La Sala Penal de la Corte provincial confirmó la fuerte pena que recayó sobre el empresario Dionisio Nazar Elmelaj Elaskar (58), por el asesinato de Emir Cuattoni (15), ocurrido en Godoy Cruz en 2016. El acusado le disparó por la espalda porque creyó que el chico le había robado una bicicleta a sus hijos.
En setiembre del año pasado los jueces Marcelo Gutiérrez del Barrio, Ariel Spektor y Horacio Cadile habían condenado al empresario a 32 años de cárcel, una sentencia muy elevada para un homicidio agravado por el uso de arma. Al crimen, se le habían sumado también tres causas por tenencia de armas, una de ellas de guerra.
La defensa cuestionó el fallo y lo elevó a la Corte considerando que careció de fundamentación, que la valoración de la prueba fue parcial y direccionada y que se omitió parcialmente. Por otro lado, sostuvo que pena aplicada fue infundada y desproporcionada. Entre otras cosas, se señaló que todos los testigos describieron al sospechoso de forma distinta.
Pero los jueces de la Sala Penal, José Valerio, Omar Palermo y Mario Adaro, dictaminaron que estas discordancias no tienen trascendencia y advirtieron que “existen notas concordantes en los testimonios”, teniendo en cuenta la hora (ya estaba oscuro) y la situación de inesperada violencia (un hombre se baja de una camioneta armado, los increpa y dispara).
“El fundamento por el cual Elmelaj salió en su vehículo y, al encontrar al trío compuesto por Areche, Mirasol y Emir Cuattoni, los increpó, fue claramente que éstos llevaban una bicicleta. El evento del robo fue aportado por la ex esposa del empresario e inclusive por él mismo al declarar, aunque lo situó en una época posterior y negó su vinculación con el homicidio de Emir Cuattoni”, sostiene la Corte.
Además se apunta que la hipótesis que señala al imputado no es la declaración de su ex mujer, sino “diversos elementos probatorios tales como: su similitud física con los datos aportados por los testigos presenciales; la tenencia al momento del hecho de un rodado de las mismas características que las descriptas por los testigos; el hallazgo en el domicilio del acusado de las llantas de ese vehículo; la coincidencia en el móvil de la agresión –el suceso de la bicicleta–; el resultado de las escuchas telefónicas; y el arma con la que se efectuaron los disparos fue encontrada en su casa.”
En cuanto al monto de la pena, el máximo tribunal se mostró de acuerdo con los jueces de primera instancia, que calificaron al hecho como grave y entendieron que la conducta de Elmelaj les resultaba “cobarde y traicionera”, y se encontraba “rayando a la alevosía” (le disparó por la espalda, cuando Emir iba a escapar).
Una investigación escandalosa
El 17 de abril de 2016, cuando Emir iba con dos amigos por la Avenida del Trabajo y Perito Moreno de Godoy Cruz, de una camioneta Toyota Hilux se bajó “un viejo” (Elmelaj) con una 9 milímetros en la mano. Según declararon los testigos, le dijo: “Soltá la bicicleta hijo de p...” y, sin más, disparó dos veces. Los dos amigos de la víctima alcanzaron a huir; él quedó aturdido en el lugar y allí, por la espalda, el autor le disparó, destrozándole literalmente la quinta vertebra. “Rastrero”, dicen que le dijo el empresario antes de subirse a su 4x4, en la que estaban sus hijos, y volver a su casa.
Emir peleó por su vida durante 42 días en un hospital, hasta que falleció como consecuencia un shock séptico producido por el daño que le había provocado el proyectil.
Meses más tarde comenzó una dudosa investigación -una causa “armada” al mejor estilo de la “vieja escuela”-, con la participación de un policía retirado (Roberto “Pastilla” Roldán) y testigos “plantados”- que llevaron a que la fiscal Claudia Ríos detuviera un año después a un “perejil”, Gustavo Seré. Este hombre pasó 451 días en prisión siendo inocente, y el mismo día de su liberación, Elmelaj fue detenido en su vivienda de Chacras de Coria.