La familia de las nenas argentinas acribilladas por el ejército uruguayo marcharon en busca de una explicación

Las dos menores de 11 y 12 años fueron asesinadas en un supuesto enfrentamiento con la guerrilla.

La familia de las nenas argentinas acribilladas por el ejército uruguayo marcharon en busca de una explicación
Miriam Villalba, la madre de una de las nenas asesinadas.

Miriam Villalba, la madre de una de dos las nenas que fueron acribilladas por el Ejército paraguayo en un supuesto enfrentamiento con la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), lideró hoy una marcha en Posadas, Misiones, para exigir que se aclare qué sucedió, denunció que su hija fue torturada y pidió protección al Gobierno local.

Durante la protesta, Villalba explicó a medios locales que las niñas eran primas y habían viajado al país vecino para conocer a sus padres, que según contaron familiares la semana pasada serían líderes de la guerrilla EPP.

Es de “público conocimiento que mi hija y mi sobrina fueron ejecutadas el 2 de septiembre en Paraguay por las fuerzas represivas del Gobierno. Nosotros nos enteramos (de las muerte de las niñas) al día siguiente, porque desde un principio el Gobierno paraguayo trató el tema con muchas especulaciones y dijo que se trataba de personas mayores edad. Al día siguiente, nos enteramos de que se trataba de nuestras niñitas”, contó.

Villalba explicó que las niñas viajaron hacia el país vecino en “noviembre, después de terminar las clases” porque sus padres siempre habían pedido conocerlas.

“Las niñas tenían que volver lo antes posible pero después se cerró la frontera y quedaron atrapadas allá por el caso del coronavirus. Ellas estaban en un principio en la casa de un familiar”, aseguró y agregó que esto fue lo último que supo, hasta perder comunicación con su hija.

Villalba aclaró no dará “información detallada de los familiares” de las niñas por miedo a posibles represalias del Gobierno paraguayo, quien, según la mujer, actúa como “una jauría de lobos que dispara a cualquier parte para cubrir todas las atrocidades que cometió”.

Porque ellos ejecutaron a mi hija y a mi sobrina de 11 y 12 años”, denunció y acusó al Ejército paraguayo de torturar a una de las niñas.

“Peleamos mucho para que nos entreguen los cuerpitos, en principio dijeron que los familiares no se presentaron entonces peleamos mucho y tuvimos acceso a los cuerpitos de mi hija y mi sobrina. Y estamos seguros como familia que fueron torturadas, porque a Lílian la agarraron viva, la torturaron y la ejecutaron y la vistieron con ropa camuflada posterior a eso para cubrir todas las atrocidades que cometieron”, denunció.

“Trataron de deshacerse de todas las evidencias, le quemaron todas las ropitas. -continuó Villalba- A mi hijita, luego de la autopsia que le hicieron, la enterraron en una fosa común en una caja de cartón”.

La madre de una de las víctimas aclaró que “no confía en nada” de lo que hizo y dijo el Gobierno paraguayo y prometió: “Nosotras no vamos a dejar impune la sangre derramada por nuestras hijitas, vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”.

Villalba explicó que desistió de la idea de repatriar los cuerpos de las niñas por decisión de la familia y aclaró que ella no mantiene ningún contacto con el papá de su hija.

Yo no hablo con él”, precisó, al tiempo que informó que fue recibida por la ministra de Derechos Humanos de la provincia, a quien notificó que está siendo “acosada” de nuevo por fuerzas policiales, como le sucedió en 2010.

“Mi familia fue muy perseguida por la decisión que tomaron mis hermanos. En el año 2008 tuvimos que salir de nuestra ciudad natal que es Concepción (Paraguay). Ya no pudimos seguir ahí por los acosos de las fuerzas represivas. A los que más perseguían era a los niños, les sacaban fotos en la escuela. Como no cerraban los pasos, decidimos mudarnos a Clorinda (Formosa). Pero, ¿qué pasó ahí? Ahí mataron a mi sobrinito de 12 años”, contó Villalba, en referencia a la decisión de parte de su familia de sumarse a la entonces joven guerrilla EPP.

“Después de eso vinimos a Misiones. Nuestra preocupación principal es la seguridad de nuestros niños y de mi mamá que ya tiene edad. Por eso justamente fuimos a hablar con la ministra de Derechos Humanos para que no vuelva a suceder eso. No queremos custodia policial, queremos tratar de llevar una vida tranquila”, pidió Villalba y aclaró: “Vivo hace 11 años acá en Puerto Rico y no formé parte de la guerrilla”.

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