Eliana Benítez (20) y Candela Martínez Bonaldi (21) eran amigas y murieron juntas en la noche de Año Nuevo, tras un accidente fatal en la autopista de Circunvalación de Córdoba. Por las restricciones debido a la pandemia, la empresa de servicios fúnebres a cargo redujo a 3 horas la duración de los oficios, para cada familia, una a continuación de la otra. Y fue allí donde se dio la confusión de los féretros. Finalmente los familiares terminaron enterrando el cuerpo equivocado.
“La velamos a cajón cerrado. Estuve una hora llorando sobre el supuesto cajón de mi hermana”, contó Nadia Benítez, hermana de una de las víctimas, en diálogo con Vía Córdoba. Pero fue una simple pregunta la que sacó a la luz la confusión: “La madre de Cande nos pregunta si Eli usaba anillos. Ellos no habían podido ver el cuerpo. Pero abrieron el cajón, le tocaron la mano y vieron los anillos. Cande tenía un tatuaje en uno de sus brazos que la madre no se lo vio, y tampoco usaba anillos”.
Desagradable sorpresa
Tras la revelación, la familia Benítez se contactó con la casa funeraria y pidió que abran el féretro. “Cuando mi mamá llegó a la empresa primero no querían abrir el féretro, pero después accedieron. Cuando lo abrieron, mi mamá corroboró que quien estaba ahí era mi hermana, y el cuerpo de Candela era el que nosotros habíamos velado y enterrado”. Como consecuencias, ambas familias iniciarán acciones legales por lo ocurrido. “No queremos que se vuelva a repetir”, dijeron.
Ambas jóvenes murieron en un accidente fatal en la avenida Circunvalación, en Córdoba. Transitaban en un Peugeot 408 junto a otras cuatro personas (una chica y tres varones), a gran velocidad perdiendo el control del auto, chocando contra el guardarrail y provocando varios tumbos hasta detenerse entre los pastizales.
Además de Eliana y Candela, murió un menor de 16 años en el acto. El conductor del vehículo y los otros dos acompañantes también resultaron heridos, fueron hospitalizados y recibieron el alta horas después.