¿La tarjeta de crédito le cobra un seguro que no contrató? ¿El vecino de arriba se niega a solucionar una filtración que amenaza con inundar su cama? ¿La plancha que se compró se le fundió a la semana? ¿La empresa con la que contrató las vacaciones no cumplió con la paradisíaca vista prometida? ¿Su prepaga se niega a cubrirle el medicamento nuevo de la abuela? ¿Usted quiere olvidarse esos pequeños pero desgastantes problemas que lo estresan, lo dejan al borde de un ataque de nervios o de hacer justicia por mano propia?
Le presentamos aquí la solución: la Oficina de Pequeñas Causas y Consumo del Poder Judicial de Mendoza, una herramienta rápida, segura, gratuita y de probada eficacia: el 94% de los problemas recibidos han sido resueltos tras una breve negociación. ¿Por qué es conveniente recurrir a la Oficina de Pequeñas Causas y Consumo? Porque es una sistema concebido como “una herramienta de pacificación social que trae soluciones inmediatas a esas problemáticas que no lo dejan disfrutar de la vida”.
Si usted es uno de los tantos ciudadanos víctimas de esos problemas que parecen no tener solución, puede recurrir ahora mismo a la Oficina de Pequeñas Causas de forma presencial o bien hacer su consulta vía web o al teléfono que aparece en su pantalla: 4499760. Llame ya. Sea uno de los 50 mendocinos que, diariamente, acceden a este sistema de justicia exprés.
Lo que parecería una burda imitación a esas dudosas propagandas televisivas destinadas a saciar nuestras fantasías más banales, es una realidad: la Oficina de Pequeñas Causas y Consumo existe desde hace 7 años, aunque muchos la desconozcan, y funciona de lunes a viernes, de 7.30 a 13, en el Palacio de Justicia, España 480, primer piso, Ala Sur, en la Ciudad de Mendoza. Pero si uno vive en departamentos alejados puede acceder llamando al 4499760/7762 o escribiendo a pequenas_causas@jus.mendoza.gov.ar.
Más que una “oficina” se trata de un verdadero fuero judicial destinado a problemas de poco monto: reclamos que no deben ser superiores a los 3 Jus, lo que traducido a dinero significa $276.855.
La “Justicia de pequeñas causas” sirve para solucionar dos tipos de problemas: relaciones de consumo entre proveedor y consumidor, y conflictos de Derecho Civil entre vecinos. Entre los primeros el menú de posibilidades contempla: compras online, cobros sin consentimientos con tarjetas de crédito, clonación de tarjetas de débito, contratación de servicio y electrónica, compra-venta de productos, reclamos contra prestadores de servicio público domiciliarios como Aysam, Ecogas, Edemsa, bancos, compañías financieras, contrataciones turísticas y medicina prepaga, entre otras.
En cuanto a los conflictos vecinales, las denuncias pueden ser por filtraciones, humedad, forestal y medianeras pero sólo relativos al mantenimiento de los muros.
Problemas con bancos, prepagas, servicios de turismo
Según explica la abogada del Poder Judicial Carina Ginestar, creadora del sistema en Mendoza y directora del mismo, se realizan unas 50 atenciones diarias. El 94% de los conflictos presentados se resuelve a través de una negociación, que se efectiviza en una o dos audiencias que se realizan en un plazo no mayor a los 30 o 45 días. El 6% restante llega a juicio, que se realiza en no más de 60 días, luego de que un juez de paz dicta sentencia.
“Mucha gente que llama dice que no sabía que existía el sistema y queda satisfecha por la rápida resolución. El fuero de Pequeñas Causas viene a cambiar la imagen pública de la Justicia frente al ciudadano porque produce una rápida satisfacción”, apunta Ginestar.
La funcionaria judicial explica que casi la mitad de los casos recibidos son por problemas relacionados con el consumo. Algunos son estacionales: en noviembre, diciembre y enero se reciben reclamos relacionados con el turismo y las vacaciones. Asuntos tales como “cancelación de paquetes a cinco días de viajar, suspensión de vuelos, reprogramaciones, reservas, servicios que se pagaron y no se ofrecieron”, enumera.
Muchos conflictos están relacionados con contratos bancarios, tales como “débitos automáticos, seguros no contratados por usuarios de tarjetas, seguros cobrados durante meses y que el cliente no tiene póliza”.
“Cuando viene una persona con un problema con el banco o la tarjeta, citamos al banco o a las administradoras de las tarjetas y si están en Buenos Aires los citamos por internet para hacer acuerdos o un juicio. Antes algunas empresas preferían llegar a juicio, pero cuando se dieron cuenta de que el juicio se hacía días después, tenían que pagar gastos, abogados e interés, ahora optan por llegar a un arreglo”, afirma la directora.
También se reciben muchas consultas en relación a las prepagas: por ejemplo, por intervenciones quirúrgicas que no se quieren realizar y están en el plan contratado o por descuentos en medicamentos que se cortan o no se quieren hacer.
“Una vez a un chico con Sida le cortaron el suministro de la medicación. Fue urgente: en tres días se hizo la audiencia. Hay casos que son urgentes, como los de salud y los de servicios públicos domiciliarios, luz, gas y agua, cuyo restablecimiento deber ser inmediato”, explica Ginestar.
¿Cómo funciona?
Lo primero es hacer la presentación personalmente o por mail, siguiendo los pasos que se detallan en el sitio jusmendoza.gob.ar/pequenas-causas-y-consumo/ (allí se encuentra un tutorial explicativo).
Hay que bajar el tipo de formulario -según sea un conflicto de consumo o derecho civil entre vecinos- completarlo y enviarlo a pequenas_causas@jus.mendoza.gov.ar, junto con toda la formación que se tenga del problema. Al recibirlo se inicia el proceso de negociación entre las partes, que son citadas a una audiencia de conciliación. Sólo si la negociación fracasa se realiza un juicio, tras ser citado a una audiencia multipropósito, luego de la cual un juez de paz dicta sentencia.
Antes de que existiera la Oficina de Pequeñas Causas y Consumo ese tipo de situaciones no llegaba a la Justicia porque el gasto en abogados era superior al beneficio que se iba a recibir. Por lo tanto, las personas no podían acceder a un derecho humano fundamental: el acceso a la justicia. Ahora se realiza, sin abogados, de forma gratuita y veloz.
Mínimo personal, máximos resultados
Este verdadero fuero judicial funciona en Mendoza desde 2018 y cuenta con un personal mínimo. Además de su directora que se encarga de las mediaciones, participan una secretaria que organiza las audiencias y dos auxiliares que se dividen el trabajo de recibir denuncias presenciales, telefónicas y online. Insólitamente, este pequeño grupo de trabajo logra atender unas 50 consultas diarias al tiempo que realiza entre 6 y 7 audiencias por día.
“Por ahora, son los jueces de paz de toda la provincia los que realizan los juicios. Pero este servicio contempla a futuro que haya un juzgado (y uno o varios jueces) que trabajen exclusivamente en este fuero y que estén especializados en estas problemáticas. Tener un Juzgado de Pequeñas Causas aceleraría y perfeccionaría el sistema”, afirma la jefa del fuero.
Mendoza hace punta en este tipo de Justicia. Tucumán y San Juan han solicitado capacitación a asesoramiento. En Santa Fe se aplica pero hay que contratar un abogado. Brasil lo aplica hace 40 años, con buenos resultados. En Estados Unidos existe hasta una Corte de Pequeñas Causas y en Europa esta Justicia es de común aplicación.