidad, hizo uso de su derecho a explicar los acontecimientos. Según su versión, Martínez le embistió y allí iniciaron la persecución; realizó tres disparos, los dos primeros al aire para amedrentar y el tercero le apuntó al cuerpo del conductor del Mondeo, luego de sentirse amenazado ante un movimiento que hizo este último, aparentemente simulando sacar un arma.
Esta declaración es ahora analizada por los pesquisas, que intentarán confirmarla o descartarla cotejando las cámaras de seguridad y con algún testigo.
Cómo sigue la causa
Todo indica que el expediente continuará bajo la órbita de la Justicia Provincial, luego de que en un principio se especuló con que quedaría en el ámbito federal porque los dos efectivos que intervinieron estaban en funciones; más allá de esto, al comprobarse que la víctima no iba armada ni cometió ningún delito, el caso permanecerá en la fiscalía de Homicidios.
Con el resultado de los peritajes de Científica, el análisis de las grabaciones y los testimonios, los sabuesos terminarán de definir la hipótesis del hecho: Por ahora, no se descarta un caso de gatillo fácil y se cree que el acusado actuó por fuera del protocolo policial.
Su situación podría aliviarse si toma fuerza la teoría de un “exceso” en sus funciones. Esto podría derivar en el delito conocido como exceso de legítima defensa, que tiene penas excarcelables de 1 a 5 años. Lo que a esta altura ya no corre es una legítima defensa, que lo dejaría sin imputación.
Por el momento el sospechoso está detenido en la comisaría Tercera, mientras que su compañera fue liberada ya que no realizó ningún disparo.