Al igual que aquel tristemente inolvidable y fatídico sábado 26 de enero de 2019 en que los cuerpos de las ciudadanas israelíes Lily Pereg (54) y Pryhia Sarusi (63) fueron encontrados enterrados y sin vida en la casa de Gil Pereg en Guaymallén, la atención del mundo entero (con especial hincapié en Israel y Australia) estará centrada desde este lunes y hasta el 3 de noviembre en Mendoza. En este lapso se celebrará el juicio contra el mencionado Pereg (40), imputado por el brutal doble asesinato de su madre y de su tía, quienes habían llegado a Mendoza para visitarlo el 11 de enero de ese año y quienes estuvieron estuvieron desaparecidas durante 12 días hasta que finalmente se hizo el macabro hallazgo.
Un jurado popular deberá determinar la culpabilidad o inocencia de Pereg, quien desde el momento de su detención ha evidenciado no estar plenamente bien psicológicamente hablando, y ha reiterado en varias oportunidades sentir que es un gato y hasta ha maullado a los gritos en distintas audiencias previas al esperado juicio que comienza hoy. Desde mayo del año pasado el hombre se encuentra internado en el pabellón psiquiátrico del Hospital El Sauce, y es precisamente imputabilidad o no del “hombre gato” lo que está bajo la lupa. Mientras que la defensa del imputado se ha propuesto demostrar la inimputabilidad de Pereg, la acusación del Ministerio Público Fiscal es contundente y sostiene -con el aval de peritos oficiales- que Pereg sabía lo que estaba haciendo al momento del doble crimen (por el que arriesga una condena de prisión perpetua). Incluso, sostienen que los maullidos son parte de una actuación y que pone en práctica cuando había cobertura mediática de las audiencias previas.
“Moshe, el hermano de las dos víctimas, testificará hoy a través de Zoom. Pero, excepto él, nadie de la familia estará mirando el juicio. No tiene sentido volver a abrir las heridas, simplemente no queremos ver a ese diablo encarnado, nunca más. Es pura maldad. Esperamos que lo declaren culpable, que se sincere ante Dios y la gente, que admita lo que hizo, asuma la responsabilidad y pase el resto de su miserable vida en la cárcel”, destacó contundente el concuñado de las dos mujeres Amnon Sarig a Los Andes desde Israel.
El acto de apertura del debate, el cierre y la lectura del veredicto y la sentencia serán transmitidos al mundo entero por el canal oficial de Youtube del Servicio de Información Judicial Mendoza (SIJUM TV). Será un proceso inédito en la historia judicial mendocina ya que contará con dos traductores que pasarán todos los diálogos en tiempo real al inglés, mientras que en lo referido a la declaración de los testigos, se doblará al español por medio de la técnica Voice Over. Este trabajo quedará a cargo de dos profesionales de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo.
Además del interés y la conmoción que despertó el brutal doble asesinato en Israel (de donde eran Pryhia -madre de Pereg- y Lily -tía del imputado-), también hay muchas expectativas en Australia. Es que Lily estaba viviendo en el país oceánico, donde era una destacada académica universitaria e investigadora.
Más allá de esta transmisión histórica que se hará por Youtube, la familia de las mujeres ha decidido no verla. “No la miraremos. Sabemos que se hará justicia, confiamos en la gente honesta, los miembros del jurado de Mendoza, para ver la verdad. Y realmente esperamos que se declare culpable (a Gil Pereg). para que nadie necesite ver las horribles imágenes del cuerpo mutilado de su madre y su tía. Para que las dejen, finalmente, descansar en paz”, agregó Sarig, quien volvió a agradecer a los medios, a la Justicia, a la perra Ruca y a la Policía de Mendoza por su actuación para resolver el caso “rápidamente”.
Comprometidos desde el principio
Aunque en esta ocasión y en la víspera del inicio del esperado juicio el hermano de las víctimas, Moshe Pereg, se disculpó y aclaró que no daría notas sobre el caso, el hombre viajó a Mendoza el viernes 18 de enero de 2019. Sus hermanas estaban desaparecidas y, aunque ya se preveía lo peor, los cuerpos aún no habían sido hallados.
En aquella oportunidad, Moshe llegó acompañado por personal de seguridad que él mismo había solicitado y, en una pausa de las distintas averiguaciones que encabezó en aprovechamiento del viaje, conversó con Los Andes en un hotel del centro mendocino. Allí, aún con algún indicio de esperanza, se detuvo en lo preocupado que estaba como hermano mayor por la desaparición de sus hermanas.
En ese mismo viaje se reunió con su sobrino Gil, sobre quien ya en ese momento se habían centrado todas las sospechas. “De acuerdo a lo que me dijo Gil –y también a la Policía-, mis hermanas estuvieron con él hasta el sábado a la noche, hasta alrededor de las 21. Y luego se fueron a la parada del colectivo para volver a la Ciudad. Es un verdadero misterio. ¡De repente se desvanecieron! Estaban ahí y después de eso, nadie sabe dónde están desde hace 8 días. ¡Desaparecieron!”, resumió Moshe oportunamente. Era justamente la misma versión que el hoy imputado había dado a la policía y a la Justicia, versión que se cayó a pedazos tras el hallazgo de los cadáveres.
El 28 de enero de ese mismo año y con la triste noticia ya confirmada y con el dolor a flor de piel, Moshe volvió a hablar con Los Andes sobre el caso. “No hay mucho para decir, es un psicópata”, destacó el apesadumbrado hombre. “Jamás pensé que lo había hecho él, hasta que la policía lo anunció”, concluyó escuetamente en aquella entrevista.
Los familiares de Pryhia y de Lily siguieron a la distancia el caso y, desde el primer momento -incluso cuando a las mujeres se las buscaba con vida aún- crearon un grupo de Facebook y se abocaron de lleno en la búsqueda. El 22 de enero -cuatro días antes del hallazgo- los parientes anunciaron públicamente que ofrecía una recompensa a quien pudiera aportar datos que permitieran hallar a las mujeres. El 8 de febrero de 2019, un día después de que los cuerpos de las dos víctimas llegaran a Israel para los últimos estudios y su posterior funeral, la familia de las mujeres hizo esa entrega al binomio de búsqueda integrado por Ayelén Castro y su perra Ruca, quienes fueron determinantes para el hallazgo de los cadáveres. Y los fondos se destinaron a la escuela de adiestramiento canino Escam, a la que pertenecían.
También fueron Moshe y Amnon quienes confirmaron y aclararon casi un mes después del doble crimen que Gil Pereg no era un soldado ni había sido parte del Ejército Israelí, algo que se había informado los días posteriores al caso. “Nunca fue reclutado porque tenía un informe policial. El Ejército no necesita reclutar a un tipo que corre desnudo en el campus asustando a las alumnas. Repito: nunca fue un soldado del Ejército israelí. No mancillemos el nombre de la Fuerza de Defensa Israelí cuando no es necesario; ya tenemos suficiente antisemitismo en la Argentina”, aclaró Sarig a Los Andes el 24 de febrero de 2019.