En la segunda jornada del juicio contra la oficial de policía Nadia Verdugo –acusada de dar muerte a Kevin Nahir González Ejea (18)- declaró uno de los amigos de la víctima que estuvo en la plaza Güemes de Malargüe la noche en que le dispararon al chico, en el marco de una pelea entre bandas.
Entre preguntas de las partes, el testigo le contó al tribunal popular que preside el debate en el auditorio Alfredo Bufano de San Rafael sus recuerdos sobre la noche del crimen. El chico se encontraba en su casa -frente a la plaza Güemes- junto a un grupo de amigos y familiares, entre los que se encontraba Kevin.
“Estábamos tranquilos, tomando una damajuana de vino, cuando empezaron a tirarnos piedras a nuestra casa. Luego llegó la Policía y nosotros dijimos que no estábamos haciendo nada. Después de eso quisimos ir a la casa de Kevin, pero no alcanzamos porque, cruzando la plaza, empezaron a dispararnos. Salimos corriendo hacia mi casa y ahí nos refugiamos. Kevin intentó asomarse y ahí le dieron un tiro. Yo estaba detrás de él y pude ver cuando se cayó hacia atrás”, sostuvo el testigo.
Cuando desde la defensa de la oficial Verdugo le preguntaron por la pelea entre bandas, el testigo no pudo precisar quién era la banda con la que tenían problemas, aunque aseguró que luego de la muerte de Kevin González, los enfrentamientos se reiteraron en la zona.
Previamente declararon algunos vecinos, que centraron su relato en los momentos previos a la muerte del joven. El primero de los declarantes fue un joven al que se le reprodujeron dos llamadas al 911, de los que reconoció ser el autor de una de ellos. “Nos habíamos reunido en la casa de una amiga cuando comenzó el enfrentamiento en la plaza. Salimos porque teníamos los autos afuera y queríamos protegerlos. Eran más de 20 personas las que peleaban”, explicó.
En los llamados que reprodujo el tribunal este joven habló de “batalla campal”.
Otra vecina que vive a media cuadra de la plaza Güemes, aclaró: “Puedo hablar de lo que oí, de lo que escuché. Pero no puedo hablar de lo que ví, porque no ví nada”, comenzó declarando ante el jurado. Y luego detalló: “lo que yo oí fue una balacera; muchos tiros de un lado a otro y durante un rato largo. Eran bandas enfrentadas y corrían por nuestras calles. Mi hija llamó a la policía; también lo hicieron mi nuera y una amiga. Todos llamaban porque sentíamos mucho miedo a que nos maten”.
Otra mujer que también llamó al 911 puntualizó sobre su llamado: “luego de acostar a mis hijos y cerrar las puertas, llamé. Lo hice luego de escuchar 4 tiros”.
También declaró un policía que participó del procedimiento. En el mismo sentido que sus colegas que declararon en la primera jornada, este efectivo habló del momento del hecho. “Con una compañera nos parapetamos detrás de una pared, cuando un grupo de personas salió corriendo al grito de “mataron a puchero”. Intentamos asistir junto con otro compañero, pero amenazaban y agredían. Hasta ese lugar llegamos porque la movilidad que llegó primero estaba solicitando apoyo. Ellos estaban siendo agredidos desde dos lados: desde una casa y desde el interior de la plaza. Y cuando llegamos nosotros la situación ya estaba desbordada. Un vecino nos avisa que nos estaban tirando y yo vi fogonazos. Sentí muchísimo miedo, me fui detrás de un árbol y luego salí corriendo a buscar el móvil”, detalló el testigo.
Durante la declaración de este testigo, la fiscalía estuvo interesada, nuevamente, en el análisis del video extraído de la cámara de una de las movilidades policiales que se desplazaron al lugar. Sobre esto, el efectivo policial declaró tras ver el video: “Nadia realiza tres tiros con su arma 9 milímetros. Otros dos compañeros disparan con sus escopetas de postas antitumulto”.
La muerte de Kevin
El sábado 12 de febrero de 2022, cerca de las 3 de la madrugada, comenzaron a ingresar varios llamados al 911 alertando que, en las proximidades de la calles Villa Nueva y Olascoaga de la ciudad de Malargüe, jóvenes estaban protagonizando una pelea callejera en una plaza del barrio Güemes.
Por eso se desplazaron hasta el lugar dos móviles policiales, uno de ellos perteneciente a Cuerpos Especiales. Según información policial, los jóvenes que protagonizaban la pelea se unieron y comenzaron a arrojarles piedras, por lo que los uniformados respondieron a la agresión con armas largas, al tiempo que pedían refuerzos.
En medio de la reyerta los policías comunicaron al 911 que había una persona herida con arma de fuego. Se trataba de Kevin González, quien había recibido un proyectil en el pecho, debajo de la tetilla izquierda. Fueron los familiares de la víctima quienes lo llevaron hasta un centro asistencial donde los médicos constataron la muerte y diagnosticaron “herida de arma de fuego con orificio de entrada en neumotórax izquierdo y orificio de salida dorso lumbar”.
Cuando la situación fue informada a la fiscalía, el ayudante fiscal Luis Alasino ordenó que se individualizara a posibles testigos pero la situación en el lugar era muy tensa.
Más tarde, el fiscal Javier Giaroli ordenó que los efectivos que arribaron al lugar quedaran aprehendidos e incomunicados y sus armas fueran secuestradas. Los peritajes realizados por Policía Científica en el lugar de hecho fueron realizados recién el domingo por la mañana, cuando la escena había sido contaminada, ya que algunas vainas fueron entregadas por vecinos de la zona.
Los investigadores establecieron días después que una de las vainas servidas que la Policía Científica encontró en la escena del crimen, cuando hicieron la recolección de pruebas, arrojó ADN de la víctima fatal. No solo eso, sino que el número de serie grabado en ese mismo “casquillo” coincide con la pistola 9mm que usaba Verdugo.