La frustración, el cansancio, el temor y el malestar se conjugan en el día a día de los dueños y los empleados de un local de comidas ubicado en pleno centro mendocino, luego de sufrir hechos delictivos casi de forma permanente.
El hecho ocurrió durante la mañana de este lunes en Ciudad. Reclaman por la presencia de cuidacoches violentos.
La frustración, el cansancio, el temor y el malestar se conjugan en el día a día de los dueños y los empleados de un local de comidas ubicado en pleno centro mendocino, luego de sufrir hechos delictivos casi de forma permanente.
Se trata del “Manso Pancho” de calle Lavalle al 91, que este lunes fue blanco una vez más de delincuentes. Es que, cuando abrieron el negocio durante la mañana de hoy, se encontraron con un panorama desolador: al menos un delincuente hizo un boquete en la pared de cemento y ladrillos e ingresó al establecimiento para llevarse todo lo que pudo.
“Esto fue cerca de las 6:45, antes de que entraran los empleados. Un ladrón se metió a un baldío que linda con el negocio e hizo un agujero en la pared”, detalló a Los Andes Sabina Shocron, dueña del local.
“En las cámaras se ve que tipo entró en boxer al negocio y cuando sale a la calle, cuando se escapa aparece vestido con la ropa del local. Se robó balanzas, una notebook, dinero”, enumeró Sabina embargada por la angustia.
Como si fuera poco, el delincuente intentó ocultar su accionar rompiendo los elementos de seguridad de la panchería: “Rompió casi todas las cámaras las cámaras que tenemos, aunque una se la llevo”, puntualizó la dueña.
El local “Manso Pancho” de calle Lavalle no es la primera vez que salta a la (triste) fama local y nacional. En diciembre de 2023 un “trapito” ingresó al negocio y amenazó a los empleados, situación que escaló en violencia y terminó con golpes de palo del sospechoso contra un trabajador.
En las crónicas de ese incidente, Sabina ya denunciaba la inseguridad que tienen que sufrir quienes viven y trabajan en ese punto de la Capital. Ahora la historia se vuelve a repetir: “La inseguridad es algo de todos los días, los trapitos se ponen violentos cuando no los dejamos pasar al baño por temor. Se enojan y terminan amenazando o agrediendo a los chicos que trabajan acá con escupitajos e insultos”, relata la empresaria tras el hecho de este lunes.
La mujer asegura que el robo de hoy fue denunciado en la fiscalía y ha hecho los reclamos a la Municipalidad al repetirse la violencia por parte de los cuidacoches, pero reconoce que los hechos vuelven a suceder y por temor debe dejar su auto lejos. “Durante la noche y la madrugada se pone más complicado. Esto viene hace años y cada vez está peor: nos roban sombrillas, vasos, sillas y hasta la cartelería”, remarcó.