La Suprema Corte de Justicia confirmó la condena que a un policía y un penitenciario que se robaron 20.000 dólares y 500 mil pesos al fingir que estaban cumpliendo con un allanamiento ordenado por un juez federal.
En mayo del año pasado el policía José Luis Carmona y el guardiacárcel Jorge De Giuseppe fueron condenados a 6 años y medio de cárcel por el delito de “extorsión mediante falta de orden de autoridad pública”.
Los defensores de los uniformados rechazaron la sentencia de primer grado, sosteniendo que no hubo extorsión, debido a que no hubo orden de allanamiento y las víctimas los dejaron entrar, por lo que se trató de un robo simple.
Además, no hubo en el juicio pruebas sobre la entrega de dinero a los acusados y afirmaron que la sentencia debía declararse nula porque no se tuvo en cuenta la declaración de Carmona, entre otros puntos en discusión.
Pero los magistrados de la Sala Penal –Mario Adaro, Omar Palermo y José Valerio- desecharon la presentación. En relación a la entrega de dinero, no solo lo dijo la víctima, sino que otras dos mujeres lo confirmaron. Además, las cámaras de seguridad captaron la salida de los delincuentes cargando una bolsa.
“La conducta endilgada no pasa por simular ser autoridad pública sino por invocar una falsa orden de la misma, esto es la supuesta orden de allanamiento que no existió”, dice el fallo en relación a la orden de allanamiento.
Luego en relación a que fue un robo, el fallo de la Corte sostiene que “en el caso analizado la simulación de la falsa orden de allanamiento se acompañó de actos intimidatorios, de manera tal que la entrega del dinero por las víctimas no fue sólo motivada por el error de las víctimas, sino que se vieron en la obligación de hacerlo coaccionados por el anuncio por parte de los acusados de que si no colaboraban «la cosa se iba a poner peor»”.
Un robo muy particular
En el mediodía del jueves 27 de agosto de 2020, José Luis Carmona Camps, vistiendo chaleco antibala, gorra con insignia de la Policía y un pistola 9 mm en la cintura, se presentó junto a Jorge Antonio De Giuseppe Suárez, que vestía una campera color azul con la insignia de la Policía de Investigaciones, en el edificio de Espejo 271 de Ciudad de Mendoza y ambos se dirigieron al quinto piso, oficina 1, en donde funciona una oficina comercial.
Una vez allí, Carmona y Di Giuseppe golpearon la puerta y al ser atendidos se presentaron como efectivos policiales y le manifestaron a los responsables del lugar –un hombre y dos mujeres- que tenían una orden de allanamiento expedida por el Juez Dr. Rivera, titular del Juzgado Federal N° 2, a raíz de una denuncia anónima, y que sabían que en el lugar había dinero.
Ante el pedido de las víctimas de exhibir la orden respectiva, y para que la medida aparentara veracidad, no sólo exhibieron placas policiales identificadoras, sino que Carmona Camps practicó varias comunicaciones telefónicas desde su celular a Juan Gregorio Riveros Guajardo (también condenado a 5 años de cárcel) quien se encontraba en inmediaciones del edificio, y simulaba ser el Juez Federal Rivera, dando directivas de actuación a viva voz a través del teléfono que fue colocado en altavoz para que las víctimas escucharan.
Luego Carmona y De Giuseppe les ordenaron colocar sobre la mesa del escritorio toda suma de dinero en efectivo que hubiera en la oficina para cumplir con la supuesta orden judicial, expresándoles que sino colaboraban “iba a ser peor”.
Así las cosas, una de las víctimas, ante la creencia de ser una medida judicial legítima y también ante el temor generado por los uniformados, extrajo de una caja de seguridad 500 mil pesos argentinos y 20 mil dólares y los colocó sobre un escritorio, tras lo cual Carmona y De Giuseppe les hicieron distribuirlo en sobres de papel madera que introdujeron en una bolsa, simularon el labrado de acta de registro y les manifestaron a los damnificados que la orden de allanamiento les sería enviada vía correo electrónico, para luego retirarse del lugar con el dinero.