Un importante revuelo y mucho malestar hay por estas horas en San Martín, por la situación de un hombre que acumula cuatro denuncias de abusos sexuales a menores de edad y que además tiene otra causa por grooming. El acusado, un patovica que trabajaba en un salón de fiestas, ya fue imputado en uno de los hechos, pero está en libertad.
Desde el 2019 Carlos Panelo (49) tiene roces con la Justicia, por situaciones en las que niñas y adolescentes se han presentado como víctimas. Presuntamente el sindicado aprovechaba los eventos en los que hacía las veces de seguridad, para acercarse a las denunciantes. La investigación más avanzada es del año pasado, y en ella está imputado por abuso sexual simple-tocamientos-agravado por la guarda. En este episodio fue una chica de 14 años quien relató ante las autoridades que luego de una fiesta el hombre la llevó en su auto hasta su casa, y en el camino la habría abusado.
Al tratarse de un delito excarcelable el que le endilgaron (6 meses a 4 años de pena), Panelo quedó en libertad y fue autorizado a viajar al Sur del país. Allí se quedó varios meses por el aislamiento de la pandemia y recién regresó a San Martín ahora para pasar las fiestas.
Su presencia en el barrio República del Uruguay no cayó nada bien, y rápidamente fue identificado ya que algunas de las víctimas también viven en esa zona. Frente a su regreso un grupo de adolescentes y sus familiares se manifestaron frente a la fiscalía 12, pidiendo su detención. Era tal el enojo, que hasta trascendió que al acusado le apedrearon la vivienda.
Finalmente y ante esta presión, en compañía de un abogado se hizo presente en sede judicial y quedó a disposición del fiscal Gustavo Jadur. Permaneció algunas horas aprehendido y ayer quedó libre al rendir una fianza de 150.000 pesos.
No sólo en esta causa de abuso el patovica está complicado, sino en al menos tres más que lo tienen como sospechoso. En octubre pasado comparecieron otras tres menores del Este y relataron haber sido manoseadas por esta persona en diferentes circunstancias.
Fuentes consultadas por Los Andes detallaron que sobre estos hechos los pesquisas están reuniendo pruebas y esperando por pericias psicológicas. Apuntan que han tenido demoras en las declaraciones en cámara Gesell debido al contexto de distanciamiento social y a las medidas sanitarias.
Investigado por grooming
Otro acontecimiento que dejó a Panelo en la mira, fue tras una denuncia efectuada en mayo del 2019. Una chica de San Martín que por entonces tenía 15 años, grabó una conversación telefónica de media hora que tuvo con él, en la que este hombre le hacía insinuaciones sexuales. El contenido de esa charla se presentó en un CD, y al entender las autoridades que estaban ante un caso de grooming, le dieron intervención al fiscal especializado en este delito, Santiago Garay. Según relató la víctima, había conocido a este sujeto en un festejo de cumpleaños; en un principio no la dejó ingresar al salón, aunque luego sí la hizo pasar tras pedirle el número de celular. Así luego la contactó, pero la adolescente advirtió el presunto accionar y el objetivo de Panelo. En este expediente al acusado lo llamaron a declarar hace unos meses y no se presentó. “Será penado con prisión de 6 meses a 4 años, el que por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”, reza el artículo 131 del Código Penal para estos hechos.
Enojo y escraches
La situación de este hombre generó bronca entre las denunciantes y sus familiares, quienes además de manifestarse en la fiscalía, cortaron una calle. También lo han escrachado en las redes sociales y se han exhibido afiches con su rostro en la vía pública. Desde San Martín señalan que hay temor en la gente porque ven en Panelo un perfil de acosador de menores, y el reciente caso de Florencia Romano (14) puso a todos en alerta.
“Mi hija es víctima de este pedófilo, que hoy goza de libertad porque pagó una fianza para salir. Uno se cansa de los encubrimientos y de que no hay avances”, aseguró la mamá de una de las jovencitas, de quien no se revela su identidad para no identificar a la menor.
“Tengo mucha impotencia de que ande por la calle como si nada y de que haya muchas más chicas que lo quieren denunciar, pero que todavía no se atreven”, agregó.