El perito que representa a la familia de Fabián Gutiérrez, el exsecretario de Cristina Fernández asesinado el pasado 4 de julio en la ciudad santacruceña de El Calafate, concluyó que al menos tres personas participaron del crimen y cumplieron distintos roles, a la vez que explicó que, de acuerdo con las lesiones que presentó el cuerpo, el empresario fue torturado.
“Ha sido maniatado a través de la utilización de precintos, fue agredido por diferentes sujetos y hubo una maniobra de tortura, eso está confirmado”, dijo el perito criminalista Benito Amilcar Fleita en declaraciones periodísticas realizadas en El Calafate.
Para la querella, el informe final de la autopsia confirma la hipótesis de que el crimen de Gutiérrez está relacionado con cuestiones económicas, ya que -a su criterio- las torturas indican que fueron realizadas "para obtener información".
“Este informe de autopsia termina de confirmar la hipótesis que sostuvo desde el principio esta querella, que se trató de una cuestión económica o de obtener una información respecto a eso, y la pluralidad de personas que participaron en el hecho”, dijo Sandro Levín, uno de los abogados de la familia de Gutiérrez.
Levín y Gabriel Giordano presentaron hoy en el expediente de la causa a cargo del juez de El Calafate, Carlos Narvarte, un informe preliminar elaborado por el perito Fleitas y un pedido de aclaratoria, porque en el informe final de la autopsia no consta la data de muerte.
En la causa por el crimen de Gutiérrez ocurrido en El Calafate, donde fue hallado el sábado 4 de julio enterrado en el patio de una vivienda del barrio Aeropuerto Viejo, están detenidos los hermanos Facundo (19) y Agustín (23) Zaeta, Facundo Gómez (20) y Pedro Monzón (18).
De acuerdo al análisis de la autopsia, el perito Fleitas consideró que en el crimen participaron “múltiples personas, mínimamente tres, que actuaron concatenadamente en distintos roles”.
Según detalló el perito de la querella en declaraciones a Señal Calafate, “una persona se situó por detrás sujetándolo con un cable, produciéndole asfixia y por delante dos personas lo torturaban y golpeaban constantemente, uno con golpes de puño y otro con la utilización de un arma impropia que puede ser un garrote o un palo”.
Para Fleita, la escena primaria es la casa de la víctima, desde donde luego lo llevaron “en estado agónico” hasta otra vivienda, para luego trasladarlo al lugar donde fue enterrado.
“Es en la casa de la víctima donde ocurren todas las lesiones, pero luego en un estado agónico fue trasladado a otro lugar”, agregó el perito, quien explicó que “fue maniatado con precintos y una vez reducido fue agredido por diferentes sujetos”.
“Está claro a nuestro criterio que hubo tortura previa a la muerte. Todas las lesiones son letales, con excepción de cinco lesiones punzo cortantes en el cuello, que son de carácter agónico”, dijo.
Según su hipótesis, las lesiones fueron efectuadas porque “el victimario pensó que aún estaba vivo y decidió terminar con su vida en forma rápida, a través de estocadas”.
Por su parte, el abogado Giordano consideró que “hay toda una confluencia de elementos relacionados al tema económico” y no descartó hacia adelante “incorporar un elemento muy importante relacionado a las pericias experticias de los imputados, porque la calidad de la persona humana tiene mucho que ver en este tipo de delitos”.
“Decimos que el móvil económico puede verse robustecido sobre otra cuestión, no descartamos ninguna línea”, dijo consultado sobre la posibilidad de un crimen de odio.
Giordano aclaró que para la querella “no fue un crimen desorganizado” sino que “entendemos que hubo una planificación premeditada previamente, que hubo una organización con una distribución de roles”.
“Lo que ocurrió es que gracias a la pronta intervención de la familia y el hallazgo del móvil de la víctima, rompió el esquema final que necesitaban de por lo menos tres días para hacer desaparecer el cuerpo”, dijo el letrado que representa a la familia.
El empresario Gutiérrez fue hallado enterrado y envuelto en una sábana el sábado pasado 4 de julio en los fondos de una casa de la calle Cañadón Seco, del barrio Aeropuerto Viejo, de El Calafate, luego de permanecer desaparecido desde el jueves anterior.
Los primero resultados de la autopsia revelaron que la víctima murió por “asfixia mecánica” y que había recibido golpes en la cabeza y en el cuerpo y tres puntazos en la zona del cuello.