Juicio por jurado en San Rafael: zafó de la perpetua por matar a su esposa pero fue condenado a 15 años

El policía Víctor Acuña fue declarado culpable del crimen de Lorena Segura, ocurrido en Alvear en abril de 2018. El tribunal incluyó atenuantes que redujeron la pena.

Juicio por jurado en San Rafael: zafó de la perpetua por matar a su esposa pero fue condenado a 15 años
El jurado popular tuvo en cuenta situaciones extraordinarias o atenuantes que hicieron a Acuña sortear la pena máxima. Foto: Prensa Poder Judicial.

Un jurado popular halló cupable a Víctor Hugo Acuña por la muerte de su esposa, Lorena Segura, pero hizo un agregado que le permitió al policía no recibir la pena de prisión perpetua.

En poco menos de tres horas de deliberación, los 12 integrantes del jurado se volcaron por la teoría que presentó la fiscalía y condenaron a Acuña por doble homicidio agravado, por el vínculo y el uso de arma de fuego. Sin embargo, el veredicto incluyó lo que serían circunstancias extraordinarias o atenuantes. Ante esta situación, la jueza María Eugenia Laigle consultó a las partes y resolvió que el ex integrante de la Fuerza cumpla una condena de 15 años de prisión efectiva.

El homicidio de Segura ocurrió la mañana del 15 de abril de 2018 en la casa que la pareja tenía en el pasaje Belgrano, en General Alvear. Vivían con Benjamín, el hijo que en ese entonces tenía 1 año y 11 meses.

La bala que le quitó la vida a la víctima fue disparada con el arma reglamentaria del policía. Ingresó unos centímetros por debajo del hombro derecho, perforó los pulmones y salió por el otro lado.

Desde aquel fatídico día, Acuña aseguró que todo se trató de un accidente durante una discusión de pareja, ya que él tenía intenciones de quitarse la vida. Sin embargo la fiscalía le atribuyó la responsabilidad del delito desde un primer momento y así lo sostuvo en el debate.

Contrapunto

En los alegatos de cierre, ayer por la mañana, los fiscales Martín Castro y Pablo Peñasco se apoyaron en los problemas de la pareja a causa de la adicción a las apuestas que tenía Acuña. Recordaron los testimonios de las amigas íntimas de Lorena, que describieron los problemas del matrimonio generados por las grandes deudas de juego y hasta introdujeron la posibilidad de infidelidades de parte del marido, junto con el temor de la joven madre a lo que le pudiera llegar a suceder.

Peñasco consideró ilógico que Acuña, por su instrucción policial, no supiera que al accionar la corredera de la 9mm (con la aparente intención de descargar el arma como declaró el acusado) automáticamente se introduciría una bala en la recámara, ya que nunca le quitó el cargador.

Además sostuvo que el accionar de Acuña fue una concatenación de malas elecciones, desde introducir el arma en la discusión que mantuvo con Segura, hasta colocar el dedo en el gatillo. Según el fiscal “esa acción sólo se hace cuando se va a utilizar el arma”. También mencionó que la pericia psicológica arrojó que el acusado nunca mostró remordimientos por el hecho.

Jorge Luque, el defensor oficial, también se apoyó en testigos expertos, entre ellos el ex jefe de Criminalística y el forense, para fundamentar la teoría del accidente y aseguró que nunca existió un motivo que justificara el crimen. “No hay un móvil para asesinar”, expresó el abogado.

Si bien Luque también dijo que Acuña era culpable, le pidió al jurado un veredicto de homicidio culposo, alegando que “fue un accidente”, delito que hubiera representado una pena máxima de 5 años de cárcel.

Entre las hipótesis presentadas por ambas partes, el jurado se volcó más sobre el caso expuesto por la fiscalía al declararlo culpable por el homicidio agravado pero atenuado por circunstancias excepcionales, lo que permitió eliminar la prisión perpetua y la jueza debió dictar una sentencia encausando la pena entre los 8 a 25 años de prisión.

El juicio que comenzó el lunes en el Centro de Congresos y Exposiciones de San Rafael y culminó ayer, fue el primero en Mendoza desde que se declaró la emergencia sanitaria por el coronavirus.

A partir de ese punto la fiscalía centró las bases de la acusación en los exámenes periciales y sostuvieron que el disparo mortal se efectuó a más de un metro de distancia.

Incluso el fiscal Peñasco trató de “mentiroso” al imputado por la declaración que ofreció al tribunal.

La distancia del tiro y el ángulo de la trayectoria que hizo fueron cuestiones que los peritos trataron de explicar en el juicio, para aclarar si existió el forcejeo que el acusado describió cuando declaró este lunes.

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