La oficial de la Policía de Mendoza, Nadia Verdugo, quien estaba acusada de haber matado a Kevin Nahir González Ejea (18) en la plaza Güemes de Malargüe, durante un operativo que buscaba pacificar una batalla entre bandas, fue absuelta esta tarde por decisión de un jurado popular.
Minutos antes de las 18, el jurado regresó de la larga deliberación que le siguió a los alegatos de cierre y comunicó al juez técnico Rodolfo Luque su veredicto. El presidente del jurado leyó luego lo resuelto: “Encontramos a la acusada Nadia Verdugo Escobar no culpable”.
“Bien. Se da por terminado este juicio”, sentenció el magistrado ante la contundente decisión del jurado. Y anticipó que luego dictaría la sentencia absolutoria.
Ni bien escuchó las palabras del presidente del tribunal popular, Verdugo rompió en llanto y el pañuelo descartable que tenía en sus temblorosas manos poco pudo hacer para contenerlo.
Durante la mañana se habían realizado los alegatos de clausura del debate. Haciendo distintas interpretaciones de la prueba principal del caso –un video tomado por un móvil policial, donde se ve claramente cuando Verdugo dispara repetidas veces hacia al menos dos direcciones- la fiscalía de Malargüe solicitó a los 12 miembros de jurado que la declaren culpable. La misma posición solicitó el abogado de la familia de la víctima, en tanto que la defensa solicitó que sea declarada inocente.
Esta mañana, en el auditorio Alfredo Bufano, de San Rafael, el jefe de la Fiscalía de Malargüe, Víctor Giambastiani, volvió a explicarle al jurado que no se estaba juzgando “a toda una institución” (la policía de Mendoza) sino a una de sus integrantes (Nadia Verdugo) y, por otra parte, que nos trata “de un hecho de inseguridad” sino de un homicidio.
Luego de sostener que Verdugo “es culpable de homicidio agravado por uso de arma por haber actuado con dolo eventual”, volvió a explicar cómo se produjo la muerte de Kevin luego de que se denunciara una guerra entre bandas. La primera denunciante fue la madre de uno de los amigos de Kevin a quien le estaba apedreando la casa y ante el peligro que corría su hijo.
“Ninguno de los policías, ni Verdugo, pudieron decir que fueron agredidos o que vieron usar armas de fuego y que motivara los disparos de la policía. Ella fue la única que utilizó el arma reglamentaria fuera de lo que marca la ley. No vamos a encontrar ningún tipo de justificación en el accionar de Nadia Verdugo la noche del suceso”, dijo el fiscal y luego se refirió al video donde se ve disparar a la imputada, tres disparo hacia un lugar y el cuarto, que impactó en el cuerpo de la víctima.
También se refirió a la peligrosidad de los disparos ya que un chico que se escondió dentro de una auto abandonado sintió los balazos muy cerca. “Es como dijo el querellante, estuvimos cerca de hubiera otra víctima fatal”.
Para el fiscal del video se desprende que la plaza estaba iluminada. En la imagen se advierte que es Nadia Verdugo quien avanza en cada uno de los disparos a donde supuestamente sentía las detonaciones. “No había agresión alguna que justificara su accionar”, dijo Giambastiani, mientras en un monitor el jurado podía ver fotogramas de video donde se veía a Verdugo disparar.
“Piensen si Kevin González merecía morir o estar hoy probándose en algún club de fútbol. Como Nadia Verdugo no actuó ajustada a la ley voy a solicitar que por unanimidad dicte un veredicto por haberse acreditado que la culpabilidad de Verdugo por homicidio agravado por uso de arma de fuego”, cerró el fiscal
A su turno, el abogado querellante Daniel Sama, solicitó “un veredicto acusatorio que sea ejemplificador”, apoyando la tesis de la fiscalía.
Luego, Ana María Hidalgo, la defensora oficial, sostuvo en su alegato que “Nadia no tuvo intención de matar a Kevin esa noche, se defendió de los disparos que había en la zona. Ella, en el momento de video escuchó, no vio. Ella no apuntó. Ella uso se arma de fuego en un caso excepcional que está contemplado en la ley”, dijo la defensora haciendo referencia a que se defendió de un presunto ataque.
“voy a solicitar un veredicto de no culpabilidad”, sosteniendo que la mujer policía no disparó hacia abajo porque la balas podían rebotar, sino hacia arriba y por sobre su hombro, en respuesta a que le disparaban.
La acusación
El sábado 12 de febrero de 2022, cerca de las 3 de la madrugada, comenzaron a ingresar varios llamados al 911 alertando que, en las proximidades de la calles Villa Nueva y Olascoaga de la ciudad de Malargüe, jóvenes estaban protagonizando una pelea callejera en una plaza del barrio Güemes.
Por eso se desplazaron hasta el lugar dos móviles policiales, uno de ellos perteneciente a Cuerpos Especiales. Según información policial, los jóvenes que protagonizaban la pelea se unieron y comenzaron a arrojarles piedras, por lo que los uniformados respondieron a la agresión con armas largas, al tiempo que pedían refuerzos.
En medio de la reyerta los policías comunicaron al 911 que había una persona herida con arma de fuego. Se trataba de Kevin González, quien había recibido un proyectil en el pecho, debajo de la tetilla izquierda. Fueron los familiares de la víctima quienes lo llevaron hasta un centro asistencial donde los médicos constataron la muerte y diagnosticaron “herida de arma de fuego con orificio de entrada en neumotórax izquierdo y orificio de salida dorso lumbar”.
Cuando la situación fue informada a la fiscalía, el ayudante fiscal Luis Alasino ordenó que se individualizara a posibles testigos pero la situación en el lugar era muy tensa.
Más tarde, el fiscal Javier Giaroli ordenó que los efectivos que arribaron al lugar quedaran aprehendidos e incomunicados y sus armas fueran secuestradas. Los peritajes realizados por Policía Científica en el lugar de hecho fueron realizados recién el domingo por la mañana, cuando la escena había sido contaminada, ya que algunas vainas fueron entregadas por vecinos de la zona.
Los investigadores establecieron días después que una de las vainas servidas que la Policía Científica encontró en la escena del crimen, cuando hicieron la recolección de pruebas, arrojó ADN de la víctima fatal. No solo eso, sino que el número de serie grabado en ese mismo “casquillo” coincide con la pistola 9mm que usaba Verdugo.