4 de febrero de 2025 - 22:00

La familia del chico asesinado por su amigo en Junín va contra el padre del tirador

Los padres de Santiago González (15) se constituyeron como querellantes en la causa contra el padre del menor que disparó el 13 de enero. El arma pertenecía a ese hombre.

Santiago González, de 15 años, murió en forma instantánea por una bala calibre 32 que le impactó de lleno en el centro del pecho. El autor del disparo fue un amigo suyo, también de 15 años, que manipulaba el arma que había retirado instantes antes de su casa. Por ser menor de edad, el joven es innimputable, fue entregado a su madre y puesto en tratamiento. Ahora los padres del chico muerto se constituyeron como querellantes en la causa penal por tenencia ilegal de arma de fuego, expediente que se le inició al padre del autor del disparo.

El hecho fue interpretado como accidental, pero la familia del joven fallecido duda de esto. Aunque eso no es lo que se juzgará, ya que la causa por la muerte quedará sin resolución debido a la edad del autor del disparo. Por eso, en busca de algún tipo de respuesta legal, la familia impulsará las acciones contra Darío Rosas, padre del menor, y tratará de establecer las responsabilidades de la madre.

En diálogo con Los Andes, Romero hizo un relato detallado de lo ocurrido, apoyándose en el testimonio del hermano menor de Santiago, de 13 años, que fue testigo directo del hecho. “Santiago se cayó en sus brazos”, contó el padre.

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“El nene que mató a Santiago lo pasó a buscar a él y a su hermano menor por casa para ir a tomar una gaseosa”, relató. “Eran amigos y nunca jamás habían tenido ningún problema. Yo me llevaba bien con los padres de ese chico”, subrayó Romero.

Y añadió: “Iban a ir hasta un drugstore, pero antes fueron hasta la casa de este nene (en calle Isaac Estrella al 160, en pleno centro de Junín, frente al microhospital y a 120 metros de la comisaría 19) porque quería buscar el cargador del teléfono”.

“Este nene entró a buscar el cargador. Santiago y su hermano menor se quedaron en el portón. Entonces salió este nene con el arma puesta en la cintura. Mis chicos le dijeron: ‘Guardá eso’, pero este chico contestó: ‘No pasa nada’. Entonces sacó el arma de la cintura, le apuntó al pecho a Santiago y disparó. Todo pasó en segundos”, agregó el hombre.

"Salió este nene con el arma puesta en la cintura. Mis chicos le dijeron: ‘Guardá eso’, pero este chico contestó: ‘No pasa nada’. Entonces sacó el arma de la cintura, le apuntó al pecho a Santiago y disparó". "Salió este nene con el arma puesta en la cintura. Mis chicos le dijeron: ‘Guardá eso’, pero este chico contestó: ‘No pasa nada’. Entonces sacó el arma de la cintura, le apuntó al pecho a Santiago y disparó".

Sin lógica

El padre de crianza de la víctima apuntó: “Esto no tiene ninguna lógica. No entiendo qué pasó. ¿Por qué el arma estaba al alcance de él? ¿Por qué la sacó? ¿Por qué le apuntó a mi hijo?”.

Después del disparo y del desvanecimiento de la víctima, un peatón que pasaba por el lugar, el propio autor del disparo y el hermano de la víctima, cruzaron la calle cargando a Santiago y lo ingresaron en el centro de salud.

“Cuando llegué al centro de salud, no me dejaban a ver a mi hijo. Me dijeron que lo estaban estabilizando, pero ya estaba muerto”, contó Emiliano Romero y agregó que después fue a preguntarle a la madre del niño que disparó, qué había ocurrido. “Ella estaba en la puerta de su casa, en la vereda. Le pregunté: ‘Silvina, ¿que pasó?’ y ella sólo me dijo que no sabía nada. Después le pregunté al chico: ‘¿Qué hiciste?’ y él me dijo solamente: ‘Es un aire comprimido; yo no sé nada’” .

El hombre detalló que, desde el día del hecho hasta ahora, los padres del menor que disparó “en ningún momento se comunicaron conmigo”.

En el expediente

Además, Romero sostuvo que “el nene (el tirador) no estaba tan conmocionado porque escondió el arma y le mintió a la Policía y les dijo que la había tirado hacia los techos, hacia los vecinos”.

Esto se corresponde con las actuaciones policiales. La Justicia debió ordenan un allanamiento en la casa para, después de buscar sin éxito el arma en las propiedades lindantes, revisar exhaustivamente la vivienda del autor del disparo y encontrar el arma debajo del almohadón de uno de los sillones del living.

El arma es un revólver marca Jaguar calibre 32 largo, con tambor de siete alveolos. Cuando fue descubierto por la Policía, ese tambor tenía colocados tres cartuchos y una vaina servida.

Originalmente esa arma estaba dentro de una bolsa de color marrón, sobre el ropero de dos metros diez de altura, ubicado en la pieza matrimonial. El revólver no tenía documentación.

La Policía encontró en el piso del dormitorio la bolsa marrón y el revólver escondido en el sillón del living.

En las horas posteriores al hecho, el menor que efectuó el disparo, al ser inimputable, quedó bajo custodia de la madre, con supervisión del Equipo Técnico Iinterdisciplinario (ETI). Toda la familia abandonó Junín y se radicó en una vivienda en Godoy Cruz.

Darío Rosas, padre del menor que efectuó el disparo, fue demorado, alojado provisoriamente en la subcomisaría de Ingeniero Giagnoni y, después de ser imputado por tenencia ilegal de arma de fuego, recuperó su libertad. Los padres de Santiago González designaron a los abogados Juan Dantiacq, Leandro Rodríguez Pons y Juan Manuel Lavado como representantes legales al constituirse como querellantes en la causa contra Rosas.

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