A nueve meses de la muerte de Ángel Rolando Aquino (35), un almacenero de Guaymallén, su pareja Karen Oviedo (32) deberá enfrentar un juicio por jurados luego de haber sido acusada de matarlo con etilenglicol, un refrigerante para motores que es letal en humanos. Durante la investigación surgió que también habría hecho lo mismo con Elián Aquino, su pequeño hijastro de nueve años, quien había fallecido en 2019 de “muerte natural”.
Oviedo está detenida en el penal provincial desde febrero, cuando la fiscal de Homicidios Claudia Ríos Ortíz la señaló como la principal sospechosa de la muerte de su pareja. La insistencia de los médicos en que el hombre había sido envenenado fue comprobada en la necropsia y destapó una secuencia dantesca.
Macabro y como sacado de una película de terror, otras pruebas recabadas por los detectives apuntaron a que Oviedo utilizó el mismo modus operandi con el pequeño Elián, quien vivía en Neuquén con su mamá y murió cuando había ido a pasar las vacaciones de invierno a la casa de su papá.
Finalmente, la representante del Ministerio Público Fiscal imputó a la mujer por “homicidio agravado por ser con ensañamiento, alevosía veneno u otro procedimiento insidioso y por el vínculo”, delito que tiene como única pena la prisión perpetua.
El próximo lunes 28 de noviembre, la sospechosa deberá sentarse en el banquillo de los acusados, donde un jurado popular debatirá durante días si es la culpable, o no, de la muerte de su pareja y del hijo de él.
Pruebas que acorralan
Oviedo y Aquino eran muy conocidos en el barrio Minotto de Villa Nueva, debido a que en la esquina de Manuel A. Sáez y Santiago Araujo tenían una despensa. El 7 de febrero pasado, todo parecía continuar con la rutina de cada día hasta que el hombre no aguantó la descompostura.
Tras llegar a la clínica Santa María, de Ciudad, casi desvanecido, con cólicos y pérdida de conocimiento, el hombre fue ingresado a la Unidad de Terapia Intensiva donde lejos de cambiar su cuadro, a los dos días falleció. Oviedo, por su parte, aseguraba que le había estado dando un medicamento para unas manchas en la piel. No obstante, cuando le pidieron la muestra dijo que su empleada ya había tirado el frasco.
La necropsia reveló que Aquino había sido envenenado por etilenglicol, un producto de alta toxicidad, que por su composición es difícil de detectar al estar mezclado con otros productos ya que es incoloro e inodoro y posee un sabor dulce.
Luego, tras peritar el teléfono celular y la computadora de la sospechosa, los detectives hallaron pruebas claves en su contra como las búsquedas en Google sobre el veneno y la confirmación de la compra en Mercado Libre.
Por otra parte, según creen tener acreditado los pesquisas, Oviedo también le habría suministrado ese refrigerante a Elián. Al niño lo internaron en el hospital Notti, en la mañana del 7 de julio de 2019 y horas más tarde falleció previo a pasar por una agonía. Su madre no quiso hacer la necropsia pese al consejo de los médicos, que le decían que podía no haber sido una “muerte natural”.
La criatura fue sepultada en un cementerio privado, pero lamentablemente los peritos forenses no pudieron exhumar el cuerpo para la investigación que abrió la fiscal Ríos Ortíz, porque ya ha pasado mucho tiempo y conseguir pruebas de ese tipo sería prácticamente imposible.
Es por ello que se ordenó investigar en detalle la historia clínica que los pediatras hicieron en su momento sobre Elián y gracias a eso, en junio, los peritos confirmaron que la muerte del pequeño se debió a una falla orgánica por la ingesta del anticongelante.