Un hombre de 34 años fue asesinado en la puerta de su casa, en Guaymallén. Dos sujetos que habían llegado hasta allí en un auto de color gris le dispararon en la cabeza y huyeron. La primera hipótesis apunta a que se trataría de problemas relacionados con infidelidades y celos, ya que sospechan que la víctima se veía con una mujer casada.
Habían pasado 30 minutos de las 23 del jueves, cuando el auto de color gris se paró afuera de la casa de Hernán Antonio Torres Maure. El hombre estaba en el comedor de su casa cuando decidió salir a la calle, en señal de que había reconocido el vehículo, por lo que para los familiares que estaban allí con él se trataba quizás de alguno de sus amigos.
Sin embargo, en cuanto puso un pie en la vereda los ocupantes del rodado bajaron la ventanilla y uno de ellos le disparó a matar. Consumado el hecho, el conductor huyó a toda velocidad y los familiares que estaban dentro de la vivienda, así como los vecinos que escucharon la detonación, salieron de inmediato a socorrer a Torres.
Tras el desesperado pedido de auxilio al 911 llegó un móvil policial y una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado. Para ese momento, Torres convulsionaba en el suelo y un charco de sangre rodeaba su cuerpo.
Los médicos pudieron percibir, además, que el impacto del proyectil había provocado que perdiera masa encefálica, por lo que las posibilidades de sobrevivir eran casi nulas. Sin embargo, decidieron trasladarlo de emergencia al hospital Central, donde finalmente los galenos del shock room que lo recibieron constataron que ya había fallecido.
Mientras la ambulancia trasladaba a Torres, al lugar llegaron efectivos de la División Homicidios junto a una dotación de la Policía Científica con el objetivo de poder peritar la escena y tratar de recabar pruebas suficientes para echarle luz al caso.
En paralelo, los efectivos recorrían la zona en procura de encontrar el vehículo de color gris que habían visto los familiares, del cual no habían podido reconocer la marca ni el modelo. Con resultado negativo, el coche en el que se transportaban los tiradores parecía haber desparecido.
Problemas de amor
El caso quedó en manos de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo y, entre las primeras hipótesis que barajan los investigadores, se apunta a un problema de celos e infidelidades, según confiaron a Los Andes fuentes de la investigación. Ocurrió que los mismos familiares de Torres aseguraron a los sabuesos que llegaron a la escena que, momentos antes de que saliera a la vereda, la víctima estaba manteniendo una conversación a través de mensajes con una presunta mujer casada y, en paralelo, discutía con alguien. Agregaron que, al parecer, incluso provocaba con elocuentes mensajes al hombre engañado.
Sin embargo, habrá que esperar los resultados preliminares de las pericias tecnológicas realizadas sobre el celular de Torres. A partir de ahí, los sabuesos sabrán qué líneas investigativas seguir para descubrir el móvil por el cual la víctima de 34 años y padre de un pequeño de 3, fue brutalmente asesinada.
Entre las primeras pruebas recabadas en la escena del crimen se hallaron vainas servidas, que revelaron que se utilizó una pistola. A partir de una pericia balística se podrá obtener mayor información sobre el arma utilizada.
Finalmente, entre la información que por el momento manejan los pesquisas, Torres no tenía antecedentes judiciales ni medidas pendientes, lo que le da más fuerza a la hipótesis de que mantenía una relación a escondidas y que el atacante pudo haber sido un hombre enceguecido de celos.