A 11 años de la explosión del -posiblemente- caso de abuso sexual intrafamiliar más fuerte que recuerde la provincia, la causa sigue aportando novedades, detenciones e imputaciones. La víctima, violada por su padre en indeterminada cantidad de veces y con quien tuvo siete hijos-hermanos producto de esos ataques, ha tenido 40 años de sufrimiento y hoy ve cómo su madre, denunciada por ella misma, queda presa por “entregadora”.
Es la trístemente recordada historia del “Chacal de la Cuarta”, fallecido en 2010 mientras estaba en la cárcel. Su esposa ayer quedó detenida y fue acusada formalmente, aunque se defendió y pidió domiciliaria por problemas de salud.
Norma Ortubia (68) fue arrestada durante la mañana del martes en Guaymallén, cuando caminaba por la calle. Su orden de aprehensión ya había sido firmada dos semanas atrás por el fiscal Gustavo Stroppiana, y los policías que la seguían esperaban el momento. Por la tarde ya estaba en la fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual, donde la imputaron como partícipe necesaria de abuso sexual agravado por acceso carnal y por el vínculo, en un número indeterminado de veces y en concurso real; delito con pena de hasta 50 años de cárcel.
Asistida por el abogado Carlos Benavídez Bocca, la sospechosa declaró que ella no tiene “nada que ver con esto”. “Trabajaba todo el día en el Poder Judicial y sólo volvía a mi casa para hacer la comida. Soy hipertensa y tomo pastillas todas las mañanas”, señaló. Sobre esto último se agarró el defensor para solicitar la domiciliaria, agregando el contexto de pandemia y su edad, y explicando que no hay riesgos de fuga porque Ortubia siempre colaboró con la investigación.
El pedido fue objetado por los abogados de la víctima, Cristian Vaira Leyton y Agustín Magdalena, quienes recordaron que cuando la mujer fue denunciada por su hija hace dos años, la imputada buscó venganza yendo a su casa y queriendo golpearla. Esto ocurrió dos veces, hubo intervención de la Justicia y hasta custodia policial en la vivienda.
“Queremos que vaya a la cárcel en virtud del delito que le imputan y luego que tenga un juicio”, remarcó Vaira Leyton, uno de los querellantes.
El fiscal escuchó las dos posturas y podrá resolver en los próximos días, o bien esperar la audiencia de prisión preventiva y que decida un juez. Por ahora, la acusada quedó detenida en una comisaría.
“Es un logro, después de dos años, la detención y esta imputación. Ahora debe ir al penal”, agregó Vaira Leyton.
Daños psicológicos
En 2018 la víctima entendió que su madre había actuado en complicidad con su abusador y decidió denunciarla. Contrató a los letrados y otra vez se puso en manos de la Justicia para llegar a la verdad.
El expediente se hizo engorroso en la búsqueda de pruebas y las pericias psicológicas de la mujer demandaron 9 meses. Estos estudios arrojaron “severas consecuencias cognitivas”.
Con varios elementos fuertes en su poder, el fiscal pidió el arresto de la progenitora, a menos de un mes de que Los Andes revelara una prueba clave: el diario íntimo de la víctima.
Veinte años de abusos y maltratos
Hoy tiene 46 años y está en la dificilísima tarea de recuperarse. Cuando era muy chiquita comenzó a ser sometida sexualmente por su padre, en la casa de la Cuarta Sección donde vivía con su familia. A los 12 años, el hombre la violó por primera vez y a los 15 quedó embarazada. Sus padres quisieron que abortara, pero cuando la llevaron a esto, el embarazo estaba avanzado.
Desde mediados de los 80 y hasta más allá del 2000, Armando José Lucero (68) embarazó siete veces a su propia hija. El modus operandi era cambiar de domicilios porque los vecinos empezaban a sospechar y a denunciar, pero la Justicia no actuaba.
Hasta que los hechos llegaron a oídos de varios senadores y la nueva causa tomó otro impulso. Su última denuncia fue por el temor de que el “Chacal” comenzara a abusar de sus nietos-hijos.
Lucero fue arrestado en 2009 y murió en la cárcel un año después por un afección pulmonar. Por entonces Ortubia acompañaba a su hija en la causa, pero tiempo después la víctima descubrió que siempre la había entregado y mirado hacia otro lado. Cuando la denunció, declaró que su madre la trataba de “puta” y le decía que ella “provocaba al padre para que la abusara”.