Este miércoles en la noche fueron condenados Juan Carlos Reveco (41) y su novia Marcia Franco (34) por el crimen de José Antonio Riera (64), el sodero de Tunuyán ultimado a golpes en enero del 2019.
Un jurado popular determinó que al hombre le corresponde prisión perpetua por el delito de homicidio criminis causa, mientras que a la mujer la encontraron culpable de homicidio en ocasión de robo. En el caso de ella, este jueves a las 14 se realizará una nueva audiencia y el juez Marcelo Gutiérrez del Barrio deberá imponerle una pena de 10 a 25 años de cárcel.
En los alegatos de esta mañana, el fiscal Javier Pascua había pedido la pena máxima para el acusado y una sentencia para la sospechosa por homicidio en ocasión de robo.
Si bien la fiscalía arribó al juicio con la hipótesis de que a la víctima la asesinaron para robarle su camioneta, el celular y una motosierra, y sosteniendo que a ambos les correspondía la misma imputación, durante el debate modificaron la postura y entendieron que los dos tuvieron diferente participación en el episodio. A ella le endilgaban haber elaborado parte del plan y al otro sujeto lo apuntaban como autor material.
Por su parte, la querellante que representaba a la familia del fallecido mantuvo su teoría y solicitó para los dos perpetua.
Las defensas transitaron caminos distintos; del lado Franco reclamaron la absolución al considerar que ella no intervino y que siempre estuvo sometida por su marido, en tanto que el abogado de Reveco aseguró que la condena para su cliente debía ser por un homicidio preterintencional-atacó a Riera pero sin intenciones de matarlo-, o en subsidio un homicidio simple. La primera calificación le daba una pena excarcelable de 1 a 3 años y la segunda, de 8 a 25 años de cumplimiento efectivo.
Este hombre en la penúltima audiencia del juicio confesó haberle pegado una trompada al sodero y ocasionar su deceso: Según su versión lo agredió por celos, porque Riera tenía determinadas intenciones con su pareja.
La víctima falleció el 23 de enero de 2019 y su cuerpo lo encontraron una semana después, oculto en una finca cercana a la casa de los imputados. La autopsia reveló golpes en la cabeza y múltiples fracturas en el tórax.
La causa se investigó como un homicidio criminis causa, ya que los pesquisas sospechaban que Franco sedujo a Riera-quien era su patrón- y lo citó en el paraje La Puntilla para robarle con su esposo. Ambos estuvieron complicados por cruces de mensajes hablando del hecho, por el hallazgo del teléfono del occiso en poder ellos y Reveco porque un testigo lo vio empujando la Peugeot 504 del sodero.